Mientras pasan los años, vamos compartiendo con personas a quienes les va muy bien en diversas áreas de la vida, otras a quienes realmente no les va tan bien como esperan, pero, finalmente lo que vemos son resultados, y pareciera que nos siempre hay una concordancia entre lo que se consigue y lo que se aspira, pero, ¿hay siempre la dedicación y le trabajo necesario para lograr eso que se aspira?

Este es un gran detalle que hay que considerar siempre, porque no podemos ver todo el día a todas las personas, muchas veces ocurre que quien aspira algo grande sencillamente no dedica ni el tiempo ni la dedicación suficiente para poder lograrlo, o puede ocurrir que no tienen las habilidades necesarias para ello, por tal motivo se hará prácticamente imposible que lo logre.

Hay que aceptarlo, no todo lo que deseamos lo podemos lograr, no siempre tenemos lo que se necesita para alcanzar algo, no intento ser pesimista con este enunciado, sino realista. No quiere esto decir que debemos sentirnos mal por ello, muchas veces eso que deseamos responden a deseos que prácticamente fueron impuestos cuando éramos niños, crecemos con eso y pudiéramos pensar que no hay posibilidades de cambio, pero si que las hay, claro que sí. Sólo debemos ser conscientes de nuestra realidad y trabajar en ello.

Hay personas que piensan que cuando a alguien le va bien es cuestión de suerte, y no siempre es así, la verdad es que la mayoría de las veces hay un gran trabajo que nadie ve, y cuando el éxito llega, realmente es el resultado de ese intenso trabajo, y no necesariamente cuestión de suerte. Y parte de este éxito está en saber escoger lo que queremos, además de que debemos autoconocernos y tener la certeza de si reunimos o no eso que es necesario para lo que empezamos a hacer, y por supuesto, no podemos olvidar ser constante en lo que hacemos.

Los grandes resultados no son cuestión de suerte sino de trabajo duro e inteligente.