Leave it on the shelf! My experience shopping with my son.

Since I became a mother, I rarely go out alone. When I do, I feel that something is missing and this is one of those things that changed in my life. Before, I enjoyed going out alone, especially if it was shopping. And that's exactly what I want to write about today and share with you dear motherhood friends, as well as greet you and wish you an amazing weekend.

Many will agree with me. Shopping with kids can be a tricky thing to handle. There are many factors, which can turn a quiet shopping day into either a fun or an embarrassing situation.

My son has gone through different stages when it comes to shopping, which is natural, as they discover many things on their own. I started going out with him to the supermarket when he was about 8 or 9 months old, I took him in his car and took the opportunity to give him his daily dose of vitamin D in the morning sun. This became a routine that we both enjoyed. At that stage, he would stay quietly in his car, I just had to pay close attention and not neglect him for a second.

As he got older, his interest in seeing all the things in the supermarket and even wanting to touch them grew, at this point, we should be twice as careful with them, they have no idea of all the scenarios I imagined, I would see the tower of sauces falling down and wonder where I would get the money to pay for all that or how long I would have to work in that place for free. In a second anything could go wrong, fortunately, none of this happened.

During the two and three years of age, everything went very well. At first he didn't ask for anything, sometimes he did, but when I told him that we would buy it later, he was fine with it. He seemed to understand me, but a few weeks before his 04th birthday, things started to change. I don't know, it seems that he was testing the famous popular saying that says: he who does not cry, does not achieve anything (or how it is, hahaha). The truth is that he began to demand and, once, he began to cry, very spoiled, as if something bad had happened to him, to the point that the boy in the store gave him what he wanted. That day the boy left the store very happy, while I died of grief.

I imagine, he thought: it worked! This is one of the main mistakes we make as parents, and the most common, we want to calm the child and avoid embarrassment, so we end up acceding to his wishes, we solve the problem momentarily, but we encourage this type of situation, because after all the child fulfilled his goal. What will happen, then, the day when we have no way to please him, nor anyone to come to our rescue?

The best thing we can do is not to idealize in the child the idea that going to any place, whether it is a supermarket or any store in general, means buying something for him, a good way is to avoid giving him the cookie, for example, just after leaving the store and keep it to give it to him at home, when he has already spent some time. This is very simple to write, but how hard it is to put it into practice.

Currently, Angel, is reaching a middle ground. When he asks me to buy him something, I tell him that when we have enough money, we will buy it, in the meantime he can choose something cheaper or just wait for the next purchase. January and February have been difficult months economically speaking and the phrase I have no money already resonates in the child's head, to the point that he is becoming a little more understanding and has learned to manage his snacks, he always saves something for the evening and that's great, positive things always come out of difficult moments.

Little by little, the child is understanding that sometimes we have to leave the products on the shelf and that not all the time we can satisfy all their desires, although we as parents would like to be able to please them, but there are situations that can get out of our hands and that does not mean that we stop loving them. Besides, not indulging them in everything will prepare them for their adult life.

And you, have you had a difficult experience of this kind, any advice you would like to share, I will be happy to read it.

Desde que me convertí en madre, son contadas las veces en que salgo sola a la calle. Cuando lo hago, siento que algo me hace falta y esto es una de esas cosas que cambió en mi vida. Antes, disfrutaba salir sola, en especial si era de compras. Y es justo de eso que hoy quiero escribir y compartir con ustedes queridos amigos de motherhood, además de saludarlos y desearles un fin de semana increíble.

Muchos estarán de acuerdo conmigo. Ir de compras con niños puede ser un tema difícil de manejar. Existen muchos factores, que pueden hacer que un día de compras tranquilo se convierta, en algo divertido o en una situación embarazosa.

Mi hijo ha pasado, por distintas etapas en cuanto a compras se trata, algo que es natural, ya que ellos van descubriendo por cuenta propia muchas cosas. Comencé a salir con él al supermercado, desde los 8 o 9 meses aproximadamente, lo llevaba en su coche y aprovechaba de que recibiera su dosis diaria de vitamina D, con el sol de la mañana. Esto se convirtió en una rutina que ambos disfrutamos. En esa etapa, él se quedaba tranquilo en su coche, solo tenía que prestar mucha atención y no descuidarlo ni un segundo.

A medida, que él fue creciendo, creció su interés por ver todas las cosas del supermercado e incluso querer tocarlas, en este punto, debemos tener el doble de cuidado con ellos, no tienen idea de todos los escenarios que me imaginaba, veía caer la torre de las salsas y me preguntaba de donde sacaría el dinero para pagar todo eso o cuanto tiempo tendría que trabajar en ese lugar gratis. En un segundo cualquier cosa podría salir mal, afortunadamente, nada de esto pasó.

Durante los dos y tres años de edad, todo marchaba muy bien. Al principio él no pedía nada, en ocasiones sí, pero al decirle que después lo compraríamos, se quedaba conforme. Parecía entenderme, pero unas semanas antes de cumplir sus 04 años, las cosas, comenzaron a cambiar. No sé, pareciera, que ponía a prueba el famoso dicho popular que dice: el que no llora, no logra nada (o cómo es, jajaja). Lo cierto es que él comenzó a exigir y, una vez, comenzó a llorar, muy consentido, como si algo malo le hubiese pasado, al punto que el muchacho del negocio, le regaló lo que quería. Ese día el niño salió muy feliz del negocio, mientras yo moría de pena.

Me imagino, que él pensó: ¡funcionó! Este es uno de los principales errores que como padres cometemos, y el más común, queremos calmar al niño y evitar la vergüenza, entonces terminamos accediendo a sus deseos, solucionamos momentáneamente el problema, pero fomentamos este tipo de situaciones, porque después de todo el niño cumplió su objetivo. ¿Qué pasará, entonces, el día en que no tengamos cómo complacerlo, ni nadie que salga a rescatarnos?

Lo mejor que podemos hacer, es no idealizar en el niño, la idea de que ir a cualquier lugar, sea supermercado o cualquier tienda en general, signifique comprarle algo para él, una buena forma, es evitar darle la galleta, por poner un ejemplo, justo al salir de la tienda y guardarla para entregársela en casa, cuando ya haya pasado un rato. Esto es muy sencillo de escribir, pero cómo cuesta ponerlo en práctica.

Actualmente, Angel, está llegando a un punto intermedio. Cuando me pide que le compre algo, le digo que cuando tengamos suficiente dinero, lo compraremos, mientras tanto puede elegir algo más barato o simplemente esperar a la siguiente compra. Enero y febrero, han sido meses difíciles económicamente hablando y la frase no tengo dinero ya resuena en la cabeza del niño, al punto, que está llegando a hacer un poco más comprensivo y ha aprendido, a administrar sus meriendas, siempre guarda algo para la noche y eso es genial, de los momentos difíciles siempre salen cosas positivas.

Poco a poco, el niño va comprendiendo, que a veces, debemos dejar los productos en el estante y que no todo el tiempo, se pueden complacer todos sus deseos, aunque nosotros como padres, quisiéramos poder complacerlos, pero existen situaciones que pueden escaparse de nuestras manos y eso no significa que dejamos de amarlos. Además, no complacerlo en todo lo preparará para su vida adulta.

Y tu, ¿Has tenido una experiencia difícil de este tipo?. Algún consejo que quisieran compartir, estaré feliz de leerlos.

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Hasta la próxima, un millón de bendiciones a sus familias.

Until next time, a million blessings to your families.

_{Traducción: DeepL.
Fotografías:@doriangel
Edición: Canva(Recursós y Plantillas Gratis)
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_{Translation: DeepL.
Photographs:@doriangel
Editing: Canva(Free Resources and Templates)
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