El camino de las flores

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Mauricio era un joven docente que, luego de su graduación había sido seleccionado para impartir sus enseñanzas en un pequeño pueblo del interior.

Al principio le costó adaptarse a las costumbres de aquellos aldeanos, puesto que sus costumbres regían en torno a múltiples supersticiones y creencias que Mauricio no compartía.

Rentó un pequeño departamento que daba al otro lado del cementerio y cuyo paso estaba lleno de un campo de hermosas flores que parecía que jamás se marchitaban y de las cuales se desprendía un olor tan agradable que cautivaba a cualquiera que se paseara por dicho lugar. Pero lo curioso era que las personas que allí vivían, evitaban a toda costa pasar por aquel "camino de las flores" y mucho menos se atrevían a deambular en la noche manifestando que ese lugar estaba maldito.

Mauricio al enterarse de una y otra historia aterradora que contaban ciertos moradores, y sumado a su evidente escepticismo optó por salir una noche para demostrar a todos que sus creencias no eran reales.

La noche cayó con normalidad, las luces del alumbrado público apenas llegaban hasta el camino de las flores, por lo que, con ayuda de una linterna se adentró a caminar a altas horas de la noche en el lugar temido por todo un pueblo.

Todo parecía ir con normalidad, ruidos que solo se escuchan en la noche, el sonido de los animales nocturnos y el frío que reinaba como de costumbre en toda la zona, una niebla espesa lo cubría, dejando que visualizara apenas unos escasos metros delante de su rostro.

Sin embargo el olor de las flores ya no era agradable y perfumado, sino más bien un olor nauseabundo y putrefacto que apenas se podía soportar, escuchó murmullos susurrando en sus orejas y percibió como si personas desesperadas se acercaran bruscamente hasta él para agarrarlo.

Apenas sintió que alguien tocó a sus hombros, sacó fuerzas desde donde no creía tener y salió corriendo sin mirar atrás hasta su departamento con la mano en el pecho y una expresión en su rostro de terror total. No obstante, pese a aquel suceso aterrador se sintió con las fuerzas suficientes para contarles a todos los moradores que él había salido ileso del camino de las flores, puesto que todos aseguraban que nadie que haya entrado ahí en la noche ha salido con vida.

A la mañana siguiente se levantó tarde, con cierta extrañes, pues no sentía hambre, ni sed, solamente ganas de contarles a todos de su gran hazaña, pero cuando se encontró con un grupo de personas reunidas, no pudo evitar escuchar que estaban hablando de él.

Así que se acercó a saludarlos pero nadie respondió, volvió a saludar con más fuerza, y sin embargo nadie volteó a verlo; intentó tocarlos pero ellos no parecían hacer caso a sus palabras, ¡lo ignoraban por completo! Su horror se intensificó cuando vio su cuerpo tendido en el piso, con la misma expresión de miedo que sintió en la noche, y todas las personas formando un círculo alrededor de él...

Gritó, lloró e intentó de todo para que alguien notara su presencia, todo ello resultó ser vano, ahora su única esperanza es permanecer en el camino de las flores y esperar a que algún ingenuo se acerque por las noches para robarle su alma, así como se la robaron a él...



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Gracias por tu contenido semanal de calidad, en una gozada leer un texto bien estructurado y sin faltas de ortografía, aunque el comentario te pueda parecer raro ya no es tan habitual leer sin que los ojos sangren, la calidad estará siempre por encima de las recompensas en @templo

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