La Pasión de Marcos [esp - eng]

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Marcos siempre había sentido una pasión por el trabajo. Desde pequeño, le gustaba inventar cosas, experimentar con materiales y resolver problemas. Su sueño era convertirse en un ingeniero espacial y trabajar en la construcción de naves, satélites y estaciones orbitales.

Cuando creció, se esforzó por cumplir su sueño. Estudió en la mejor universidad del país, se graduó con honores y consiguió un empleo en la Agencia Espacial Internacional. Allí, se dedicó a diseñar y supervisar proyectos de ingeniería espacial de gran envergadura. Su talento y dedicación lo hicieron destacar entre sus colegas y superiores.

Marcos estaba feliz con su trabajo. Le encantaba enfrentarse a nuevos desafíos, aprender cosas nuevas y ver sus creaciones, volar por el espacio. No le importaba trabajar largas horas, sacrificar su vida personal y someterse a una gran presión. Su trabajo era lo que le daba sentido a su vida.

Sin embargo, su pasión también tenía un lado oscuro. Marcos se obsesionaba tanto con su trabajo que descuidaba su salud, su familia y sus amigos. No tenía tiempo para hacer ejercicio, comer bien o dormir lo suficiente. Tampoco se interesaba por las actividades recreativas, culturales o sociales. Su única diversión era su trabajo.

Esto le pasó factura con el tiempo. Marcos empezó a sentirse cansado, estresado y deprimido. Su rendimiento laboral se vio afectado y empezó a cometer errores. Sus jefes le exigieron más y más, sin reconocer su esfuerzo ni valorar su trabajo. Sus compañeros lo envidiaban o lo criticaban por su actitud. Sus padres y hermanos le reclamaban su ausencia y su falta de atención. Sus amigos se alejaron de él, al ver que no les prestaba atención ni les apoyaba.

Marcos se sintió solo, frustrado y vacío. Se dio cuenta de que su pasión por el trabajo lo había consumido y lo había alejado de todo lo demás. Se preguntó si valía la pena seguir así.

Un día, recibió una noticia que cambió su vida. La Agencia Espacial Internacional le ofreció la oportunidad de participar en una misión tripulada a Marte. Era el sueño de cualquier ingeniero espacial: viajar al planeta rojo y contribuir a la exploración y colonización del espacio.

Marcos no dudó en aceptar la propuesta. Era la oportunidad de su vida, la culminación de su carrera, la recompensa a su pasión.

Se preparó durante meses para la misión. Se sometió a rigurosos entrenamientos físicos, mentales y técnicos. Aprendió todo lo que pudo sobre Marte y sus condiciones ambientales. Se familiarizó con la nave, el equipo y los demás tripulantes.

Finalmente, llegó el día del lanzamiento. Marcos se puso el traje espacial y subió a la nave junto con sus compañeros. Se despidió de sus seres queridos con una sonrisa y una promesa de volver pronto.

La nave despegó con éxito y se dirigió hacia Marte. Marcos sintió una emoción indescriptible al ver la Tierra alejarse por la ventana. Se sentía orgulloso de sí mismo y de su trabajo.

Durante el viaje, Marcos se dedicó a realizar diversas tareas relacionadas con la misión. Revisó los sistemas de la nave, analizó los datos del espacio, comunicó con el centro de control y colaboró con los demás tripulantes.

También aprovechó para hacer otras cosas que nunca había hecho antes. Leyó libros, escuchó música, vio películas y escribió en su blog de Hive. Conversó con sus compañeros sobre temas personales, profesionales y triviales. Compartió risas, anécdotas y confidencias.

Marcos descubrió que había más cosas en la vida que el trabajo. Que podía disfrutar de otras actividades, aprender de otras personas y sentir otras emociones. Que podía ser feliz sin obsesionarse con su pasión.

Llegaron a Marte después de varios meses de viaje. Marcos fue uno de los primeros en salir de la nave y pisar el suelo marciano. Fue un momento histórico e inolvidable.

Marcos miró el cielo rojo y las rocas áridas. Se sintió agradecido por estar allí, por haber cumplido su sueño, por haber vivido su pasión.

Pero también miró la Tierra, que se veía como una pequeña estrella azul. Se sintió nostálgico por lo que había dejado atrás, por lo que había perdido, por lo que había olvidado.

Marcos se dio cuenta de que su pasión por el trabajo era importante, pero no lo era todo. Que debía equilibrar su vida, cuidar su salud, valorar su familia y amigos. Que debía ser feliz con lo que tenía, sin renunciar a lo que quería.

Marcos decidió cambiar su forma de vivir. Se propuso disfrutar más de su trabajo, pero también de otras cosas. Se comprometió a mantener el contacto con sus seres queridos, pero también a hacer nuevos amigos. Se planteó seguir aprendiendo y creciendo, pero también a ayudar y enseñar.

Marcos descubrió el propósito de su existencia. No era solo su pasión por el trabajo. Era su amor por la vida.

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Contenido original, escrito para Encuentro de talentos Apasionado.

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Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Deepl para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés.

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English

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Marcos had always had a passion for work. From a young age, he loved inventing things, experimenting with materials, and solving problems. His dream was to become a space engineer and work on building spacecraft, satellites, and orbital stations.

Growing up, he strived to fulfill his dream. He attended the best university in the country, graduated with honors, and landed a job at the International Space Agency. There, he dedicated himself to designing and supervising large-scale space engineering projects. His talent and dedication made him stand out among his colleagues and superiors.

Marcos was happy with his work. He loved facing new challenges, learning new things, and seeing his creations fly through space. He didn't mind working long hours, sacrificing his personal life, and putting himself under great pressure. His work was what gave his life meaning.

However, his passion also had a dark side. Marcos became so obsessed with his work that he neglected his health, family, and friends. He had no time to exercise, eat right or get enough sleep. Nor was he interested in recreational, cultural, or social activities. His only enjoyment was his work.

This took its toll over time. Marcos began to feel tired, stressed, and depressed. His work performance suffered and he began to make mistakes. His bosses demanded more and more from him, without recognizing his effort or valuing his work. His coworkers envied him or criticized him for his attitude. His parents and siblings complained about his absence and lack of attention. His friends distanced themselves from him, seeing that he did not pay attention to them or support them.

Marcos felt lonely, frustrated, and empty. He realized that his passion for work had consumed him and distanced him from everything else. He wondered if it was worth it to go on like this.

One day, he received life-changing news. The International Space Agency offered him the opportunity to participate in a manned mission to Mars. It was every space engineer's dream: to travel to the red planet and contribute to the exploration and colonization of space.

Marcos did not hesitate to accept the proposal. It was the opportunity of a lifetime, the culmination of his career, and the reward for his passion.

He prepared for months for the mission. He underwent rigorous physical, mental, and technical training. He learned everything he could about Mars and its environmental conditions. He became familiar with the spacecraft, the equipment, and the other crew members.

Finally, the day of the launch arrived. Marcos put on his spacesuit and boarded the spacecraft along with his companions. He said goodbye to his loved ones with a smile and a promise to return soon.

The spacecraft successfully lifted off and headed for Mars. Marcos felt an indescribable thrill as he watched the Earth fly away out the window. He felt proud of himself and his work.

During the trip, Marcos was engaged in various tasks related to the mission. He checked the spacecraft's systems, analyzed space data, communicated with the control center, and collaborated with the other crew members.

He also took the opportunity to do other things he had never done before. He read books, listened to music, watched movies, and wrote on his Hive blog. He talked with his colleagues about personal, professional, and trivial topics. He shared laughs, anecdotes, and confidences.

Marcos discovered that there was more to life than work. He could enjoy other activities, learn from other people and feel other emotions. That he could be happy without being obsessed with his passion.

They arrived on Mars after several months of travel. Marcos was one of the first to get out of the spacecraft and step on Martian soil. It was a historic and unforgettable moment.

Marcos looked at the red sky and the arid rocks. He felt grateful for being there, for having fulfilled his dream, for having lived his passion.

But he also looked at the Earth, which looked like a small blue star. He felt nostalgic for what he had left behind, for what he had lost, for what he had forgotten.

Marcos realized that his passion for his work was important, but it was not everything. He had to balance his life, take care of his health, and value his family and friends. He had to be happy with what he had, without giving up what he wanted.

Marcos decided to change the way he lived. He decided to enjoy his work more, but also other things. He committed himself to keeping in touch with his loved ones, but also to making new friends. He planned to continue learning and growing, but also to help and teach.

Marcos discovered the purpose of his existence. It wasn't just his passion for work. It was his love for life.

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Original content is written for Talent Gathering celebrates August with The Secret.

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2 comments
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Que bonito relato y reflexión final. Conozco mucha gente que le apasiona el trabajo y como a Marcos, se le olvida equilibrar otros aspectos de su vida como el descanso con sus pasiones. Gracias por compartirla. Saludos.

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