En la cervecería (Relato)

En una cervecería dos amigos conversan mientras toman unas cervezas sentados alrededor de una mesa.

Uno se llama Saúl y el otro Nicolás:

El primero dice:

-De manera hermano que has decidido casarte.

-Así con ese gesto de sátira y poco convencimiento es. Marta es la mujer de mi vida, la que he estado esperando durante todos estos años. Es hermosa, inteligente, cariñosa y sobre todo me ama. Me despido de la soltería amigo. Me lanzo al agua.-Responde Nicolás

-¿Sin saber nadar? Todavía eres joven, apenas tienes veinte años y deberías esperar un poco más, quemar etapas, ambos estudian y esperar dos o tres años no significaría nada para ustedes. El matrimonio es algo a lo que hay que ir lo suficientemente maduro para no terminar lamentándose de lo que pudo ser y no fue.

-Tonterías de la gente, soy un romántico empedernido. Para casarse lo primordial necesario e importante es que dos personas se amen y correspondan, sé que soy joven pero ya tengo bastante experiencia como para afrontar el reto de formar una familia, mis padres se casaron muchos más jóvenes y permanecen juntos y felices.

-Es cierto, pero eran otros tiempos, de todas formas me alegra que tú, que eres mi mejor amigo, un hermano, seas feliz. Estar enamorado es lo más hermoso de la vida, pero también lo más estúpido, hacemos cosas tontas que de manera normal no haríamos y vemos todo diferente, más fácil, accesible y sin problemas, pero debemos detenernos de vez en cuando a reflexionar sobre lo hecho anteriormente ya que al no hacerlo luego estamos lamentándonos. Toma consejos que quienes estamos afuera en ocasiones palpamos mejor las cosas.

Saúl hace señas al mesero, quien se acerca.

Cuando este llega la mesa le dice:

-Por favor, traiga dos cervezas más.

Tras callar unos segundos Nicolás continúa hablando:

-Toda época tiene sus ventajas y desventajas, es cierto que eran otros tiempos, pero en los actuales, también existen parejas que se casan y duran igual o más que mis padres.

El amigo el responde

-Cierto, pero mientras antes eran las mayorías, ahora apenas representan lo contrario.

-Me sumaré a las minorías entonces y aprovecharé para tomar como ciertas las palabras que una vez pronunció Napoleón, cuando dijo que estas son las pruebas de lo que será el futuro.

Saúl se levanta y le dice:

-Discúlpame un momento, voy al baño.

En pocos momentos el mesero trae las cervezas mientras Nicolás se mantiene pensativo, con la vista puesta hacia el frente, en dirección a la entrada del establecimiento.

Este monologando dice:

-Este amigo mío si es pesimista, con razón ya tiene veintinueve años y aún está soltero, le tiene fobia al matrimonio, con lo hermoso que debe ser tener a su lado la mujer que uno ama, vivir para ella y que ella viva para uno y los demás que sufran viendo la felicidad ajena. Marta es la mujer de mi vida, no tengo ninguna duda al respecto.

Saúl quien ya regresaba hacia su asiento, puede escuchar lo último que ha dicho su amigo y le pregunta:

-¿Estás hablando solo?

Este le responde:

-No, solo estoy pensando en voz alta.

Cambiando el tema Saúl le dice:

-A partir de la semana entrante presentaremos finales, debemos ponernos de acuerdo para repasar por si acaso se nos hacen los exámenes complicados, últimamente estamos un poco vagos y en los parciales pasados mis notas no resultaron tan altas como esperaba.

-Las mía tampoco, desde mañana tomamos la noche para eso. Mejor la tarde, tengo que hacerle la visita a mi futura esposa tres veces a la semana y eso nos alteraría el horario.

Saúl en tono sarcástico le responde:

-Es una buena razón, aunque suena inquisitoria, al parecer ya tu futura esposa comenzó a marcar el terreno poniendo condiciones, no importa, de tres a seis iremos sacando lo más importante.

Adaptación de una escena de mi obra de teatro llamada "Nicolás"