Falta poco.

Falta poco para el 24 de diciembre, donde todos reunidos compartimos con alegría en familia reunida para cenar y contar nuestras anécdotas, pero también esperar reunidos hasta las 12 de la noche para tener los regalos en las manos de todos.

Un presente para cada uno de los que estamos allí frente al árbol, sobre todo para los niños que son los que más disfrutan de esos regalos, pero algo muy alentador y conmovedor es ver como hacen sus cartas, con tanta dedicación para poder plasmar sus donde los niños colocan sus peticiones con tanto amor.

A mis hijas desde pequeñas siempre las enseñamos a ser muy sinceras en sus peticiones, claro que escriben sobre los regalos que quieren, pero más que los posibles regalos que quieren, también piden por nuestra felicidad y nuestra salud, por nuestra unión familiar.

Leer las cartas de mis hijas me llena de mucha emoción, ellas están grandes y sus peticiones no son las mismas, antes llenaban las cartas pidiendo muchos juguetes, pero a pesar de que pedían juguetes siempre estaban a nuestro alcance por lo menos de uno para cada una.

Sinceramente, ahora me complace mucho leer sus cartas debido a la gran carga emocional con que las escriben, porque ahora no piden regalos materiales o juguetes, ahora solo piden por la salud de ellas y de nosotros y de todos nuestros familiares, piden por la paz y la alegría de este mundo, pero sobre todas las cosas lo que más piden es salud.

El deseo más importante, que podemos pedir en nuestras cartas de navidad para nuestro futuro, es tener salud, porque teniendo salud podemos tener todo lo demás que nos propongamos.