¿Hace falta una catástrofe para que se generen cambios?

Veo que existe un gran error en la manera en la que las grandes potencias mundiales llevan los asuntos económicos, siempre relacionándolos a la carrera armamentista. Pareciera que quieren intimidar a todos haciendo alardes de la cantidad de misiles y los mejoramientos en el plano militar que van logrando, esto realmente me parece inapropiado.

Estos países potencia se reúnen anualmente para hacer planificaciones del orden mundial, según dicen y que es para establecer estrategias que permitan una sana convivencia en equilibrio con el medio ambiente, mejorar las relaciones, apoyar a los más desprotegidos, entre otro conjunto de mentiras, si, para mi son eso, grandes mentiras, ya que al final no logran nada más que algunas noticias pero en la acción no es mucho lo que ocurre.

En cambio se puede ver, por ejemplo, que a pesar de los acuerdos que hacen para disminuir las emisiones de CO2, no se logran avances sustanciales en el plano real, todo queda en papel, y para cumplirse en 20 años. Es evidente que si hubiera un consenso real en términos de ejecución, en poco tiempo podría mejorarse mucho ese gran problema que hoy azota al mundo, ¿por qué digo que es evidente?, fácil de ver.

En el período de pandemia, cuando se declaro y fueron obligadas muchas empresas a cerrar, disminuyó el uso de transporte entre otros grandes contaminantes, los niveles de contaminación disminuyeron a puntos muy importantes, así que esto dejó en evidencia que si se pusieran es práctica muchas de esas estrategias de las que tanto hablan, sería muy fácil mejorar las condiciones ambientales mundiales, pero sólo obligados por la pandemia se logró mejorar.

¿Será necesario que ocurran grandes catástrofes que obliguen a la humanidad a actuar en ese aspecto? porque por lo que puedo ver sólo ante una eventualidad mundial como la pandemia es que se ha podido lograr mejoras en el plano de la contaminación, no quiero convencerme de que aún cuando vamos directo a la destrucción del mundo no se hace nada por evitarlo, a menos que algo verdaderamente terrible ocurra.