Guillermo Sucre: poesía entre la claridad y la sombra

Ayer, 22 de julio, se cumplió el primer año del fallecimiento del poeta, ensayista y crítico venezolano Guillermo Sucre, uno de los capitales estudiosos de la literatura latinoamericana del siglo XX, como puede atestiguarse con esa obra maestra de la crítica literaria que es La máscara, la transparencia (1975) y con su estudio Borges el poeta (1967). Además, fue un destacadísimo profesor de literatura (docente de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Simón Bolívar en Venezuela, y profesor de la Universidad de Pittsburgh, en USA), impulsor del grupo-revista Sardio (de gran relevancia en la literatura venezolana) y traductor de cardinales poetas franceses y estadounidenses, con importantes reconocimientos nacionales e internacionales.


Guillermo Sucre 1.jpg
Retrato de Guillermo Sucre, por Vasco Szinetar - Fuente


Si bien autor de una austera obra poética, su poesía es densa y muy lúcida. Publicó los libros de poesía Mientras suceden los días (1961), La mirada (1970), En el verano cada palabra respira en el verano (1976), Serpiente breve (1977), La vastedad (1988) y Segunda versión (1993).

Al día siguiente de su muerte, publiqué un post aquí, que pueden leer en este enlace, quedando pendiente otro trabajo sobre este muy estimado autor venezolano. Los trabajos y los días (Hesíodo dixit) terminan imponiéndose y proyectos se distraen. Quiero, con este también limitado post, volver a rendir mi homenaje a Guillermo Sucre, con poemas de su libro *La vastedad. Para ello tomo tres poemas donde el tema es la palabra, la poesía, leitmotiv de la gran poesía moderna y contemporánea.


uta-scholl-j9LWx-xYXvU-unsplash 1.jpg
Foto de Uta Scholl en Unsplash


Escribo con palabras que tienen sombra pero no dan sombra
apenas empiezo esta página la va quemando el insomnio
no las palabras sino lo que consuman es lo que va ocupando la realidad–
el lugar sin lugar
la agonía el juego la ilusión de estar en el mundo

la ilusión no es lo que hace la realidad sino la ráfaga escindida–
simulacros donde ocurren las ceremonias
intercambios del fulgor     del vacío     del deseo

ya no hay sitio para la escritura porque ella es el sitio mismo–
de lo que se borra
no descubrimos el mundo lo describimos en su terca elusión

ya no volveré al mar pero el mar vive en esa ausencia
que es el mar cuando la palabra lo dice
y se derrama sobre la página como una mano
ya no estaré en el bosque sino en la hoja que escribo
y entreveo su ramaje     pasa el viento
ya no habrá más verano sino ese sol que devora a la memoria
y viene la gran noche de la arena que cubre los ojos
y sólo podemos leer lo que no estaba escrito

***

La refracción

homenaje a V.H.

Callar: la palabra atraviesa el soleado
follaje sin dejar caer una sola hoja
del árbol del lenguaje

***

Ya no hay palabras que no sean las últimas.
Podemos invocar a los dioses pero nunca llegaremos
       a amistar con ellos
No hemos sabido nombrar el mundo y apenas hablamos
       con sonoros equívocos.
La palabra es una parábola que nunca se cierra:
       no hemos vislumbrado el horizonte para extenderla.
El arco se nos quebraba con el solo impulso.


Guillermo Sucre 2.jpg
Guillermo Sucre, retratado por Vasco Szinetar. Librería Lugar Común. Caracas, 2016. - Fuente


La autorreflexión sobre la palabra y la poesía, como decíamos, motivo central de la modernidad poética, desde los románticos alemanes e ingleses, pasando por Baudelaire, Rimbaud y Mallarmé (de este último hay una notoria influencia en Guillermo Sucre), ha estado presente en nuestro poeta desde sus primeros libros, pero tomará más cuerpo posteriormente, como puede observarse en los poemas transcritos.

Este asunto se muestra desde diferentes, pero confluyentes, perspectivas: la inefabilidad del mundo, o la realidad inasible por la palabra, quedando frecuentemente solo el intento o la elusión, y la palabra queriendo ocupar el lugar de lo no asido. O el silencio, quizás una forma de lo anterior, cuando la palabra calla para no violentar lo existente, y en él se realiza la promesa del decir. O la incapacidad para realizar esa promesa, ese deseo en suspenso, ese fulgor en espera, como un dios inalcanzado.


Referencias:

Sucre, Guillermo (1976). En el verano cada palabra respira en el verano. Argentina: Edit. Alfa.
Sucre, Guillermo (1988). La vastedad. México: Edit. Vuelta.
https://letralia.com/noticias/2021/07/22/murio-guillermo-sucre/
https://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Sucre

Aquí algunos enlaces para acceder a poemas de Guillermo Sucre: 1, 2, 3.


Vector abstracto 1.jpg


Gracias por su lectura.


Gif diseñado por @equipodelta



0
0
0.000
6 comments
avatar

Sabrosa lectura de la palabra y la poesía, hermosa la frecuencia de Guillermo Sucre.

0
0
0.000