Nostalgia: Visiting The Land of my Childhood [ENG - ESP]

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Today I started thinking about what I was doing this same time last year, and in previous years so I decided to review my photo album backed up in the cloud thanks to Google photos, whose application has a wonderful function that reminds me of the best moments captured under the lens of a camera.

In 2019 after several years without visiting the beloved land of my mother the state of Falcon in northern Venezuela, prior to the pandemic that would end up locking us for a whole year in our homes I lived the experience of returning to the city of Coro, whose historic center was declared a World Heritage Site by Unesco.

The city is wonderful, always caressed by a perennial breeze capable of reaching every corner of your soul. Walking through its streets I remembered so many moments of my childhood, I always imagined what it would have been like to live in the times of Simon Bolivar and Coro is a city that seems to be stopped in time with a completely restored center and colonial architecture that makes it look like a museum.

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Hoy me puse a pensar en que estaba haciendo por esta misma época el año pasado, y en los años anteriores así que decidí revisar mi álbum de fotos respaldadas en la nube gracias a Google fotos, cuya aplicación tiene una función maravillosa que me recuerda los mejores momentos capturados bajo el lente de una cámara.

En el 2019 después de varios años sin visitar la tierra amada de mi madre el estado Falcón al norte de Venezuela, previo a la pandemia que nos terminaría encerrando todo un año en nuestros hogares viví la experiencia de regresar a la ciudad de Coro, cuyo casco histórico fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

La ciudad es maravillosa siempre acariciada por una brisa perenne capaz de llegar a todos los rincones de tu alma. Recorriendo sus calles recordé tantos momentos de mi infancia, siempre imagine como hubiera sido vivir en los tiempos de Simón Bolívar y Coro es una ciudad que parece detenida en el tiempo con un centro completamente restaurado y con una arquitectura colonial que la hace parecer un museo.

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There were countless moments that I lived on my return, especially to feel the warmth of the embrace of grandmother Rosario, who always took care of us as children and pampered my siblings and me. I will never forget those moments in which she defended us and cuddled us as only a grandmother can do, that is why the hardest moment of the trip was to return home and leave her crying.

Undoubtedly the moment I enjoyed the most was returning to the Médanos de Coro National Park, I remembered many anecdotes of when I went when I was just a child of 8 years old. Not even my younger brother had been born, so walking through those dunes with him and my mother was the best. But what I remember most about Coro is the smile and the warmth of its people, the people from this state of Venezuela have a special magic. I spent my childhood in the Sierra where my mother grew up, Churuguara, Suruy and Maparari stole my heart from an early age with its gastronomy, those delicious arepas made with natural corn accompanied with caraotas (black beans) or goat cheese or venison or goat meat.

I valued very much the peace that those lands gave me with my uncles who were in charge of hunting and cultivating the food that was consumed in my grandmother's house, 'which gave me the feeling of being producing everything we ate. Today that they are gone, I miss them because in jobs people can be replaced but in your family no member is replaceable. But I am left with the memory of what was and with the assurance that they will always be remembered as long as I live.

Fueron incontables los momentos que viví en mi regreso, sobre todo volver a sentir el calor del abrazo de la abuela Rosario, quien desde niños siempre nos cuidaba y nos mimaba a mis hermanos y a mí. Nunca olvidare aquellos momentos en los cuales nos defendía y nos apapachaba como solo una abuela puede hacerlo, es por eso que el momento más duro del viaje fue volver a casa y dejarla llorando.

Sin duda el momento que más disfrute fue regresar al parque Nacional Médanos de Coro, recordé muchas anécdotas de cuando fui siendo apenas un niño de 8 años. Ni siquiera mi hermano menor había nacido así que caminar por aquellos médanos en compañía de él y mi madre fue lo máximo. Pero lo que más recuerdo de Coro es la sonrisa y el calor de su gente, las personas oriundas de este estado de Venezuela tienen una magia especial. Pase mi infancia en la Sierra que vio crecer a mi madre, Churuguara, Suruy y Maparari robaron mi corazón desde temprana edad con su gastronomía, aquellas ricas arepas hechas con maíz natural acompañadas con caraotas (frijoles negros) o queso de cabra o carne de venado o de chivo.

Valore mucho la paz que me otorgaban esas tierras con mis tíos que a la cabeza de la caza y el cultivo de los alimentos que se consumían en casa de la abuela, ´que me daban la sensación de estar produciendo todo lo que comíamos. Hoy que ellos se han ido, los extraño porque en los trabajos la gente puede ser reemplazada pero en tu familia ningún miembro es reemplazable. Pero me quedo con el recuerdo de lo que fue y con la seguridad de que serán siempre recordados mientras yo viva.

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𝐀𝐧𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐩𝐨𝐬𝐭𝐬 𝐨𝐟 𝐦𝐲 𝐚𝐮𝐭𝐡𝐨𝐫𝐬𝐡𝐢𝐩 | 𝐎𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐩𝐮𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐫í𝐚:


TAG 5 THINGS YOU DO DURING THE CREATION OF A POST
Maternitatem
George

𝐓𝐫𝐚𝐧𝐬𝐥𝐚𝐭𝐞𝐝 𝐛𝐲 𝐦𝐞 & 𝐚𝐥𝐬𝐨 𝐮𝐬𝐢𝐧𝐠 Deepl

Las Imagenes son todas de mi propiedad

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Hola Fran, como siempre, pasando por aquí para leerte.

Me dije "Fran tiene una historia nueva, ¡a ver!" y resulta que me sorprendes con una vivencia personal. Te cuento: nunca he ido a Coro, de manera que no conozco la región, pero sí te puedo decir que me hiciste recordar lo que sentía cuando iba a los Andes venezolanos, pues mi familia es de esta región del país.

Yo lo que recuerdo del Táchira es el clima maravilloso que tiene, muy frío durante gran parte de del año y otra cosa: LA COMIDA. Siempre que voy al Táchira regreso con sobrepeso, porque si algo caracteriza a la gente de los andes es su buen comer.

Es indudable la cantidad de recuerdos que me trae la memoria: el sabor de los hervidos o pizcas de mi abuelita, los pasteles con chicha andina, la neblina y el color verde intenso de las montañas... ¡Es increíble!

Hoy que ellos se han ido, los extraño porque en los trabajos la gente puede ser reemplazada pero en tu familia ningún miembro es reemplazable. Pero me quedo con el recuerdo de lo que fue y con la seguridad de que serán siempre recordados mientras yo viva.

Mi abuela sigue con nosotros, así como mis tíos, que son bastante jóvenes y aunque mi familia no ha tenido pérdidas significativas por el lado materno, sí te puedo decir que coincido con lo que dices. Mientras nosotros, las generaciones de relevo, los tengamos en nuestra memoria, ellos nunca morirán. Mi padre murió hace casi tres años, pero su recuerdo está más vivo que nunca: De hecho, publiqué un cover de una de las canciones que más le gustaba cantar hace poquito, si puedes, échale un ojo cuando puedas.

¡Gracias como siempre, Fran! ¡Sigue escribiendo, que estaré aquí al pie del cañón para leerte!

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Gracias por tus palabras como siempre llenas de ánimo y entusiasmo, comprendo lo que dices la región andina es espectacular como toda nuestra gente. Ese calor humano es lo que nos caracteriza como venezolanos.

Por otra parte me ha sorprendido saber que tu padre ya partió de este mundo, una vez me comentaste algo que tu papá decía y lo hiciste en tiempo presente dando cuenta de que para ti siempre vivirá en cada acción y en cada recuerdo.

Por supuesto que voy a disfrutar de ese cover. Si algo tienen en común las personas que cantan es que en su mayoría lo hacen con toda la pasión que pueden hacerlo. ¡Gracias de vuelta a ti siempre!

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