Creando recuerdos, para pasar por el corazón.

Saludos, amigas y amigos de Holos &Lotus, espero que estén muy bien.

Nuestro comportamiento está forjado por recuerdos, así lo creo. Cada experiencia positiva o negativa que vivimos, nos deja aprendizajes que de alguna forma nos moldean y forjan nuestro carácter o la forma en la que reaccionamos ante las situaciones.

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@damarysvibra, nos invita a reflexionar acerca de lo que guardamos en nuestra memoria y en la forma en la que reaccionamos ante cada situación que nos trae recuerdos, sean alegres, tristes o desagradables.

@damarysvibra, nos comparte que se encontró con una definición muy interesante, sobre la palabra "recordar", me pareció bonito y emotivo, que antes se pensara que la memoria se encontraba o se almacenaba en nuestros corazones. Con razón, mi corazoncito de pollo se acelera cuando algún recuerdo, sumamente importante para mí, llega a mi mente.

De ser así, me alegro, porque desde siempre he intentado atesorar hermosos recuerdos para que cuando esté viejecita y me voltee a mirarlos, pueda decir, como el cantautor Alejandro Sanz, "El viaje estuvo bueno".

El baúl de mi memoria:

Considero que tengo muy buena memoria. Es una habilidad que no sabía que no todos tienen. Yo puedo pasearme por momentos de mi infancia, adolescencia, y adultez con una nitidez increíble. Recuerdo fechas, horas y eventos importantes. Por eso siempre trato de guardar en mi baúl, las mejores cosas que me han pasado. Cuando un recuerdo doloroso o desagradable se empeña en mantenerse, lo suavizo con música o lo interpreto de otra forma para que no me afecte.

Sin embargo, existen recuerdos que inevitablemente me lastiman, como recordar el fallecimiento de seres muy queridos e importantes para mí. En ese caso, también los acompaño de música y los envuelvo en amor y agradecimiento. Agradezco haberlos conocido y haber formado parte de sus vidas.

Pero los recuerdos que, gracias a Dios, abundan más, son los de alegría, compañía, experiencias bonitas y de amor.

Me gusta crear nuevos recuerdos, basados en la felicidad que siento al vivir experiencias bonitas y al compartir, junto a los que amo, las cosas buenas que nos pasan a todos en la tribu familiar.

A veces las situaciones desagradables, se presentan sin que podamos hacer nada, pero entonces rescato de ese momento, el aprendizaje y lo bonito que se le pueda encontrar. Por ejemplo, el recuerdo de algún momento de fuerte enfermedad, lo sustituyo por el agradecimiento de la recuperación, del apoyo incondicional de quienes me aman y me cuidan, de lo maravilloso que se siente, volver a estar sano.

Me gusta recrearme en mis recuerdos agradables y si en la medida de lo posible se pueden repetir, los repito, como en el caso de las reuniones junto a mis hermanos, mi esposo, mi hermana, mi cuñada, y mi mamá, donde la tertulia siempre gira en torno al buen humor, las risas y la música. Son momentos que, gracias a Dios, se repiten con frecuencia y llenan de más y más bonitas remembranzas mi baúl de recuerdos.

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Con mis hijos y mi esposo, también colecciono hermosos recuerdos y disfruto de ver las caritas de mis niños cuando evocan alguna experiencia vivida que les llena de alegría. Por eso valoro tanto las celebraciones y el decirles una y otra vez cuánto los amo.

Grabar en la retina:

Cuando tenía 12 años, comencé a viajar con frecuencia a otros lugares y países. Me llevaba mi tía y realmente lo disfruté mucho. En aquel entonces, no existían los celulares (recojan mi cédula) ni la tecnología que existe hoy en día, en la que se pueden obtener fotografías, casi con cualquier dispositivo electrónico. Entonces recuerdo que mi mamá me dijo: "Míralo todo muy bien y grábalo en tu retina". A partir de entonces comencé a practicar el observarlo todo y a tratar en la medida de mis posibilidades a grabarlo, de manera que al cerrar los ojos pudiera ver lo que había guardado.

Hoy en día puedo, queridos amigos, cerrar los ojos y evocar cada momento especial que atesoro. Por ejemplo, las vistas de mis lugares favoritos en la playa, la carita de cada uno de mis hijos, la primera vez que los vi, el día de mi boda, paisajes que he visitado y que me han dejado increíbles recuerdos. Son muchos los recuerdos que guardo y que, con ayuda de esta "técnica" que me enseñó mi mamá, puedo traer a mi presente cada vez que quiera.

La música y las ricas comidas, también me ayudan a evocar momentos que atesoro. La torta de jojoto que preparaba mi abuela, o los frijoles con chicharrón, traen a mi presente sus palabras, su sonrisa y muchas cosas más.

Me queda mucha vida por delante, en el nombre de Dios, y me entusiasma saber que seguiré guardando grandes recuerdos para pasar por mi corazón muchas veces, reviviendo agradables experiencias.

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Gracias por sus amables visitas y sus comentarios. Abrazos.

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Hola @lilianajimenez, me parecen muy útiles las estrategias que sigues, la idea de redimensionar un recuerdo, me parece excelente y funcional para comprenderlo, aceptarlo y soltar. Gracias vpor compartir.

Saludos y bendiciones para ustedes.

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Gracias a ti por compartir la propuesta. Hay una canción de un cantante argentino; Luciano Pereyra que se llama "Los recuerdos no abrazan" Es muy bonita, sin embargo me atrevo a decir, que los recuerdos bien rememorados sí que te pueden abrazar. Saludos.

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Es bonito ir por la vida recordando lo bueno, estamos llenos de agradables momentos y guardarlos en ese álbum personal es una actividad necesaria para apoyar la vida en lo bueno y agradable.

Un abrazo, hija.

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Hermosa manera de atesorar recuerdos, y que además se queden guardados en la memoria para siempre.

Momentos únicos que no se compran en ningún lugar,la familia lo más valioso que conservamos todos.

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