Salvación - Relato

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Fuente Pixabay




Marcelo descubrió que no era normal desde muy temprana edad. Tenía un don. Un regalo del universo. Un poder que cualquier otra persona desearía tener. Pero para él, era una maldición, un castigo, algo que haría de su vida un infierno.

Estaba cursando estudios primarios cuando comenzó a tener visiones. Cuando tocaba a uno de sus compañeros en medio de los juegos de recreo, visualizaba vivencias de esa otra persona. Las peleas con otros niños,los maltratos de algunos padres, el despertar sexual de otros. Desde el inicio de las visiones tuvo miedo. No podía explicarlo.Intento decirle a uno de sus amigos, pero cuando les conto que había visto algo que solo su compañero podía saber, estos se molestaban. ¿Cómo sabes eso? ¿Quién te dijo? ¡Atrévete a contarlo y te partiré los dientes! Le increpaban los compañeros. Con el tiempo dejarían de jugar con él,de hablarle, de acercarse.

Paso el tiempo y ahora no solo eran las visiones, también sentía lo que la otra persona vivió en ese momento. Con ese poder no deseado, fue que se entero de las visitas de su padre a los prostíbulos de la ciudad y de su adicción al alcohol. Por culpa de su extraño poder, se le rompió el corazón, cuando le presentaron a la chica que le gustaba.

Era de la misma barriada. Cuando se dieron la mano,tuvo la visión de la chica acostándose con hombres que podrían ser su padre. Era una dama de compañía.


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Marcelo dejo de salir. Se la pasaba encerrado en casa. No tenía amigos, No se relacionaba con nadie. Su madre estaba preocupada y lo llevoa ver especialistas.Los psiquiatras solo le recetaban drogas que no hacían ningún efecto. Al contrario, parecía que agudizaba su poder. Le conto a su madre lo que sufría y ella no le creyó. Pero cuando Marcelo le dijo la visión que tuvo de ella y de un secreto que guardaba. Eso la convenció y también la aterrorizo.

Probando una forma de controlar su poder, descubrió que era con el contacto de piel que lo activaba. Se coloco unos guantes de plástico y al tocar a otra persona, no tenia visiones. Su madre compartía su sufrimiento. No le gustaba verlo tan aislado. Ella le sugirió ir a la iglesia, no importaba cual religión, pero que buscara la ayuda de dios. Quizás esa era la vía, su salvación.

Llego el día Domingo y Marcelo se puso un traje de su padre.Dejo los guantes de plástico. Pensó que no eran necesarios. Fue a una iglesia cercana. Se llamaba la Iglesia de los Últimos Días. El nunca fue creyente religioso, pero deseaba encontrar respuestas.¿Por qué Dios le dio ese poder? ¿Por qué lo castigaba de esa manera? ¿Por qué Dios lo hacía sufrir?

Caras amables le ofrecían una sonrisa mientras transcurría el servicio religioso. Comenzó a sentirse bien. Todo era muy bonito. Muchas buenas personas reunidas.Por un instante pensó que había encontrado su lugar en el mundo.

Uno de los líderes de la iglesia pidió un aplauso para los que se estaban integrando en el culto. Marcelo parecía contento de ser tomado en cuenta. El coro inicio los cantos. Una joven se puso al lado de Marcelo y le acerco un libro con la letra de la canción. Al tomar el libro, rozo los dedos de la chica. Soltó el libro. Ella lo miro desconcertada. – Disculpa – dijo Marcelo nervioso. Tuvo una visió. La noche anterior. La chica con unas amigas, en el baño de un sitio nocturno consumiendo cocaína.


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El servicio culmino. Ahora era el turno de las reuniones de los jóvenes solteros,las damas en otro grupo y los hombres adultos en otra sala. Mientras se preparaban, se acercaban miembros de la iglesia para darle la bienvenida. El líder que dirigió el servicio lo saludo con un fuerte apretón de manos. Marcelo comenzó a sudar. Ese hombre tan amable golpeaba a su esposa, durante una pelea marital. –¡Bienvenido! me alegra que estés con nosotros. Mi señora esposa le encantara conocerte. Ella organiza las actividades de los jóvenes, pero hoy estaba muy mal de salud y no pudo asistir. – le dijo el líder, sin saber que Marcelo sabia la verdadera razón de la ausencia.

Otros miembros de la iglesia fueron a saludarlo y las visiones eran peores. Todos eran unos falsos. Actuaban de una manera dentro de aquel recinto y de otra manera e en su vida diaria. Tantas visiones lo estaban enfermando. - ¡Vine aquí a encontrar la paz! – grito Marcelo. - ¿Por qué me haces pasar por esto Dios? ¡Son todos unos hipócritas!- silencio se hizo en el gran salón. El presidente de la estaca lo rodeo - Tranquilo joven. Aquí encontraras la paz del señor. Vamos a conversar – agarro la mano de Marcelo. La expresión en el rostro del joven fue cambiando. Rabia, desprecio, asco. No pudo evitar vomitar ante las miradas atónitas de todos los presentes. La visión que tuvo del presidente de la estaca le causo repulsión. Ese hombre que fungía como líder supremo de una iglesia, abusaba sexualmente de su hijastro, un niño de solo seis años de edad.

-¡Maldito! ¡Eres una basura asquerosa! Abusas de los niños. ¡Sucio Sádico! – Se abalanzo contra el religioso. Totalmente cegado lo golpeaba una y otra vez. Otros hombres de la iglesia interfirieron para intentar calmar a Marcelo. –¡Está loco!- exclamaban las mujeres. Lograron quitarlo de encima del presidente. Las visiones de todos los que estaban tocando lo en ese momento se mezclaban. Su cerebro parecía a punto de colapsar. Haciendo un último esfuerzo, logro zafarse y fue directo a la salida.


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Corrió como un desquiciado. No quería estar cerca de aquella gente horrible. Falso, Pecadores, Hipócritas. Mentirosos. Pervertidos. Criminales.Todos disfrazados de mansos corderos. Con sonrisas fingidas y corazones llenos de estiércol. Era tal la desesperación de alejarse que no se percato de un vehículo que se aproximaba. El golpe lo hizo dar una vuelta en el aire. Su cuerpo cayó en la acera y sus brazos quedaron expuestos en la zona de circulación. Otro automóvil intento esquivar al primero y paso los neumáticos por encima de sus manos.

Nunca fue una persona normal. Eso lo entendió Marcelo con el pasar de los años. El asistir a la iglesia realmente lo ayudo. Ver las miserias humanas bailar a los compas de sus mentiras hizo que actuara de esa manera. Después del accidente tuvieron que amputarle las dos manos. Después del accidente fue libre. El poder desapareció. Había visto la peor cara del ser humano. Un nuevo Marcelo surgiría para intentar limpiar el mundo de tanta podredumbre.

Columnas elaboras por mi usando Photoshop



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