Los colores de la vida

“Todo, todo en mi vida es como el color negro”...

Alguna vez escuché esa expresión en alguien que estaba sufriendo un poco de desanimo, de desconsuelo, y de una profunda tristeza, y casi a menudo, pensaba en quitarse la vida.

Reflexione un poco en esto. Senté cabeza y me detuve a meditar en las circunstancias que conducen a una persona a sentirse mal, a considerar que no hay ninguna salida ante la adversidad, que sencillamente todo es negro en su vida.

¿Es así realmente la vida?

Pensar que sea así, sería egoísta de nuestra parte, ya que, realmente todos podemos regocijarnos con los “colores” que da la vida, o lo momentos felices y alegres de los que también disfrutamos.

En muchos casos, hay algunos colores que son iridiscente, es decir, desde una perspectiva tiene un color, y desde otra, otro color.

Pensamos:

¿Que tal sí, la situación que vemos de un color oscuro, al verla desde otro punto de vista, no es tan grave como pensamos?

Un ejercicio.

Alguien, al ver que llegamos a cierto lugar, se ríe, y a lo cual sacamos la conclusión de que se está burlando de nosotros o nuestra apariencia. Pero, ese es solo un lado del color.

¿Podría ser que estemos equivocados? Talvez la persona solo escuchó algo gracioso, y se rió, así sin más. No de nosotros, ni de nuestra apariencia. Solo un malentendido nuestro.

Claro está, y este punto tiene una gran repercusión. Por norma general, solo nosotros somos los responsables de nuestras reacciones a las acciones de los demás, por lo qué, es necesario tener autocontrol sobretodo.

Si bien es cierto, hay otras cosas que sin duda necesitaran un poco más que tener autocontrol para verlo de la manera adecuada.

Entonces, ¿qué debemos hacer si nos enfrentamos a días negros, o días difíciles? :

• Mantener la calma

• Hablar con alguien

• Intentar ver la solución y no solo el problema

• Respirar profundo, y no hacer una película de algo que no es.

• Tratar de ver el lado positivo

• Pensar en cosas positivas

¿Fácil? Talvez no, pues lo menos que hacemos cuando estamos en un momento negro, es ver otros colores o la salida a estos. No obstante, aumentar el problema en nuestra cabeza, lo único que hará es que nos sintamos presionados, sin salida, con ganas de hacer algo que de lo cual nos arrepintamos luego.

Seguramente, las cosas cuando la vemos desde otras perspectivas, puede, ojo, puede ser que no sea tan grave como creamos, asi que no exasperes por favor.

¿Y los días grises? Obvio, hay días grises, quizás menos difíciles que días negros, pero, ¿Qué sucede cuando mezclamos colores? Pues que se dan otros colores, colores vivos y llenos de satisfacción.

Por citar un ejemplo, cuando se mezcla el azul con el gris, se puedan al menos 12 tonos diferentes.

Lo mismo sucede con otros colores cuando estos se mezclan.

Entonces, ¿Cuál es el punto de esto? Pues bien, lo que quiero decir es que, cuando estamos en esos días, quizás “mezclarnos” con otras personas, que nos den energía, alegría, emoción, pueden hacer que “cambiemos de color”, y entonces, ya no sean días grises.

¿Fácil? En lo absoluto, es más, el estado de ánimo de una persona, es lo más complicado al tratar, y la razón es que, a diferencia de una enfermedad visible, donde se puede aplicar algo para tratarlo, las heridas emocionales son muy difíciles de tratar, pues son internas.

Entonces, cuando somos nosotros quienes necesitamos dicha ayuda, podemos poner manos a la obra, hay que recordar que los malos días no duran para siempre, y que, siempre hay una salida favorable, sana y para nuestro beneficio.

Además, cuando nos mezclamos junto a otros, pueden salir colores hermosos que al final, pinten un hermoso cuadro, el cuadro de la vida.

_{Ismael D. Rodríguez
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