Milagros inesperados

El amor hace milagros inesperados, llegó la primavera a este mágico otoño y con ella, de nuevo los sueños, visten con decoro.

Las ilusiones se muestran en traje de gala... Las penas son tan solo, ese velo que día y noche separa.

Los puñales formados por traiciones y engaños añejos, que penetraron con saña inaudita, la carne, hoy solo son adornos plateados que lucen, nuestros deseos.

Las viejas heridas ya no sangran, destilan un rio de caminos nuevos.

Hoy el tronco seco, da nuevas hojas y el dolor de nosotros se aleja. Vaga por un mundo paralelo que en ti y en mí, es ajeno.

Aun cuando las penas lloran su desconsuelo, de sus lágrimas harán perlas los anhelos. y serán, aderezo en tu pelo.

El sol por fin rompe las sombras y se siente calor de nuevo, se calcina todo triste recuerdo y secando están, esas lágrimas que ahogan al viento.

Renacieron los deseos y entre suspiros, surgen los ansiados besos. Los corazones tristes vuelven a latir y sentir la savia fresca, correr por sus venas y así lo que antes era tristeza, hoy es aurora, por la fe y su proeza.

¡En el sufrimiento hay recompensa!

Ya solo, es el encuentro anunciado, cuando de ser feliz, por fin, la hora ha llegado.