El día esperado | Relato

Se tomó otro sorbo de café degustando su sabor y aroma, mientras sus manos disfrutaron el calor que manaba de la taza. Parecía un día cualquiera, otro jueves más en la sedentaria vida de un aburrido hombre; pero en su mente un alboroto de emociones le hacía sonreír tórpidamente ante su humeante taza. El día había llegado.

No le hizo falta sacar cuentas ni contar el tiempo, pues sabía perfectamente que la tierra había dado 22 vueltas alrededor del sol desde la llegada de su tesoro a este mundo; un mundo a veces cruel y a veces injusto, pero al mismo tiempo lleno de oportunidades para crecer y hacer de lo ordinario algo extraordinario.

Pensó en el tiempo que había transcurrido desde entonces y se dijo a sí mismo: “El tiempo en la tierra suele ser caprichoso, satírico y mordaz”.

Sus pensamientos se desenrollaron como un Yoyo y pudo recordar velozmente cada instante vivido hasta ese día. Las jugarretas del destino no le habían permitió verla nacer ni crecer, hasta los 5 años cuando la pudo conocer en persona. Pero ese fue uno de los mejores días de su vida. El encuentro de dos almas gemelas destinadas a reencontrarse para evolucionar unidos, aunque no necesariamente juntos.

Los lazos que ata la afinidad y el parentesco son más fuertes que las circunstancias a las que estamos sometidos día a día. Y el pasar de los años así lo demostró, pues su amor los unió como padre e hija, saltando distancias, nuevas familias, amargas experiencias y hasta la soledad. Unidos como uno para la eternidad.

Terminó su último trago de café y soltó un grito salido del alma: “Feliz cumpleaños Marié… papá te ama donde quiera que estés”. Salió de casa cerrando la puerta tras de sí, volviendo a su vida cotidiana inmerso en su soledad.

Dedicado a mi pequeña @cocobymarie, que un día como hoy vino al mundo para llenar mis espacios vacíos.

Habría querido estar este día contigo, pero en la distancia solo puedo regalarte lo que mejor me sale: mi narrativa y mis letras.