Goethe y la "venta del alma al diablo"
Con el desarrollo de las tecnologías de la información y el espectáculo, en una progresión inimaginable para muchos de nosotros, la difusión de publicaciones que cada vez más alcanzan el éxito masivo (un alto nivel de venta, los "best-sellers"), y de una visión que tiende a reparar solo en lo actual, se ha ido perdiendo, desde hace varios años, el interés en el conocimiento de lo que, en la mayor cantidad de los casos, son las referencias primeras de ciertos temas (ideas, proposiciones, inquietudes, conductas, logros, fracasos, etc.). Lo que es más grave, se ha ido perdiendo el interés en la lectura dedicada, paciente, amplia.
Así, a muchos de nuestros jóvenes ni les interesa ni conocen obras que fundamentan la conciencia occidental o universal (no entremos a considerar aquí las causas). Con frecuencia, no se sabe que se está repitiendo –y mal, en muchos casos– algo ya visto, dicho, por supuesto, que puede ser reescrito, repensado. No se trata de un prurito de atesorar originalidad o precedencia, sino de nutrir la información que nos haga seres con conciencia cultural (ya culturales lo somos, aunque lo ignoremos).

Todo esto para hablar, muy sucintamente, de una de las mentes más preclaras, como suelen decir, del inicio de la modernidad: Wolfgang Goethe, cuyo fallecimiento fue el 22 de marzo de 1832.
Goethe es, como se ha dicho, un "monstruo" intelectual, un "genio" en el sentido usado por él mismo, es decir, alguien que logra despertar o abrir desconocidas posibilidades frente a algo en su tiempo. Formado en la cultura neoclásica (s. XVIII) y en el estilo propio de ella, despejó el camino para la gran renovación iniciadora de la modernidad estético-literaria: el Romanticismo. Así tenemos novelas fundamentales en la formación sentimental de ese tiempo y más, como Werther (Las penas del joven Werther), que llegó a incidir con su tragedia amorosa a las jóvenes parejas de su tiempo (supuestamente, varios suicidios).
Pero, además de sus novelas, poemas, ensayos y artículos de investigación científica, escribió un drama capital para nuestra cultura occidental, Fausto (1807, 1ª parte, 1832, 2ª parte). En él aborda un motivo y personaje que estuvo en la literatura popular medieval-renacentista, el "Fausto", como lo recoge Chrsitopher Marlowe en La trágica historia del doctor Fausto (de 1604, aproximadamente).
Se trata del personaje que, inconforme con su vida o, específicamente, su saber, le "vende el alma al diablo", como se ha dicho coloquialmente durante siglos. En la obra de Goethe, alimentada por la sabiduría ancestral y que reescribe el libro de Marlowe, Fausto es igualmente un personaje inconforme con su saber (ejercicio científico) y acude a Mefistófeles, personificación del diablo, para obtener el poder que no tiene por su voluntad.

Ahora, sin quedarnos en la versión de Goethe, pero haciendo homenaje a su visión tan moderna, no queda duda –al menos para mí– que vivimos el anhelo fáustico, esa pulsión (orgánica, psíquica y social) que nos lleva a una acción (o deseo) de contravenimiento o inconformidad que desconoce la realidad y quiere imponerse por encima de ella. Pero, sobre todo, es la entrega a un interés que niega nuestra autonomía, nuestra visión independiente de la vida.
Aparte de la literatura, donde resulta particularmente fértil como tema, hay obras muy ilustrativas con respecto a este complejo tema, particularmente en el cine. Recuerdo, de modo especial, el filme Mephisto del director István Szabó, donde el personaje es un artista (actor y director teatral) enfrentado al acoso y seducción del régimen nazi, filme que recomiendo ver.
La pulsión "fáustica" nos recorre, en modos incluso no fácilmente identificables, y, a esta altura de la reflexión, no sé si será posible evitarla. Ocurre en las redes y plataformas, que se nos presentan de un modo que "aceptamos" y por el que nos "subordinamos" jovial e indiferentemente. Sin pensarlo, estamos siendo objetos / sujetos de un proceso fáustico.
==============


Interesante. Justo ahora estoy leyendo una biografía de Humboldt, y fue gran amigo de Goethe, y me está pareciendo de lo más interesante el gran rango intelectual y de intereses que tuvo en vida.
Definitivamente todo un personaje muy reconocido en la literatura, y de una personalidad de lo más interesante, pero creo que no lo suficiente reconocido en el mundo de la ciencia, que fue otra de sus grandes pasiones. Buen post. Saludos amigo @josemalavem
Hola, amigo @bonzopoe. Gracias por tu lectura y comentario. Sí, Goethe fue una de las últimas figuras enciclopédicas; acumuló un amplio conocimiento en diversos campos, aparte de la literatura. No lo he leído en sus trabajos científicos; algo sí con respecto a la teoría del color. Saludos.
https://twitter.com/jorma08/status/1374206607182139392
#posh #hivetwitter
https://twitter.com/jorma08/status/1374206607182139392?s=20
Hi josemalavem,
Visit curiehive.com or join the Curie Discord community to learn more.
Thanks, @curie.
Pues también quizás pudiera usarse de paralelismo con lo que mencionas la historia literaria de "el retrato de Dorian Grey", en donde alguien ensimismado que se niega a seguir el mismo rumbo que el resto de las personas, y no por un acto de rebeldía, si no por un acto de egoísmo y hedonismo.
Salu2.
Gracias por tu visita y comentario, @megusta. Podría pensarse en alguna relación, pero lo que pasa en Fausto es que existe la voluntad de establecer la dependencia de un medio límite para acceder a su deseo, nada más que pactar con el Mal.
Maravillosa reseña, me ha encantado y me motiva a leer sobre Goethe. Felicidades!!!
Hola, amigo @josemalavem
Interesantísimo artículo.
Toda la historia de la humanidad se ha desarrollado en un juego de deseos insatisfechos y traiciones a nosotros mismos. Ese tema no pasa de moda.
Nuestra inconformidad se mantiene en todas las cosas. Nada es suficiente. Nada nos mantiene comprometidos. Buscamos ser diferentes y caemos en el mundo de la moda, donde todos nos vemos igualmente raros. Por querer más nos metemos en las garras del "diablo", y en esa lucha nos encontramos.
Excelente escrito.
Un abrazo
Agradezco tu lectura atenta y tu comentario muy pertinente. Saludos, @librepensadora.