La sexta edición del concurso de @suspiria llega a nosotros, expandir temores y pesadillas está permitido, aterrar al lector es el júbilo que cada escritor busca y espantar con el arte está más que aceptado, plasma tus temores y que tus demonios broten en esta 6ta edición del concurso de terror de arte y literatura ¿qué esperas?, ¿tienes miedo?

The sixth edition of the @suspiria contest comes to us, expanding fears and nightmares is allowed, terrifying the reader is the joy that every writer seeks and scaring with art is more than accepted, shape your fears and let your demons sprout in this 6th edition of the art and literature horror contest what are you waiting for?, are you afraid?

Miedo.

En aquella tarde donde el sol brillaba, donde los pájaros trinaban como si se tratase de un concierto de ópera sentí el frío sepulcral por primera vez.

Allá en la entrada de la morada, donde aquella cálida luz no penetraba y se sentía el frío avasallador del invierno veía una figura esquelética, su mano huesuda hacia ademanes de una invitación sin sentido.

Sentada bajo el níspero con la mirada fija, hipnotizada por aquella visión, a mi lado el perro negro de mi tía parecía no darse por aludido, un languetazo en mi mano me saco de aquel transe en el que estaba sin darme cuenta.

El temor invadió mi ser, en aquel lugar la oscuridad no daba tregua, la puerta que se hallaba abierta se cerró en un rechinido y sentí una tensa calma.

La ventana de aquella lúgubre morada se abrió lentamente, una cortina vieja y sucia hacia un vaivén danzarín, sentí que hasta esa vieja tela pedía ayuda, mi imaginación volaba y mi miedo aumentaba.

El perro a mi lado pareció hallar algo atractivo en aquel hogar siniestro, corrió sin reparos, con la voz quebrada lo llame sin embargo el cuadrupedo animal hizo caso omiso y desapareció saltando por aquella vieja ventana.

Me levanté rauda y avance, llegué unos cuantos pasos antes de la ventana, la tela vieja de la cortina tenía un olor putrefacto, el presentimiento qué tuve fue terrorífico y retrocedí a modo de precaución.

Llegue al hogar de mi tía, me noto algo agitada, estaba en lo correcto, las manos sudorosas y aquel nauseabundo olor impregnado en mi nariz me hacía sentir indispuesta.

Me senté en la silla, mi tía me alcanzó un vaso de agua, rompí en llanto por el temor que sentía y más aún por el remordimiento de haber perdido a su perro, le conté todo y esperando su reprimenda me asombre con su abrazo.

Aquella noche las pesadillas se hicieron presentes y desperté sudorosa dándome cuéntate que aquella cortina hedionda estaba al pie de mi cama cubriendo al occiso can de mi tía, el mismo que había entrado por aquella ventana.

Fear.

On that afternoon where the sun shone, where the birds trilled as if it were an opera concert I felt the sepulchral cold for the first time.

There at the entrance of the dwelling, where that warm light did not penetrate and the overwhelming cold of winter was felt, I saw a skeletal figure, his bony hand gesturing a meaningless invitation.

Sitting under the medlar tree with a fixed gaze, hypnotized by that vision, next to me my aunt's black dog seemed not to take it for granted, a slap on my hand brought me out of that trance in which I was without realizing it.

Fear invaded my being, in that place the darkness gave no respite, the door that was open closed with a creak and I felt a tense calm.

The window of that gloomy dwelling opened slowly, an old and dirty curtain made a dancing sway, I felt that even that old cloth was asking for help, my imagination flew and my fear increased.

The dog next to me seemed to find something attractive in that sinister home, he ran without hesitation, with a broken voice I called him, however the four-legged animal ignored me and disappeared jumping out of that old window.

I got up quickly and advanced, I arrived a few steps before the window, the old fabric of the curtain had a putrid smell, the feeling I had was terrifying and I stepped back as a precaution.

I arrived at my aunt's home, I felt a little agitated, I was right, my hands were sweaty and that nauseating smell impregnated in my nose made me feel unwell.

I sat on the chair, my aunt gave me a glass of water, I burst into tears because of the fear I felt and even more because of the remorse of having lost her dog, I told her everything and waiting for her reprimand I was surprised with her hug.

That night night the nightmares were present and I woke up sweating, realizing that that stinking curtain was at the foot of my bed covering my aunt's deceased dog, the same one that had entered through that window.

Las imágenes usadas fueron creadas en canva con la aplicación DALL-E./The images used were created in canva with the DALL-E application.