[ENG-SPN] Keys and possibilities / Claves y posibilidades

It has always been said that history began in Sumer. There are those who questioned it, well into the 20th century, alleging, based on some controversial underwater remains that continue to be talked about to this day without the scientific community agreeing, that History began in Bimini. I have always been a supporter of the Fantastic Realism of Don Alonso Quijano and I prefer to think that History began in Plato's Cave, developing its main chapters, as the Australian aborigines think, in the time of the world of dreams. It could be added, therefore, that the night and its machinations generate stories that each one is very free to try to bring to the world of possibilities. What is forgotten is lost and what is lost is very unlikely to be found again, although it could be said that life, after all, is a never-ending search, in which everyone embarks on the fascinating journey to find his story and therefore to discover himself. What happens, for example, when we travel and visit a new town or city and stop to contemplate its most important buildings, its ruins, its artistic milestones, where we participate in the dreams and history of others, not with the incipient desire to make them ours, but with the hope of finding in them a clue that will provide us with the key to find out who we are and perhaps most importantly: where we come from.

Siempre se ha dicho, que la Historia comenzó en Sumer. Hay quien lo puso en duda, bien terciado el siglo XX, alegando, en base a unos controvertidos restos submarinos que continúan dando que hablar hasta el día de la fecha sin que la comunidad científica se ponga de acuerdo, que la Historia comenzó en Bimini. Yo siempre he sido partidario del Realismo Fantástico de Don Alonso Quijano y prefiero pensar que la Historia comenzó en la Caverna de Platón, desarrollándose sus principales capítulos, como piensan los aborígenes australianos, en el tiempo del mundo de los sueños. Podría añadirse, por consiguiente, que la noche y sus maquinaciones, generan historias que cada uno es muy libre de intentar llevar al mundo de las posibilidades. Lo que se olvida se pierde y lo que se pierde, es muy improbable que se vuelva a encontrar, si bien, podría decirse que la vida, después de todo, es una búsqueda incesante, en la que cada cual se embarca en la fascinante travesía de encontrar su historia y por lo tanto, de descubrirse a sí mismo. Lo que ocurre, por ejemplo, cuando viajamos y visitamos un pueblo o una ciudad nueva y nos detenemos a contemplar sus edificios más relevantes, sus ruinas, sus hitos artísticos, donde participamos en los sueños y en la historia de otros, no con el incipiente deseo de hacerlos nuestros, pero sí con la esperanza de encontrar en ellos una pista que nos proporcione la clave para averiguar quiénes somos y lo más importante, quizás: de dónde venimos.

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