A imperfecto destiempo.

Aunque me diste mucho no fue lo suficiente,
y siempre iba a ser poco todo lo que me dieras
porque de ti aspiraba tener tu cuerpo y mente
y no tuve las notas que tú me requirieras.

Hiciste un gran esfuerzo en la cronología
y llegaste a portarte como tercera edad,
luego el temperamento que yo siempre exhibía
de viejo acomplejado creó una tempestad.

Joven, hermosa, amable, culta y profesional
deseabas que cambiara por un grato futuro,
pero en mi terco mundo de machista total
recibí de la vida un golpe, en verdad, duro.

Mi acritud en el trato, mi ruda tiranía
te fueron alejando aunque era tu atracción,
pero llegó el momento de no sentirte mía
y me empecé a quejar de tu poca atención.

Hoy después de unos años comprendo el grave error
de no saber llevarte como bella princesa,
y me llega a la vida tan terrible dolor
por no sentar el juicio, por no tener cabeza.

Poema original de @lecumberre