Poesía: Entre canela y licor [Esp-Eng]

Hundida en dilemas y excusas. Al borde de una confesión y de un corazón en recuperación. Aquí es donde reflexiono que los sentimientos no pueden ser dominados. Y es que tus ojos iluminaron mi pequeño rincón de indecisión. Fuimos propensos a un choque de mundos que no finalizó en caos. Nos fusionamos a tal manera que el relámpago de los dioses nuestras almas soldó.

Donde las estrellas brillaban con más fuerza, donde la melodía del piano a tus brazos me llevó, donde mis piernas acobijaron tus anhelos y deseos, mi corazón se convirtió en un castillo en el que solo tú sabías cómo sobrevolar, descendiendo justo hasta mis secretos más profundos, cambiando para siempre mi forma sentir y de amar.

Refugiándome en tu sabiduría y en tu fuerza que fácilmente podría a mis enemigos sacrificar. Obsequiándote con mi aliento una lealtad que no tenía precio. Suplicando ser infinitos al menos mientras me devoraras por completo. Porque entre un diamante y una ola de fuego, yo era tu rubí empapado en deseo. Sin rendirme ante apariencias o guerras por poder y dinero, accedería yo a ser tu escudo y tu asesina a sueldo, donde mi pago fueran tus besos.

La heterocromía me hipnotizó y tu voz hasta mi centro llegó. La luna dejó de esconderse ante el sol y en cambio se dejó encender por un eclipse en Do mayor. Un susurro en mi oído y un beso en mi cuello vasto porque ya mi cuerpo llevaba marcado tu nombre cuando tus manos se adueñaron de mi pudor. Flotando en el aire intoxicado de canela y licor, allí me di cuenta que a ti te dedicaría mi amor.

Entre ángeles y demonios tú fuiste el híbrido que profanó el cuerpo de la que harías más tarde tu galaxia embriagadora. Entre violencia y desnudes, la dominación con ojos amables giró el reloj, esculpiendo en mármol una promesa siendo consciente del peso y la intención.

Un trago no ahogará el deseo, en cambio aumentará las llamas de un fuego silencioso pero que consumirá nuestros cuerpos. Cansada de mentiras y heridas de amores promedios, concediste la certeza de un beso capaz de eliminar las escalas, haciéndome tocar el cielo.

Más que físico, fue un poema entre lirios. Implorando no fallarnos, no abandonarnos, no desaparecer cuando el sol iluminara el firmamento. Colgados de una simpleza, sin contratos ni etiquetas, pero internamente sellados por una emoción y un sentimiento más real que la muerte que al final nos espera.

Sintiendo el calor del poder renovándose y de una sonrisa incapaz de ocultarse. Resguardados entre jadeos y gemidos de un espacio peligroso y de un movimiento ilegal, pero sin poder evitar la fuerza con la que nos arrastra la cercanía de los dos. Llevándonos a pecar y esbozando una sonrisa cuando nos obligan a testificar, sin vergüenza ni humor.

Sin saber cómo nos sentiremos mañana, pero sin dejarme escapar hoy en la noche que llevo falda. Porque entre conjuros y espadas, con los ojos cerrados me sujetaré a tu cuerpo mientras tus alas nos llevan más allá de la montaña. Haciendo eco desde lo más elevado de la locura, sin confrontación ni retos, siendo tuya hasta que mi latido ceda algún día de estos entre neblina y penumbra.

Sinking in dilemmas and excuses. On the verge of a confession and a recovering heart. This is where I reflect that feelings cannot be mastered. And it's that your eyes lit up my little corner of indecision. We were prone to a clash of worlds that did not end in chaos. We merged in such a way that the lightning of the gods welded our souls together.

Where the stars shone brightest, where the melody of the piano to your arms took me, where my legs cuddled your longings and desires, my heart became a castle where only you knew how to fly over, descending right into my deepest secrets, forever changing the way I felt and loved.

Taking refuge in your wisdom and in your strength that I could easily sacrifice to my enemies. Giving you with my breath a loyalty that was priceless. Begging to be infinite at least as long as you devoured me completely. For between a diamond and a wave of fire, I was your ruby drenched in desire. Without surrendering to appearances or wars for power and money, I would agree to be your shield and your hired assassin, where my payment was your kisses.

Heterochromia hypnotized me and your voice reached my center. The moon stopped hiding from the sun and instead let itself be lit by an eclipse in C major. A whisper in my ear and a kiss on my vast neck because my body was already marked with your name when your hands took possession of my modesty. Floating in the air intoxicated with cinnamon and liquor, there I realized that I would dedicate my love to you.

Between angels and demons you were the hybrid who defiled the body of the one who would later become your intoxicating galaxy. Between violence and nudity, domination with kind eyes turned the clock, carving in marble a promise being aware of the weight and intention.

A drink will not drown desire, instead it will increase the flames of a fire silent but consuming our bodies. Tired of lies and wounds of average loves, you granted the certainty of a kiss capable of eliminating scales, making me touch the sky.

More than physical, it was a poem among lilies. Imploring not to fail us, not to abandon us, not to disappear when the sun illuminated the firmament. Hanging on a simplicity, without contracts or labels, but internally sealed by an emotion and a feeling more real than the death that awaits us at the end.

Feeling the warmth of power renewing itself and of a smile unable to hide. Sheltered between gasps and moans of a dangerous space and an illegal movement, but unable to avoid the force with which the closeness of the two of us drags us. Leading us to sin and sketching a smile when we are forced to testify, without shame or humor.

Without knowing how we will feel tomorrow, but without letting me escape today in the night I wear a skirt. For between incantations and swords, with eyes closed I'll cling to your body as your wings carry us beyond the mountain. Echoing from the highest of madness, without confrontation or challenge, being yours until my heartbeat gives way one of these days between mist and gloom.