Camino a la desesperación/Road to despair

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David ya cumplía 18 años cuando su padre cayó enfermo, sin poder seguir viajando con la mercancía que necesitaba para generar ingresos para su familia, era momento de que el hijo mayor se encargara de ayudar a la familia, siendo capaz ahora de viajar con peso en su espalda dada su edad y el trabajo duro que había estado haciendo en la granja. En su primer viaje, se le mando a comprar maíz, lo necesitaban para molerlo y venderlo, el joven se armó de valor, busco el saco que siempre usaban para comprar y fue hacia el otro pueblo, caminando por horas para poder llegar, finalmente comprándolo, teniendo solo el camino de regreso como obstáculo.

Lamentablemente para David, lo esperaban unos bandidos que lo vieron ir de camino al pueblo, nunca habiéndolo visto y sabiendo que sería fácil de asustar, esperaron ansiosos su momento de triunfo sencillo, viendo como el joven, ya cansado caminaba lento, estando lleno de sudor. Se alzaron ante él, moviendo sus cuchillos, gritando cosas malas que podrían hacerle, entregando inmediatamente la mercancía, quedándose sin nada, ni el maíz, ni el saco. Al llegar a su casa triste y desesperanzado, le contó a sus padres lo sucedido, no pudieron más que intentar calmarlo y decirle que el día de mañana, saldría de nuevo a comprar azúcar, para hacer pasteles para vender.

Y así fue, como al día siguiente fue de nuevo al otro pueblo, pero esta vez, busco otro camino para recorrer, yéndose por el bosque, cruzando un rio largo. Al principio tenía miedo de cruzarlo y salir herido, pero no podía ir por el camino que siempre cruzaba, había bandidos que lo esperarían, quitándole sus pertenencias y la poca valentía que tenía. Agarro con todas sus fuerzas el saco, avanzo con fuertes pisadas el lago, viendo por donde iba cada uno de sus pasos, hasta que la corriente fue más fuerte y lo desequilibro por un momento, cayendo de espaldas al rio, buscando levantarse rápidamente para que no se lo llevara la corriente y su mercancía se perdiera en el camino. En ese momento cuando se levantó, usando todas sus fuerzas para poder llegar a la orilla del rio, sintió un gran peso, la azúcar había sido compactada por el agua, haciéndola más sólida y difícil de cargar, con todo ese peso tuvo que ir hasta su hogar, con mucho esfuerzo y cansancio, pero al menos con toda su mercancía.

Había pasado una semana desde entonces, ahora tenía que ir a comprar sal para condimentar los alimentos, feliz por saber que podría cruzar el rio sin ningún problema, no temía por los bandidos, no temía cansarse ya que había estado esperando el siguiente momento para buscar mercancía, entrenándose para cargar un gran peso encima sin importar las condiciones. Fue al otro pueblo, mirando a todos lados a ver si encontraba a los bandidos de aquel día, teniendo suerte de no encontrárselo llego al otro pueblo sin problemas, pero para no tentar a su suerte decidió pasar por el rio de nuevo. No tenía miedo porque sabía que, si se caía, solo debería levantarse rápidamente para no perder tanta sal, así que fue sin ver sus pisadas, sin prestar atención en donde daba el siguiente paso, resbalándose un poco, cayendo de rodillas al rio, sin que su saco cayera completamente al agua, no se preocupó y se levantó lo más rápido posible. Al cabo de un rato sentía demasiado liviano el saco, al darle un vistazo pudo notar que había menos de la mitad de sal, todo lo demás se había diluido en el agua, siendo lo contrario con el azúcar, llegando a su casa cabizbajo, sin ganas de hablar siquiera, sintiendo desesperación por sus actos.

En esta ocasión, se le mandaría al otro pueblo en busca de madera, no podía perder nada en esta oportunidad nueva, no quería evitar los bandidos, quería enfrentarlos esta vez, por culpa de ellos, en tres ocasiones fue más difícil su mandado, ahora tendría que enfrentarse a sus problemas de forma directa. Camino hasta el otro pueblo, más rápido que antes, consumido por el odio y la desesperación de no volver a fallar, compro la madera que le pidieron, las tomo todas en su espalda y, agarrando solo un tronco con su mano, salió de vuelta a su casa, viendo por todos lados, escuchando todo a su alrededor, esperando su momento de liberar su enojo.

Pero no consiguió a nadie, no hubo quien lo detuviera esta vez, así que llego a su casa, viendo como faltaban cosas, su madre triste en el suelo y su padre molesto en una silla. Preguntando qué había sucedido con todas sus cosas, descubrió la verdad de su infortunio. Los bandidos habían seguido a David hasta su casa las últimas veces que fue, lo estaban acechando, pero viendo como perdió parte de la sal e hizo más pesada el azúcar, no se atrevieron a robar ese botín, en cambio, prefirieron seguirlo hasta su casa para ver que hacían con todo eso. Sus primeros viajes al exterior, sus primeros días como adulto, sus primeras grandes responsabilidades, fueron todo un fracaso, sintiendo la desesperación del mundo adulto.

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David was already 18 years old when his father fell ill, unable to continue traveling with the merchandise he needed to generate income for his family, it was time for the eldest son to take charge of helping the family, now being able to travel with weight in his back given his age and the hard work he had been doing on the farm. On his first trip, he was sent to buy corn, they needed it to grind it and sell it, the young man steeled himself, looked for the sack they always used to buy and went to the other town, walking for hours to get there, finally buying it, having only the way back as an obstacle.

Unfortunately for David, some bandits who saw him on the way to town were waiting for him, never having seen him and knowing that he would be easy to scare, they anxiously awaited their moment of simple triumph, seeing how the young man, already tired, walked slowly, being full of sweat. They stood before him, waving their knives, yelling bad things they could do to him, immediately handing over the merchandise, leaving nothing, neither the corn nor the sack. Arriving home sad and hopeless, he told his parents what had happened, they could only try to calm him down and tell him that tomorrow, he would go out again to buy sugar, to make cakes to sell.

And so it was, as the next day he went again to the other town, but this time, he looked for another way to go, going through the forest, crossing a long river. At first he was afraid to cross it and get hurt, but he couldn't go the way he always crossed, there were bandits waiting for him, taking his belongings and the little courage he had. He grabbed the sack with all his strength, he advanced with strong footsteps the lake, seeing where each one of his steps was going, until the current was stronger and unbalanced him for a moment, falling backwards into the river, trying to get up quickly so that the current will not carry it away and its merchandise will be lost along the way. At that moment when he got up, using all his strength to reach the river bank, he felt a great weight, the sugar had been compacted by the water, making it more solid and difficult to carry, with all that weight he had to go to his home, with a lot of effort and fatigue, but at least with all his merchandise.

A week had passed since then, now he had to go buy salt to season food, happy to know that he could cross the river without any problem, he was not afraid of the bandits, he was not afraid of getting tired since he had been waiting for the next moment to look for merchandise, training to carry a heavy load no matter what the conditions. He went to the other town, looking everywhere to see if he found the bandits that day, being lucky not to find them, he reached the other town without problems, but in order not to tempt his fate, he decided to go through the river again. He was not afraid because he knew that, if he fell, he should only get up quickly so as not to lose so much salt, so he went without seeing his footsteps, without paying attention to where he took the next step, slipping a little, falling on his knees into the river, without Before his sack fell completely into the water, he didn't worry and got up as quickly as possible. After a while the sack felt too light, when he looked at it he could see that there was less than half of the salt, everything else had been diluted in the water, being the opposite with the sugar, arriving at his house crestfallen, without wanting to even talk, feeling despair at his actions.

On this occasion, he would be sent to the other town in search of wood, he could not lose anything in this new opportunity, he did not want to avoid the bandits, he wanted to face them this time, because of them, on three occasions his mission was more difficult, now he would have to face his problems head-on. He walked to the other town, faster than before, consumed by hatred and despair of not failing again, he bought the wood they asked for, he took them all on his back and, holding only one trunk with his hand, he went back to his house, looking everywhere, listening to everything around him, waiting for his moment to release his anger.

But he didn't get anyone, there was no one to stop him this time, so he arrived at his house, seeing how things were missing, his sad mother on the floor and his upset father on a chair. Asking what had become of all his things, he discovered the truth of his misfortune. The bandits had followed David to his house the last few times he went, they were stalking him, but seeing how he lost part of the salt and made the sugar heavier, they did not dare to steal that booty, instead, they preferred to follow him to his house. to see what they did with all that. His first trips abroad, his first days as an adult, his first big responsibilities, were all a failure, feeling the desperation of the adult world.

Como una forma de practicar mi imaginación, escribo historias a partir de una palabra, en esta ocasión fue desesperación ¿Que les pareció?

As a way to practice my imagination, I write stories from a word, this time it was despair. What did you think?

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