Cada logro personal es motivo de celebración. El éxito nos impulsa a seguir esforzándonos por alcanzar mayores niveles de logro. Todos queremos disfrutar de unos buenos ingresos, tener una carrera profesional brillante y en crecimiento o un trabajo que nos garantice seguridad y una familia maravillosa que brille por sus principios y valores en la sociedad. Todo esto nos entusiasma y nos lleva a celebrar los logros relevantes en la vida. Sin embargo, el éxito a los ojos de Dios va más allá de lo meramente material, para Dios, el éxito tiene que ver con que seas una persona obediente, que tengas una comunión especial con Él, que te lleve a que Dios te ayude a lograr el propósito que el Señor tiene para ti en esta vida.

Ten éxito tanto en lo material como en lo espiritual, para recibir siempre de Dios la sabiduría, la fuerza y el amor para lograr todo lo que a tus ojos parece imposible para ti y posible para Dios.

Te invito a meditar en las palabras del sabio Salomón en Proverbios 16:3:

Encomienda tus obras a Jehová, y tus pensamientos serán afirmados.

Tus acciones y proyectos serán ejecutados por Dios si lo pones a Él en primer lugar en tu vida y entonces tendrás éxito en todo lo que te propongas en la vida, a fin de obtener la motivación para continuar tu carrera de logros en la vida.