Un café y una galleta pueden ser buena compañía

Parece un cliché, pero un café y un par de galletas mucho bien pueden generar en ti. Y no me refiero al hecho de que te genere placer el comerlas, no, sino por lo que te genera el momento en particular. Cuando tengo algo de estrés suelo salir a caminar, en otros momentos lo he compartido, y no sólo eso, sino que me siento a disfrutar de una par de galletas con un respectivo café con leche, que es algo que me gusta.

Estar en una panadería o en una cafetería sentado puede permitirme en esa espacio de soledad pensar con respecto a muchas cosas a medida que disfruto de mis respectivas galletas y mi café, puedo ver llegar amuchas personas que tienen sus particulares vivencias y experiencias, lo que incluso sin conversar con ellos puedes deducir algunas cosas.

Incluso es un agradable ejercicio de imaginación, lo digo porque en algunas oportunidades suelo imaginar lo que están pasando las personas que llegan partiendo de la actitud con la que lleguen, y de esa manera puedo incluso pasar el tiempo y distraer la mente, mientras con frecuencia pido otro café con leche.

Es claro que no lo hago habitualmente, de hecho, puede que pase semanas sin hacerlo, pero cuando se da el caso suelo disfrutarlo. No sé que pensará la gente que me ve sentado sólo en una panadería tomando café y comiendo galleta, pero la verdad es que tampoco es algo que me importe mucho, porque no es frecuente que vaya al mismo sitio sino que más bien lo varío.

Tengo así posibilidad de probar suerte y ver si consigo un tipo diferente galletas, que me agrade. Pero me he desviado del tema principal que quería compartir, que es el hecho de poder disfrutar un momento a solas, con algo que me gusta, y estar en realidad conmigo mismo, no tan solo.

Es algo que creo cualquier persona puede hacer, sin necesidad de tener que gastar tanto dinero, y puede que sirva de mucho, incluso ese momento en el que sientes que por alguna situación estas molesto, y necesitas distanciarte por un rato de esa realidad, es una buena excusa, porque no sólo te alejas sino que puedes disfrutar de algo agradable que podría hacerte sentir mucho mejor, y al volver a casa, o al trabajo, o al sitio del que te hayas distanciado por un rato, estarás de mejor humor, con la mente más lúcida y con mejor disposición.