Entre Cuervos y Periquitos [Relato corto]/ Contenido original

Eran finales de febrero y por fin el clima se había despejado lo suficiente como para ir a Central Park Oeste. Víctor Main estaba decidido a fotografiar al Periquito de Carolina o *Conuropsis caronilensis* que se creía extinto, pero que había sido avistado hace unos diez años.

Había pasado las últimas semanas monitoreando las temperaturas y la velocidad del viento para encontrar el momento perfecto cuando estas aves aniden.

Se instaló debajo de un abeto y espero por horas. A las 4:30 am escucho ruidos a unos metros y pensó que había encontrado a su periquito. Sacó su cámara de visión nocturna para tomar una foto, pero no capto al ave sino a un hombre dejando un cadáver.

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El detective Marshall Brown de la policía de Nueva York llego a la escena del crimen a las 6:30 am con un café en la mano y actitud serena. No era su primer caso de homicidio.

El cadáver era de una mujer de entre 20 y 25 años, caucásica y sin identificación. No iba a ser fácil. Escuchó una conmoción a unos metros y gritos de sus oficiales.

—Señor baje del árbol y tírese al suelo —se escuchó decir de parte de varios policías.

—Puedo explicarlo, me perseguía. ¡Yo solo pensé en subirme al árbol! —gritaba aquel extraño hombre mientras bajaba.

El detective solo podía ver a un loco vestido de camuflaje con ramas encima o tal vez tenía delante al asesino. Los policías sometieron al individuo despojándolo de su equipo.

—Bueno que tenemos aquí —dijo con diversión Marshall —, otro loco o nuestro asesino.

— ¿Asesino? No, yo vine a fotografiar al periquito —hablaba rápidamente Víctor —, pero lo que vi no fue un periquito sino a un hombre.

—Ya veo —asintió el detective lacónicamente y se dirigió a uno de los oficiales en el lugar —lleven a este hombre a desintoxicación y luego a la estación para declarar.

—¡No! —Gritó como loco Main y luego se serenó —no soy un loco, ni estoy drogado —se paró erguido y puso su mejor sonrisa profesional—. Soy el doctor Victor Main experto en Ornitología de la Universidad de Nueva York y puedo probar que vi al asesino.

Todo en el lugar se paralizó, pero como Bronw era un hombre curtido igual se llevó a un protestante y petulante doctor a la estación.

—Comete un grave error —dijo Víctor al ver entrar al detective a la sala de interrogatorio.

—Bueno, eso está por verse —le sonrió Marshall —, pero porque no me cuenta su historia, Doctor.

—Fui a verificar si un avistamiento de hace diez años de un periquito aparentemente extiendo podía verse — contó más sereno de lo que se sentía —. Todas las variables eran iguales a las que se describieron en la fecha. Debe entender que como Ornitólogo esto sería un gran descubrimiento.

Brown escuchó todo con paciencia y le parecía verosímil, habían verificado su identidad y no podía encontrar motivo para que este hombre asesinara a una chica que ninguna relación aparente tenía con él.

—Entonces subí al árbol, pero me dormí y cuando desperté un Corvus corax

—¿Un qué? —lo interrumpió el detective.

—Un cuervo grande antes denominado como cuervo común —Explico pacientemente para continuar —. Este pequeño ladrón se llevó la memoria de mi cámara, son inteligentes y usaran cualquier cosa brillante para adornar sus nidos. Están en época de apareamiento.

—Me estás diciendo —volvió a interrumpir el detective, en opinión del doctor muy descortésmente —¿Qué un cuervo se robó nuestra evidencia?

—Sí, básicamente era mi evidencia, pero sí.

El hombre mayor se levantó de la mesa y ordenó a sus oficiales que liberaran al doctor. Este caso se había ido a pique por la falta de evidencia y ahora cuando florecía la esperanza se vino abajo.

—Espere —decía el castaño doctor antes de que los oficiales lo sacaran —, puedo ayudar a encontrar al cuervo. La población en Central Park es baja comparado con el Corvus corone y solo se aloja en una reducida área del noroeste del parque — El detective tapó su boca.

—Solo dime si puedes encontrarlo —el más bajo asintió — pues vas a guiarnos.

En Central Park noreste se veía caminar a un grupo pintoresco de personas. Un Ornitólogo vestido de camuflaje, su asistente vestido a juego y un detective de la policía con su chaqueta de cuero negra. Dos de ellos viendo al suelo.

—¿No deberían estar viendo al cielo?

—Cariño, nuestros amigos emplumados viven a 6 metros sobre los árboles —le sonrió grande —no vale la pena.

—¿Entonces que buscamos? —preguntó confundido y algo extrañado por ese apodo cariñoso.

—Rastros biológicos secundarios —se corrigió al ver la cara confundida del detective —excremento.

Después de dos horas y cuando ya se perdía las esperanzas un cuervo dejó su rastros sobre la chaqueta de cuero del policía.

—Descuida Cupcake —le sonrió el científico—te compraré una nueva chaqueta.

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Un mes después el asesino estaba tras las rejas y durante ese tiempo el detective de la policía de Nuevo York recibió flores de un loco doctor que cada ,que las veía en su escritorio se sonrojaba, esa tarde decidió que iba hablar con él para agradecerle y que se detuviera.

—¿Por qué me envías flores?

—Sabes que hay una especie en Papua de Aves de Paraíso llamada Paradiseae minoría que regala flores a sus posibles parejas -se le acercó al mas alto sonriendo —es parte del cortejo de las aves más hermosas del mundo.

El detective descubrió esa noche, en su primera cita, que las flores no eran la única forma de cortejo de las aves. El baile era mucho mejor de ver.

🐤 🐤 Fin 🐤 🐤

Bueno tenia tiempo que no ingresaba a esta comunidad. Unos buenos 3 años. en su momento me dio mucho y este es mi porte lleno de letras. Espero que les guste y me salí un poco de mi zona haciendo una comedia, pero la lluvia me puso de buen humor.