Tú, que vives sin dobleces, nunca más allá de tu nariz. La sutilidad no te abruma, pues siempre vives en la luna. Blanco o negro, y alegre. No hay detalles que empañen tu mirar. Sin tropezones ni tormentos, ignoras las penas, las amarguras, evades al destino, en tu brisa de alegría, ignorando la crueldad.

Te odio, quisiera verte muerto, muy muerto. Ardiendo en los fuegos del infierno, de piernas abiertas, con las llamas besando tu alma repugnante. Aborrezco la depravación de tu ignorancia, y que me escupas con ella cada vez que pasas. Vulgar tonto, tu felicidad quema mi corazón. Es difícil comprenderte, tonto, por eso te odio. Es muy tonto, tú me hiciste tonto, por eso te odio tanto, tonto.

Mientras tanto yo, con mi mente despierta, me agobio en pensamientos, y analizo cada paso que doy, temblando ante el viento, maldita injusticia. Quiero ser como tú, y tener lo que tienes tú. Envidio tu sencillez, tu inocencia. Ese escudo que te protege del mal, ese velo en los ojos. Que te permite ver la vida por un prisma de cristal. Te odio, y desearía que murieras.

He perdido la capacidad de asombro, tal vez debería clavarte un puñal, y así llenaría mi vida con un poco de novedad. Pues ya no disfruto las pequeñas cosas, mientras que tú las repites todos los días. Maldito tonto, cuanto te odio. A veces quisiera ser un tonto, un simple ser sin malicia, que vive la vida con alegría contagiosa. Pero eso sería tonto, aleja de mí tu pestilencia, tu gripe, tu tontuna. Pero déjamela por herencia, cuando abandones este mundo, en el que soy más feliz si tú no estas.

Los tontos son una especie despreciable. Ojalá pudiera venderlos en el mercado, uno por uno, para no verlos más: “Lleve su tonto al mejor precio”. Pero eso sería tonto, ¿quién en su sano juicio compraría un tonto? Solo un tonto. ¿Y si se multiplican? Yo ya no lo soportaría. De buena gana sucumbiría a un desmayo. Mi espíritu vive desmayado.

No entiendo el amor entre tontos, me da asco. Tal vez es porque pertenezco a una especie más fina de seres humanos, más delicada, más sensible y limpia. Que sufre y soporta en silencio a los tontos.

Algún día nos uniremos, les haremos la guerra. A ellos y a su felicidad. Espero ardientemente la revolución. Pronto cesará la lluvia, y ya verán, tontos.

Imagen del usuario CDD20 en Pixabay

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