Eng/Esp Parents are the hyperactive ones

Cuantas veces no le has dicho a tu hijo o hija expresiones como estas: siéntate, apresúrate, acá ya el desayuno, suelta ese juguete péinate límpiate no te ensucies no te mojes o quédate tranquilo. Sin duda serian millones de veces y es que en esta vida ajetreada a veces esperamos demasiado de los pequeños sin fijarnos que en esa bella etapa de la niñez son tan importantes el juego las canciones las travesuras la actividad el aprendizaje las preguntas y todo eso requiere ensayo y error. Nos gustaría que los niños estén quietos pero la realidad es que ellos están llenos de vitalidad energía y ganas de explorarlo todo. Si lo pensamos bien si le pedimos que estén quietos simplemente les estamos pidiendo que dejen de ser niños y eso no es justo. Mi pregunta es ¿El mal comportamiento será solo de los niños o también lo tendrán los padres?

En esta vida ajetreada que tenemos en ocasiones nos acostamos tarde terminado las obligaciones o simplemente metidos en las redes sociales o viendo tv. Luego nos levantamos tarde y a toda prisa hay que levantar a los niños. Si no se toman la leche rápido los presionamos mientras los peinamos no les tratamos con tanta delicadeza porque estamos estresados vemos el reloj y no aceptamos interrupciones hay que llegar temprano a la escuela al trabajo al medico y esto nos reta paciencia tan necesaria para tratar con los pequeños. En esos momentos le damos mas importancia al rostro sucio de con los alimentos o la bebida que a la hermosa sonrisa que refleja esa carita.

Se me olvido mi juguete ¡exclaman! y con una respuesta brusca acallamos su inquietud y si se ensucian por algún movimiento torpe ahí si que estallan nuestros circuitos. Ni hablar si nos preguntan el porque de las cosas y estamos muy cansados para responderles.

Todos deseamos hacer lo mejor que podemos, pero solo cuando se acuestan a dormir en silencia reflexionamos en que es lo realmente importante. En esos momentos sus travesuras no tienen tanta importancia solo nos cuestionamos si le estamos dando lo mejor que tenemos si estamos dando el tiempo que necesitan el afecto y la paciencia eso que podemos darles y que no es tan fácil hacerlo.

Lo que mas sentimiento nos causa es que los pequeños no guardan rencor si los corregimos o si no tenemos el tiempo, la paciencia, la creatividad o la imaginación que requieren. Ellos perdonan. Lo demuestran con un te quiero un abrazo o una sonrisa con la que espontáneamente muestran ese cariño tan puro. Si nos portamos mal ellos nos absuelven y nos premian. Ellos no entienden lo que es estar estresado por el trabajo los gastos o los problemas que sufrimos las personas mayores, pero si saben cómo darnos ánimo para luchar más y mejor.

Son muchas cosas las que les enseñamos a los niños. Pero si ponemos atención ellos nos enseñan muchas más. Tantos años para completar nuestro entrenamiento y nunca se quejan ellos solo se divierten. ¿Y nosotros? Disfrutemos cada momento de aprendizaje mutuo. Hay que aprovechar cada etapa y dejarlos que desarrollen su personalidad ya que la niñez pasa en un abrir y cerrar de ojos. Hay que seguir dándoles lo mejor y nunca olvidar que con mucha frecuencia nosotros somos los inquietos hiperactivos o impacientes.