Concurso de literatura La Abeja Obrera. Homenaje a Miguel de Cervantes/ Los días y sus noches

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Amigos, he escrito este relato para participar en el homenaje que el Concurso de literatura La Abeja Obrera abrió en homenaje al gran escritor Miguel de Cervantes.

Mi texto contiene 344 palabras, incluyendo el título.

Quedo agradecida a la hermosa comunidad de Celfmagazine, a los promotores del concurso y a los lectortes que tengan la amabilidad de leer mi relato.


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Los días y sus noches

Ella ha abierto los ojos y ha repartido, a groso modo, el día.

Tal vez regará un frutal recién sembrado y acariciará a su perro, o a su gato. Quizás tiene una tarea pendiente y hará un desayuno apresurado. Sobre la inquieta vida trazará unas líneas y hará una red mental de compromisos.

Sus pasos presurosos dejarán su huella sobre la blanda tierra o sobre el piso pulido de su sala. Será un ir y venir inalterable, corriendo tras las horas.

-Ya van a ser las doce! -anuncia en un suspiro. Quien la escucha sabe que habla para sí misma en voz alta.

¿Quién es esta mujer atosigada? ¿Una madre valiente, una esposa perfecta, una empleada puntual y dedicada?

Mientras hace la compra huele una fruta y su mente se pierde en un ensueño repetido. Se mira a sí misma bajo un árbol, en un valle de ensueño, con riachuelos. El sol entibia el aire, una delgada nube, como una gaza amable, se pone sobre ella y la cobija.

Sus manos se liberan de la fruta y se van a sus brazos. Se acaricia, discreta. Entonces se despierta y cae en cuenta del hambre de cariño que su piel le reporta. Está triste.

¡Es solamente una mujer cualquiera, que administra sus días soñando con un oasis en un desierto!

Un dios, o una diosa, la contemplan. Para ella, para esa afligida mujer, la deidad acelera el tiempo y le acerca la noche, con una luna llena.

Ella mira la luz azul iluminando el patio y se detiene. No sabe en cuál lenguaje pero interpreta que esa luna está puesta, en el cielo, para ella.

Entonces lo comprende. Se acicala. Se viste con una blusa blanca y una falda. Sale. No dice a donde va. Su barrio está en silencio, es la hora temprana de la noche cuando la luna sale.

La calle y la luna a su favor. Ella siente la aprensión que dan las escenas bellas, pero no se detiene. Camina bajo la luz de la luna llena.




Gracias por leer

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@gracielaacevedo

La fotografía es propia



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10 comments
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Encantador juego de imágenes que le dan al relato una atmosfera poética de gran sensibilidad, ayuda la imagen de la luna y la nostalgia con que se van hilando las palabras. Gracias por participar.

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Gracias por la consideración de mi escrito, @jesuspsoto y por la concepción de este concurso. Fue un placer escribir para él.

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Buen relato @gracielaacevedo , bien estructurado y ambientado; logras la atmósfera y las circunstancias narrativas alrededor del tema de la soledad. Una mujer sola que no luce deprimida, sino que vive en soledad y la disfruta porque su mente construye el sucedáneo. En su imaginación surge la imagen del deseo; deseo que solo los dioses pueden satisfacer organizando el tiempo y el cielo para ella y ella actúa en consecuencia, cada noche de luna llena. Felicitaciones; me gustó tu personaje, saludos.

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Gracias por la lectura y la interpretación de mi texto, @pelulacro.
Pensé el personaje para que fuera interpretado de acuerdo a la experiencia del lector...

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