La visita de la libélula

Todo comenzó aquella noche que fuimos a caminar junto a la bahía, hacía frío y una luna llena gigante señoreaba el horizonte. Hicimos varias fotografías del entorno, incluso algunos selfie.

Al día siguiente detallando las fotografías, había una del grupo donde un haz de luz me atravesó completamente, solo y únicamente a mí.

En un principio no le tomé importancia; hasta que me diagnosticaron una grave enfermedad que me hizo retroceder a los padecimientos de mi madre y que finalmente la llevaron a su muerte.

Mis sentimientos encontrados y el fuerte tratamiento no solo me tenían débil y triste, sino que presagios funestos me abrumaban, algo que solo pude superar gracias a mi pareja y mis dos hijos a quienes debo su devoción y paciencia.

En una tarde de haber regresado del médico y tras el abrumador tratamiento, miraba por el balcón donde están algunas de mis plantas, en eso se acercó una hermosa libélula dando vueltas hasta que se posó en una rama.

Allí estuvo mucho rato, tanto así que tuve la oportunidad de fotografiarla con mi teléfono móvil.

Sentí una calma repentina, y un vigor inusitado, como si estuviera sana y fuerte. Sorprendida por los acontecimientos y su misteriosa visita le envié la fotografía a las gemelas, quienes me dicen cosas muy sorprendentes sobre este mágico animal. La libélula significa “balanza”, es símbolo de prosperidad y buena suerte, portadora de fortuna, poder y equilibrio.

Eso me encantó y animó, pero lo más sorprendente es que la libélula es la manifestación de las almas de los difuntos y que si se presenta es la señal de la presencia de un ser amado que ya partió y ha venido a visitarnos, así como también la llegada de nuestro guía ó guardián que están intentando comunicarse con nosotros. Su presencia en casas o jardines significa buena suerte, especialmente en el área del trabajo o negocios, por lo que se recomienda tener un cuadro, objeto o colgante en forma de libélula.

A ellas no les quedó la menor duda de que podía tratarse de la visita de mi difunta madre que venía a consolarme y por qué no; a sanarme, solo puedo decirles que fue un momento maravilloso y espiritual que archivo en mi mente y corazón, pues hoy estoy curada y con mucho ánimo para un mejor futuro.

Estén atentos a los insectos y animales que se comporten de una manera poco habitual, tal vez sea la visita de un familiar difunto.