Si existe un animal que es bondadoso y positivo para los niños, son los caballos, tanto que existe la equinoterapia y es que estos bellos animales, pueden establecer una hermosa relación con los seres humanos, tan fascinante e increíble. Es como si ellos fuesen capaz de transmitir emociones.

Desde niña he admirado a estos hermosos ejemplares de la naturaleza y me he caído de ellos también un par de veces, pero bueno, esa es otra historia para morirse de risa. Para mí los caballos representan fuerza, seguridad, libertad y les guardo un respeto enorme, además desde la antigüedad ellos han contribuido con el desarrollo del mundo.

Algunos deportes o tradiciones muy antiguas, están relacionados con caballos, con muchas de ellas no estoy de acuerdo del todo, pero la carrera de cintas es una de las que me llaman la atención.

En un principio, imagine, que era una más de las tradiciones de nuestro país, pero indagando un poco descubrí que su origen es Europeo y se extendió por Latinoamérica. En fin, este deporte consiste, en colocar unas cintas en una cuerda y los corredores tienen la tarea de recolectarlas mientras van galopando sobre sus caballos.

El sábado pasado, me enteré de que se llevaría a cabo una actividad recreativa, con los niños, con la finalidad de recolectar fondos para restaurar el campo deportivo, que queda muy cerca de nuestro hogar, entre las actividades que promovían, estaba la carrera de cintas, paseos a caballos, carreras en caballos de madera y muchas otras cosas.

Sabía que a mi hijo le encantaría esta actividad, el ama a los animales, pero no se imaginaba todo lo que le esperaba. La actividad comenzaba a la 1 pm desafortunadamente, no podíamos asistir a esa hora, pero apenas nos desocupamos, intentamos acercarnos al lugar, porque queríamos que al menos el niño viera los caballos.

Para nuestra sorpresa, la carrera de cintas se postergó un poco y llegamos a tiempo para verla, no puedo describir la emoción de mi hijo, al ver los caballos, estaba tan feliz, que ni siquiera conseguí fotos buenas, porque se movía muchísimo. Cuando la carrera comenzó, quedo asombrado, al ver a los caballos galopar tan fuerte y la adrenalina del público y los jinetes. Simplemente, se concentró a disfrutar de eso.

La noche estaba apareciendo y queríamos regresar a casa, pero él simplemente no quería perderse nada y quería quedarse hasta el final, no se aburrió, ni perdió el interés como con otras actividades y eso solo demuestra lo mucho que le gusto.

Me gusta que mi hijo, conozca un poco de todo, eso forma parte de su educación y le ayuda a comprender un poco más de como se maneja el mundo. Lo bueno de este día, es que era una actividad para los niños, así que estuvo prohibido el consumo de alcohol, algo que es muy común en este tipo de actividades.

Regresamos a casa y él aún sigue hablando de caballos, quiere un caballo de madera y quiere volver a vivir esta experiencia. Considero, que es genial, que ellos sientan interés por estas actividades y se olviden un poco del mundo de la tecnología, que si bien los entretienen también los limita a vivir y disfrutar de la infancia plena y feliz.