Ser como un Niño | To be like a Child.

La invitación de Jesús a tener el corazón de un niño es un recordatorio poderoso de la importancia de mantener viva nuestra inocencia y maravilla interior a medida que crecemos. A medida que los años pasan, es fácil perder esta alegría y curiosidad inherente a la infancia, pero es fundamental hacer un esfuerzo consciente para mantenerla presente en nuestra vida diaria.

Ser como un niño implica reconocer y apreciar la belleza y el asombro en las pequeñas cosas de la vida. Los niños tienen la capacidad de encontrar maravilla en lo mundano y común, mientras que los adultos a menudo olvidan la magia que se encuentra en las cosas simples. Observar cómo un niño se emociona al ver una flor, un pájaro o un caramelo nos recuerda la importancia de detenernos y apreciar la belleza que nos rodea.

Además, mantener el corazón de un niño implica no tomar la vida demasiado en serio. Los niños tienen la capacidad de reír y divertirse con facilidad, mientras que los adultos a menudo se preocupan y se estresan por cosas que pueden no tener tanta importancia en el gran esquema de las cosas. Aprender a reírnos de nosotros mismos y no perder el sentido del humor en situaciones difíciles es clave para mantenernos jóvenes de corazón.

Otro aspecto importante de ser como un niño es mantener viva nuestra curiosidad y deseo de aprender. Los niños están constantemente buscando respuestas a sus preguntas y explorando el mundo que los rodea. A medida que crecemos, a menudo dejamos de ser tan curiosos y nos conformamos con lo que ya sabemos. Sin embargo, es esencial seguir siendo ávidos aprendices y estar abiertos a nuevas experiencias y conocimientos.

Además, la fe y la confianza inquebrantables son características de los niños que debemos mantener en nuestra vida adulta. Los niños confían completamente en sus padres y en aquellos que cuidan de ellos, sin dudar de su amor y protección. Del mismo modo, como seguidores de Jesús, debemos tener fe en su amor y cuidado por nosotros, confiando en que nos guiará y nos sustentará en todas las circunstancias de la vida.

Es importante recordar que ser como un niño no significa ser inmaduro o irresponsable. Significa tener un corazón y una mente abierta, dispuestos a explorar y aprender de los demás. Significa ser genuino y auténtico en nuestras relaciones y no tener miedo de mostrar nuestras emociones. Significa mantener la esperanza y la alegría incluso en los momentos más difíciles.

Para mantener vivo nuestro lado de ser niños, hay algunas prácticas que podemos adoptar en nuestra vida diaria. Una de ellas es hacer tiempo para jugar y hacer actividades que nos traigan alegría. Esto puede incluir desde actividades físicas como jugar al aire libre o practicar deportes, hasta actividades creativas como pintar o bailar. Al dedicar tiempo a la diversión, estamos nutriendo nuestra alma y conectando con nuestra esencia de niño interior.

Es importante rodearnos de personas que nos inspiran y nos animan a ser auténticos. Los niños son conocidos por su capacidad de hacer amigos con facilidad y de disfrutar de la compañía de otros sin prejuicios. Al rodearnos de personas que nos aceptan tal como somos y nos motivan a ser nosotros mismos, estamos cultivando el lado de niño en nosotros.

Ser como un niño de corazón es una tarea de todos los días, ser amables. Cariñosos, sin malicia y sobre todo ser felices. Los niños son seres de luz y particularmente mis personas favoritas por su ingenio y su gran corazón.

Jesus' invitation to have the heart of a child is a powerful reminder of the importance of keeping our inner innocence and wonder alive as we grow older. As the years go by, it is easy to lose this joy and curiosity inherent in childhood, but it is critical to make a conscious effort to keep it present in our daily lives.

Being like a child involves recognizing and appreciating the beauty and wonder in the little things in life. Children have the ability to find wonder in the mundane and commonplace, while adults often forget the magic found in the simple things. Watching a child get excited at the sight of a flower, a bird or a piece of candy reminds us of the importance of stopping and appreciating the beauty that surrounds us.

Keeping a child's heart involves not taking life too seriously. Children have the ability to laugh and have fun with ease, while adults often worry and stress over things that may not matter as much in the grand scheme of things. Learning to laugh at ourselves and not losing our sense of humor in difficult situations is key to staying young at heart.

Another important aspect of being like a child is to keep our curiosity and desire to learn alive. Children are constantly searching for answers to their questions and exploring the world around them. As we grow older, we often stop being so curious and settle for what we already know. However, it is essential to remain avid learners and be open to new experiences and knowledge.

Unwavering faith and trust are characteristics of children that we must maintain in our adult lives. Children completely trust their parents and those who care for them, never doubting their love and protection. Likewise, as followers of Jesus, we must have faith in His love and care for us, trusting that He will guide and sustain us in all of life's circumstances.

It is important to remember that being childlike does not mean being immature or irresponsible. It means having an open heart and mind, willing to explore and learn from others. It means being genuine and authentic in our relationships and not being afraid to show our emotions. It means maintaining hope and joy even in the most difficult times.

To keep our childlike side alive, there are some practices we can adopt in our daily lives. One of them is to make time to play and do activities that bring us joy. This can include anything from physical activities such as playing outdoors or playing sports, to creative activities such as painting or dancing. By making time for fun, we are nurturing our soul and connecting with our inner child essence.

In addition, it is important to surround ourselves with people who inspire and encourage us to be authentic. Children are known for their ability to make friends easily and enjoy the company of others without prejudice. By surrounding ourselves with people who accept us as we are and encourage us to be ourselves, we are cultivating the child side of us.

Being like a child at heart is an everyday task, to be kind. Loving, without malice and above all be happy. Children are beings of light and particularly my favorite people because of their ingenuity and big hearts.Children are beings of light and particularly my favorite people because of their ingenuity and big hearts.