[ENG-SPN] Magical and unusual Rastro of Madrid / Mágico e insólito Rastro de Madrid

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I suppose there will be many who are surprised by the following statement, but if there is a truly magical place in a city like Madrid, it is, without a doubt, the Rastro. El Rastro, is something more than a hundred-year-old market, where the used finds new life at a bargain price and where one meets again, paradoxical as such a statement may seem, with everything that was thrown away once and today, who knows if for and effect of the wisdom that nostalgia grants, he searches again, possibly seeking to reconcile himself with the lost happiness of those times, which, as the libertine poet François Villon would say, currently belong to that enigmatic place of memory where the lost snows reside. In fact, it could be added that the Rastro, metaphorically and comparatively speaking, is like those fantastic evanescent islands of medieval legends, the contemplation of whose wonders and in many cases, the impossibility of getting hold of them, leaves a feeling in the mouth. truly sweet and sour taste. However, and unlike these, the Rastro and its fantastic content, have coordinates within everyone's reach, with the advantage that, without having to face extreme dangers or resort to psychics, as in the Peter Yates film, entitled 'Krull', everyone knows that on Sunday mornings and until well after noon, the Rastro will appear, with all its magical content, in a very specific area of the Barrio de la Latina, such as the popular Plaza de Cascorro. And there, among magnificent curtains of smoke, the mixed exoticism of the smells of leather, mothballs, and coffee indivisibly linked to the greasy texture of churros and the intoxicating clouds of a thousand and one exotic perfumes imported from India -patchouli included. - The door of this true Ali Baba Cave will remain open for a few hours, trying to awaken the pheromones of passion, with the seduction that every unusual vision always exerts.

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Yesterday, that unusual vision assailed me in a disconcerting way. In fact, it was not the first time that, directing my steps through that network of antiquarian galleries that assault the attention of the passionate of Art for the succulent content of their windows, I felt really alarmed to discover a true collection of Marian images, Romanesque-Gothic - suffice it to cite, for example, that period of time that can vary between the 12th and 16th centuries to get an idea of its inestimable value - languishing, disturbingly, behind an ugly glass window. To understand this comment, it is necessary to situate oneself in the true context that lies behind these images: they are more than just objects that can be happily traded, because behind each of them, not only wonderful legends of apparitions and miracles circulate. , but, in addition, they have constituted the true essence of our peoples and not one of them will be found that is not associated with that wonderful popular therapeutic, which is miracles. It is also true that there is a true underground conspiracy, associated with the trafficking of these figures, so attractive to all kinds of plunderers and speculators, where not only are many parish priests involved -some, it must be said, motivated by merciful decisions aimed at improve the poor conditions of his parish- but also, great figures of artistic theft, such as Erik the Belgian -who did so much damage to the Spanish historical heritage- at the service of institutions and private collectors. If you think that all this is exaggerated, go one day and try to photograph these types of objects in detail and you will be met, ipso-facto, with hostility and threats. And this, speaking of stores that are supposedly in order and in accordance with the Law. But imagine my surprise and by default, my frustration, seeing a spectacular Gothic image, standing out from a tidal wave of objects, in an open-air stall, as if it were a trinket. A truly beautiful image, Theotokos or Throne of God, with the Child between his knees, wearing a tunic studded with stars -all symbolism- and wearing, precisely, an eight-pointed star -immortality, infinity- in that crown-like headdress, so characteristic, above all, in the Marian images, of a frank type, that mark the Camino de Santiago, especially in the Navarra area. Far from asking the price and showing excessive interest, I took advantage of the coverage of the crowd, to take some photographs, which, although it is useless, at least help, as far as possible, to raise awareness about how serious it is the looting of a patrimony, which belongs to all of us and which is the essence and faith of our elders. Of course, the surprises did not end there. But that will be part of another story.

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Supongo, que habrá muchos que se sorprendan por la siguiente afirmación, pero si hay un lugar verdaderamente mágico en una ciudad como Madrid, es, sin duda alguna, el Rastro. El Rastro, es algo más que un mercadillo centenario, donde lo usado encuentra nueva vida a precio de ganga y donde uno se reencuentra, por paradójica que tal afirmación pueda parecer, con todo aquello que tiró una vez y hoy, quién sabe si por causa y efecto de la sabiduría que otorga la nostalgia, vuelve a buscar, posiblemente, buscando reconciliarse con la felicidad perdida de aquellos tiempos, que, como diría el poeta libertino, François Villon, pertenecen, en la actualidad, a ese enigmático lugar de la memoria donde residen las nieves perdidas. De hecho, podría añadirse, que el Rastro, metafórica y comparativamente hablando, es como esas fantásticas islas evanescentes de las leyendas medievales, la contemplación de cuyas maravillas y en muchos casos, la imposibilidad de llegar a hacerse con ellas, deja en la boca un sabor verdaderamente agridulce. No obstante, y a diferencia de éstas, el Rastro y su fantástico contenido, tienen unas coordenadas al alcance de todos, con la ventaja de que, sin tener que afrontar extremados peligros ni tampoco recurrir a videntes, como en la película de Peter Yates, titulada ‘Krull’, todo el mundo sabe que los domingos por la mañana y hasta bien terciado el mediodía, el Rastro aparecerá, con todo su mágico contenido, en una zona muy concreta del Barrio de la Latina, como es la popular Plaza de Cascorro. Y allí, entre magníficas cortinas de humo, el exotismo mezclado de los olores a cuero, a naftalina, a café indivisiblemente unido a la grasienta tesitura de los churros y a las nubes embriagadoras de los mil y un perfumes exóticos importados de la India -pachuli incluido- la puerta de esta verdadera Cueva de Alí Babá, permanecerá abierta por espacio de unas horas, intentando despertar las feromonas de la pasión, con la seducción que ejerce siempre toda visión insólita.

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Ayer, esa visión insólita, me asaltó de una manera desconcertante. De hecho, no era la primera vez, que, dirigiendo mis pasos por ese entramado de galerías de anticuario que asaltan la atención del apasionado del Arte por el suculento contenido de sus escaparates, me sentía realmente alarmado al descubrir una verdadera colección de imágenes marianas, románico-góticas -baste citar, por ejemplo, ese periodo de tiempo que puede variar entre los siglos XII y XVI para hacerse una idea de su inestimable valor- languideciendo, inquietantemente, detrás de un feo escaparate de cristal. Para entender este comentario, es necesario situarse en el verdadero contexto que subyace detrás de estas imágenes: son algo más que simples objetos con los que se pueda alegremente comerciar, pues detrás de cada una de ellas, no sólo circulan maravillosas leyendas de apariciones y milagros, sino que, además, han constituido la verdadera esencia de nuestros pueblos y no se encontrará, ni una sola de ellas, que no esté asociada con esa maravillosa terapéutica popular, que son los milagros. Cierto es, además, que existe un verdadero complot subterráneo, asociado al tráfico de estas figuras, tan atrayentes para todo tipo de expoliadores y especuladores, donde no sólo están implicados muchos párrocos -algunos, todo hay que decirlo, motivado por decisiones misericordiosas encaminadas a mejorar las malas condiciones de su parroquia- sino también, grandes figuras del latrocinio artístico, tipo Erik el Belga -que tanto daño hizo al patrimonio histórico español- al servicio de instituciones y de coleccionistas privados. Si creen que todo esto es exagerado, vayan un día e intenten fotografiar detalladamente este tipo de objetos y se encontrarán, ipso-facto, con hostilidad y amenazas. Y esto, hablando de tiendas que, supuestamente, están en orden y de acuerdo con la Ley. Pero imagínense mi sorpresa y por defecto, mi frustración, ver una espectacular imagen gótica, sobresaliendo entre un maremágnum de objetos, en un puesto al aire libre, como si fuera una baratija. Una imagen, verdaderamente hermosa, Theotokos o Trono de Dios, con el Niño entre sus rodillas, vistiendo una túnica tachonada de estrellas -todo simbolismo- y luciendo, precisamente, una estrella de ocho puntas -inmortalidad, infinito- en ese tocado, tipo corona, tan característico, sobre todo, en las imágenes marianas, de tipo franco, que jalonan el Camino de Santiago, especialmente en la zona de Navarra. Lejos de preguntar el precio y de demostrar un excesivo interés, aproveché la cobertura del gentío, para sacar algunas fotografías, que, aunque no sirva para nada, al menos ayuden, en la medida de lo posible, a concienciar acerca de lo grave que es el expolio de un patrimonio, que nos pertenece a todos y que es la esencia y la fe de nuestros mayores. Claro, que, las sorpresas, no terminaron ahí. Pero eso será parte de otra historia.

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NOTICE: Both the text and the photographs that accompany it are my exclusive intellectual property and, therefore, are subject to my Copyright.
AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.

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El cuadro que la señora tiene en sus manos , la mujer tiene un vestuario e incluso su peinado y facciones son de las mujeres de hace muchas años , incluso he visto películas de esas épocas en que las mujeres eran tan recatadas , me hubiera gustado nacer en esas épocas , ahora es tan diferente , la verdad a pesar de ser joven no me gustan las mujeres que no dejan nada a la imaginación ,bueno ya me alejé del tema jaaaaaa , ahí hay mucho que ver , te imagino mirando y pensando , este cuadro es ...... esta figura es..... , esta escultura ...... lo digo porque eres un hombre que ha viajado y conoce de cerca la historia , tu post dice que seguirá luego buscaré lo que sigue .

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Bueno, era otra manera de entender la vida, donde podría decirse que había más misterio y más fantasía, en cuanto a la mujer se refiere. Todo un rito y la magia del galanteo que hoy día, parece que se ha perdido. Y en cuanto al resto de las maravillas que andan esperando un retorno digno a cualquier casa, pues la verdad, siempre me quedo muy sorprendido y también muy frustrado, pues la mayoría no están al alcance de cualquier bolsillo. Los vendedores del Rastro han evolucionado mucho y ya saben lo que tienen entre las manos. De haber podido, hubiera comprado esa imagen mariana, simplemente para intentar averiguar su procedencia y, en la medida de lo posible, retornársela a los que verdaderamente sabrían apreciarla: sus auténticos parroquianos. Saludos

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Pasar por el rastro y ver todas aquellas antigüedades es retroceder en el tiempo. Observe bellezas por esos lados. Detalles únicos que nos transportan. Muchísimo éxito y un gran abrazo @juancar347

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La verdad, es que ver ese patrimonio cultual y maravilloso, puesto en venta como si fueran vulgares baratijas, me saca de mis casillas. Quizás por eso entienda mejor el arranque de furia de Jesús, cuando expulsó del templo a los mercaderes. Pero en fin, es lo que hay, por desgracia. Por lo demás, el Rastro, aunque bastante cambiado, sigue siendo un lugar mágico y evocador como pocos. Un abrazo

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