¿La violencia en la pareja tiene género? (Esp- Eng)

La violencia basada en el género es, según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España

La violencia de género es aquella que se ejerce sobre las mujeres por parte de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones de afectividad (parejas o ex-parejas).

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Esta narrativa, que el feminismo posicionó en materia de violencia y que se acepta como verdad, nos dice que "el hombre es agresor, el victimario, mientras que la mujer es únicamente la víctima", por lo cual se justifica que ella agreda, dando por hecho que lo hace siempre en defensa propia.

En esta misma línea, el Proyecto estado del conocimiento sobre el abuso de pareja indica que:

La investigación sobre el abuso de pareja se ha fragmentado y politizado innecesariamente.

Es decir, considerar que la violencia que se suscita entre hombres y mujeres es ejercida en un solo sentido, de los hombres hacia las mujeres, constituye una perspectiva, sesgada, subjetiva y parcial de la realidad, sobre todo si un fenómeno tan complejo se explica solamente desde el "patriarcado".

Sin embargo, María de los Ángeles nos dice que

No se puede reducir la violencia en la pareja íntima a una sola causa, como ninguna cuestión o problema humano.

Sucede entonces que cuando el fenómeno lo reducimos a una sola causa y se actúa legalmente desde ello, estamos haciendo víctimas a personas inocentes, ignorando la base objetiva que existe en la cual los factores, las causas y los motivos de la violencia son los mismos, estando estrechamente relacionados entre sí, siendo el modo de agredir, la intensidad y resultados lo que marca las diferencias..

Por ello, cuando a la mujer se le cree exclusivamente por ser mujer, la justicia deja de ser justa, siendo necesario preguntarnos, qué pasa con la violencia entre personas homosexuales o sexo diverso, dónde están las estadísticas, qué datos se poseen, en este aspecto el discurso de reivindicación que hemos comprado guarda culpable silencio, porque esas campañas de protección y valoración femenina, no son más que una cacería de brujas, alimentada por un resentimiento que en nada nos beneficia como sociedad.

Es por ello, que a la violencia en la pareja le debemos quitar el género, para que demos otro paso importante en la erradicación de este flagelo, porque nos permitirá ayudar a las víctimas, sin distingo de credo, raza o sexo, a tener la valentía de denunciar y llevará a las autoridades a actuar.

La violencia se debe condenar, venga de donde venga y eso es lo que realmente debe importarnos.

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Does intimate partner violence have a gender dimension?

Gender-based violence is, according to the Spanish Ministry of Health, Social Services and Equality

Gender-based violence is that which is exercised against women by those who are or have been linked to them by affective relationships (partners or ex-partners).

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This narrative, which feminism has positioned in terms of violence and which is accepted as truth, tells us that "the man is the aggressor, the victimizer, while the woman is only the victim", thus justifying that she assaults, assuming that she always does so in self-defense.

Along the same lines, the State of Knowledge on Partner Abuse Project indicates that:

Research on partner abuse has become unnecessarily fragmented and politicized.

That is, to consider that violence between men and women is exercised in only one direction, from men towards women, constitutes a biased, subjective and partial perspective of reality, especially if such a complex phenomenon is explained only from the "patriarchal" perspective.

However, María de los Ángeles tells us that.

Intimate partner violence cannot be reduced to a single cause, like any other human issue or problem.

It happens then that when we reduce the phenomenon to a single cause and act legally from this, we are making innocent people victims, ignoring the objective basis that exists in which the factors, causes and motives of violence are the same, being closely related to each other, being the mode of aggression, the intensity and results what marks the differences.

Therefore, when a woman is believed exclusively for being a woman, justice is no longer fair, being necessary to ask ourselves, what happens with violence between homosexual persons or different sexes, where are the statistics, what data are available, in this aspect the discourse of vindication that we have bought keeps guilty silence, because these campaigns of protection and feminine valuation, are nothing more than a witch hunt, fed by a resentment that does not benefit us as a society at all.

That is why we must remove the gender from intimate partner violence, so that we can take another important step in the eradication of this scourge, because it will allow us to help the victims, regardless of creed, race or sex, to have the courage to denounce and will lead the authorities to act.

Violence must be condemned, wherever it comes from, and that is what should really matter to us.

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