HISPALITERARIO 9: LOS EXTRAÑOS CASOS DE AQUELLA NOCHE DE ESCONDIDAS // THE STRANGE CASES OF THAT NIGHT OF HIDING

avatar

Imagen de dominio público. Autor Antonio Gabola


Supongo alguna vez en su niñez, llego a jugar a las escondidas, este divertido juego para nosotros se había convertido en una rutina diaria, sin duda el hecho de reunirnos en aquel viejo rancho de nuestra tía Doris a jugar este divertido juego era maravilloso.

El hecho de poder reunirnos todas las noches, era un momento de gran diversión para todos nosotros, aún recuerdo a cada uno de ellos (mis primos) corriendo alrededor de ese pequeño rancho rodeado por matas de mango.

Para nosotros era un tiempo único de liberación, para ese entonces no teníamos acceso a videojuegos, mucho menos a teléfonos celulares, de manera que el trompo, las metras, el fusilado y las escondidas eran nuestro centro de entretenimiento y sin olvidar aquellos días donde el jugar papagayos con nuestros amigos en la calle era el común denominador.

Sin duda fueron tiempos inolvidables, hasta que ocurrieron aquellos incidentes que de cierta manera nos obligaron a abandonar nuestras rutinas de juegos. En primera instancia, los eventos parecían generarse de forma aislada, ya que después de terminar de jugar, nuestra tía nos obligaba a ordenar u organizar el espacio, era obligatorio acomodar las sillas que utilizamos y cualquier desorden que hacíamos, teníamos que dejarlo como al principio.

Era otra de las rutinas que habíamos adquirido, no bastaba con jugar teníamos que aprender disciplina, sin embargo, por cuestiones extrañas al día siguiente las cosas amanecían en un completo caos y las sillas o muebles artesanales que se encontraban en frente del rancho terminaba en lugares diferentes al original y por el contrario en este espacio encontramos aquellas extrañas patas de cabra que parece que hubiesen disecado o sobrecalentado de las cuales se desprendía un olor característico de azufre como si previniera del mismísimo infierno.

Imagen de dominio público. Autor Malik Earnest

Partiendo de esa circunstancia, nuestra tía nos había llamado la atención, no quería que continuáramos con los juegos en las noches, porque al terminar de jugar y al entrar la madrugada se escuchaban en el patio de la casa, los gritos y el desorden como si nosotros aún estuviéramos allí presente, de manera que no dejaban dormir a los que habitaban en ese pequeño rancho.

Como cosa rara, para nosotros eran simples cuentos para evitar que llegáramos todas las noches a seguir jugando, hasta que en una de esas noches decidimos jugar a las escondidas, eran más de las 11 de la noche, aun en mi mente está clavado fijamente ese escenario tan espeluznante.

Hemos iniciado el juego, me ha tocado contar a mí, la idea principal era llegar desde el numero 1 al 50 yo solo llegaba al número 20 y salía en busca de cada uno de nuestros primos. El primero en descubrir fue mi primo Yorvi, sinceramente él siempre fue el más despistado, por lo cual no me sorprendería que siempre fuera el primero en encontrar.

Mi búsqueda continua y por allá en una pequeña oscuridad veo un visaje, me atrevo a jurar que es mi prima Johana y aunque no estoy seguro me arriesgo.

- Uno, dos, tres Johana, detrás de la mata de mango, sin duda había acercado era ella la que estaba allí escondida.

Así prosiguió mi búsqueda, solo me hacía falta encontrar a prima Deixis, mi primo Yohandri y a mi hermana Belkis de los cuales a los dos últimos fue relativamente sencillo de ubicar su lugar de escondite.

Ya ha pasado un buen rato y no he podido ubicar a mi prima Deixis, se está volviendo como aburrido el juego, pero no me gustaría perder, ya la he buscado por tantos lugares y aún no logro detectarla, de manera que un impulso me obligo a salir al frente del pequeño rancho y así mirar hacia la parte del fondo, donde estoy seguro de ver la figura de nuestro primo Carlos y sin dudarlo menciono las siguientes palabras.

Imagen de dominio público. Autor Tahiro Achoub

- Uno, dos, tres, Carlos sobre las matas de mango del fondo del rancho.

En este momento todos mis primos se sorprendieron, Bernardo estás loco, si Carlos no está jugando, Carlos no está en el pueblo, menciono uno de ellos.

- Claro que sí está jugando, de aquí lo puedo ver, replique.

En ese preciso instante, todos se acercaron hasta donde yo estaba, y miraron hacia las mata de mango inclusive mi prima Deixis había salido de su escondite y como el resto, se disponía a ver dónde estaba Carlos.

Todos coincidimos en que era él y todos salimos corriendo hasta el fondo del rancho para ver con nuestros propios ojos la presencia del mismo. Fue una sola carrera la que la que dimos para llegar al lugar donde estaba ubicada la mata de mango y para nuestra sorpresa no logramos visualizar nada, sin duda Carlos no estaba allí y en el lugar donde lo logramos ver, solo nos percatamos de que estaban nuevamente aquellas pequeñas patas con ese olor putrefacto que en anteriores ocasiones, mi tía había alejado de la casa.

Aún recuerdo que sobre mi piel se sintió una fría y al mismo tiempo cálido brisa, el cual ocasiono que cada uno de los bellos de mi cuerpo se alteraran, mi corazón empezó a retumbar en mi pecho y al mismo tiempo escuchaba el llanto de mis primas y sus pasos al correr nuevamente a la presencia de sus padres.

Yo un joven de 12 años, no podía entender que estaba ocurriendo, quería intentar correr pero las piernas no me responden, de repente sentí sobre mi rostro lágrimas que corrían sin explicación, y en ese instante un fuerte tirón que por poco desprende mi brazo derecho, era mi prima Deixis quien con lágrimas en sus ojos me logró arrastrar y retirar de la presencia de esas patas malolientes las cuales representaban un mal presagio.

Desde entonces el jugar a las escondidas se ha convertido en un trauma para mí, sinceramente aún no puede explicar que ha sucedido esa noche con la presencia de Carlos que en un instante estuvo pero que ya no está.

Así culmina mi participación a la iniciativa de @hispaliterario y en este sentido me gustaría invitar para que se una a la actividad a @sidalim88 y @amestyj.


ENGLISH VERSION


I guess sometime in his childhood, he got to play hide and seek, this fun game for us had become a daily routine, no doubt the fact of meeting in that old ranch of our Aunt Doris to play this fun game was wonderful.

The fact that we could get together every night was a moment of great fun for all of us, I still remember each one of them (my cousins) running around that small ranch surrounded by mango trees.

For us it was a unique time of liberation, at that time we did not have access to video games, much less cell phones, so the spinning top, metras, fusilado and hide and seek were our entertainment center and without forgetting those days where playing parrots with our friends in the street was the common denominator.

Undoubtedly those were unforgettable times, until those incidents occurred that somehow forced us to abandon our play routines. In the first instance, the events seemed to be generated in isolation, since after finishing playing, our aunt would force us to tidy up or organize the space, it was mandatory to arrange the chairs we used and any mess we made, we had to leave it as it was at the beginning.

It was another of the routines we had acquired, it was not enough to play we had to learn discipline, however, for strange reasons the next day things dawned in complete chaos and the chairs or handcrafted furniture that were in front of the ranch ended up in places different from the original and on the contrary in this space we found those strange goat legs that seemed to have been stuffed or overheated from which a characteristic smell of sulfur was released as if it was forewarning of hell itself.

Public domain image. Author: Malik Earnest

Based on this circumstance, our aunt had called our attention, she did not want us to continue with the games at night, because when we finished playing and when the dawn came, the screams and disorder could be heard in the yard of the house, as if we were still there, so that those who lived in that small ranch could not sleep.

As a rare thing, for us they were simple stories to prevent us from arriving every night to continue playing, until one of those nights we decided to play hide and seek, it was after 11 o'clock at night, even in my mind that creepy scenario is still fixed in my mind.

We started the game, it was my turn to count, the main idea was to get from number 1 to 50, I only got to number 20 and went in search of each of our cousins. The first to discover was my cousin Yorvi, honestly he was always the most clueless, so I would not be surprised if he was always the first to find.

My search continues and over there in a little darkness I see a glimpse, I dare to swear that it is my cousin Johana and although I am not sure I risk it.

- One, two, three Johana, behind the mango bush, had undoubtedly approached, she was the one hiding there.

I only needed to find my cousin Deixis, my cousin Yohandri and my sister Belkis, of which the last two were relatively easy to locate their hiding place.

It has been a while and I have not been able to locate my cousin Deixis, the game is getting kind of boring, but I would not like to lose, I have already looked for her in so many places and I still can not detect her, so an impulse forced me to go out in front of the small ranch and look towards the back, where I am sure to see the figure of our cousin Carlos and without hesitation I mention the following words.

Public domain image. Author: Tahiro Achoub

- One, two, three, Carlos on the mango trees at the back of the ranch.

At this moment all my cousins were surprised, Bernardo you are crazy, if Carlos is not playing, Carlos is not in town, mentioned one of them.

- Of course he is playing, I can see it from here, I replied.

At that precise moment, everyone approached where I was, and looked towards the mango trees, including my cousin Deixis, who had come out of her hiding place and, like the rest of us, was about to see where Carlos was.

We all agreed that it was him and we all ran to the back of the ranch to see with our own eyes his presence. It was only one run that we took to get to the place where the mango tree was located and to our surprise we could not see anything, without a doubt Carlos was not there and in the place where we could see him, we only noticed that there were again those little legs with that putrid smell that on previous occasions, my aunt had kept away from the house.

I still remember that on my skin I felt a cold and at the same time warm breeze, which caused each one of the beauties of my body to alter, my heart began to rumble in my chest and at the same time I heard the crying of my cousins and their steps as they ran back to the presence of their parents.

I, a 12 year old boy, could not understand what was happening, I wanted to try to run but my legs did not respond, suddenly I felt on my face tears running without explanation, and at that moment a strong pull that almost detached my right arm, it was my cousin Deixis who with tears in her eyes managed to drag me and remove me from the presence of those smelly legs which represented a bad omen.

Since then playing hide and seek has become a trauma for me, I honestly still can't explain what happened that night with the presence of Carlos who once was there but is no longer there.

Thus culminates my participation to the @hispaliterario initiative and in this sense I would like to invite to join the activity @sidalim88 and @amestyj.


DE INTERÉS


1. Las diferentes temáticas abordadas en esta líneas de escritura son de autoría de @madridbg y representan un abordaje ficticio. // The different topics addressed in this writing line are authored by @madridbg and represent a fictitious approach.



0
0
0.000
9 comments
avatar

Saludos @madridbg, gracias por la invitación, la tomare en cuenta.

Me encanto mucho tu relato muy entretenido y logro captar mi atención desde el principio, fuiste tan detallista en cada una de las lineas que nos escribiste que sentía que estaba allí con ustedes jugando el escondite, el suspenso me atrapo hasta que me logre asustar por ese personaje final

0
0
0.000
avatar

Saludos @sidalim88 gracias por tus valiosas palabras, aunque en mi opinión un escenario de ese tipo no me gustaría vivirlo, mas allá de quien venga la invitación.. jajajaja

0
0
0.000
avatar

Un relato que crece en tensión hasta su final, con sus misterios, propios de nuestro folclor literario.

0
0
0.000
avatar

Gracias amigos de @hispaliterario sin duda las iniciativas son cada día mas extraordinarias, de manera que nos brindan la posibilidad de diversificar nuestro blog. Saludos

0
0
0.000
avatar

Buen ritmo, mantienes el suspenso y eso hace que el lector mantenga la lectura hasta el final. Saludos

0
0
0.000
avatar

Gracias amigo @silher por tus palabras, como escritos es un comentario que nos alienta a seguir compartiendo material de calidad. Saludos

0
0
0.000