A ti Papá.
Imagen de mi propiedad
A ti Papá
Hoy doy gracias a la vida por tenerte como mi papá Enrique Laya, porque he sabido lo que es crecer a tu lado y aprender de ti. Eres un hombre correcto en toda la extensión de la palabra, de niña solo te veía trabajar en el campo, la tierra en nuestro pueblo amado; un trabajador incansable, honesto y respetuoso.
Esa humildad que te caracteriza es única, nunca te he escuchado quejarte, ni decir que estás cansado, aunque si lo estés; a pocos días de cumplir tus 78 años le agradezco a Dios por verte tan feliz, de pie y aun trabajando activo con tus siembras, con tus animales y pendiente de arreglar cualquier cosa en la casa. Siempre dispuesto para salir a hacer todos los mandados que te indica mi mamá.
Desde hace muchos años no vivo contigo, crecí y tengo mi propia familia, pero cada vez que puedo regreso a casa para compartir contigo, verte y escucharte. Temprano te llamé y me lleno de mucha alegría mi corazón porque te escuche feliz, muy, pero muy contento, me hablaste de tu siembra de maíz y granos; que las lluvias comenzaron y eso es bueno para las cosechas. No estás solo, mis hermanos están contigo, tus nietos y mi fiel mamá a tu lado haciéndote tu arepa como todos los días.
Eres un ser humano muy noble papá, nada exigente y amas el pueblo, el llano, tu tierra. Que Dios te bendiga todos los días, que dicha tenerte; Feliz día del padre papaíto de mi vida.