Soledad, Solitud o Aislamiento Social. El amigo @emiliorios nos explica muy bien la diferencia entre estos tres conceptos, al tiempo que nos invita a realizar nuestro trabajo introspectivo apoyándonos con un test a fin de conocer cómo nos manejamos en ello. Te invito a entrar al post [¿Soledad, Solitud o Aislamiento Social?(https://peakd.com/hive-131951/@emiliorios/soledad-solitud-o-aislamiento-social-hagamos-un-test-para-descartar-iniciativa-14-de-septimo-dia-esen)] y compartir tu experiencia. Aquí comento algo sobre la mía.

Respondiendo a las preguntas del test confirmo que he pasado por los tres estados: Soledad, Solitud y Aislamiento Social, también me doy cuenta que entre un estado y otro las líneas de separación son muy delgadas, que los sentimientos que producen en cada uno de ellos pueden ser tan profundos que corremos el riesgo de quedarnos en ellos.

Porque estemos claros, a veces nos quedamos sujetos a las emociones que nos producen malestar al no tener herramientas, ni sabemos cómo buscar ayuda para salir de ellas y otras tantas, nos sentimos tan bien en ese estado, que tampoco queremos salir de allí, lo cual nos puede llevar, a la larga, a romper la armonía interior, creando desequilibrio en nuestro bienestar.

La mejor manera que encuentro para explicar estas ideas es a través las experiencias vividas. Por ejemplo, utilizando la frase de moda puedo afirmar que “Amo estar en solitud”, pues me resulta un espacio cómodo y confortable. Me encanta “perderme” entre mis pensamientos, en mis diálogos internos, en reflexiones, discusiones conmigo misma, como quien dice, cobrar y darme el vuelto, en ese espacio me motivo, me alabo, me premio y también me doy mis regaños, me recrimino, me caigo y me levanto.

En ocasiones estoy tan absorta en “mi mundo” que cuando “despierto” ha transcurrido un buen tiempo que muchas veces no sé ni cómo explicarme a mí misma donde he estado. En esta soledad, que no es soledad, también hay actividades que me llenan de satisfacción, leer, escribir, contemplar, trazar líneas, colorear, regar las plantas, escuchar el mundo, en fin es tan sabroso estar en este espacio que en muchas ocasiones no quiero salir de él.

No puedo hablar de aislamiento total porque está mi esposo y por supuesto durante el día vamos conversando sobre diversos tópicos, también están mis hermanas que nos saludamos diariamente y a una en particular me basta cruzar una puerta para verla cada mañana y saber cómo está. Pero a veces paso hasta una semana sin interactuar con personas fuera de mi entorno de manera presencial, esto me aterra.

Por suerte para mí, mi reloj interior tiene como una alarma programada que en algún momento se activa y es como si la burbuja ya no tuviese aire y me hace salir corriendo a la calle a buscar a mis amigas, a conocer y hablar con las personas cara a cara, a sentir el pulso de la vida exterior, a reencontrarme con el bullicio y esto también lo disfruto cuando lo puedo dosificar, es por ello que en mis rutinas trato siempre de estar en algún grupo con alguna actividad que me guste y que sea completamente ajeno a mi entorno familiar.

En el plano de la soledad la he sentido en ocasiones muy puntuales y una de ellas fue cuando mi hija se fue para España ¡Era un vacío tan intenso!, un dolor que me abrazaba y un frío interior que no sé describirlo, solo sé que la tristeza me arropaba. En uno de esos días mi esposo me encontró llorando, me abrazó y me preguntó que me pasaba, cuando le respondí que me sentía tan sola, no lo podía comprender, pues me respondió que cómo me sentía sola, si lo tenía a él y a mis hermanas.

La soledad es como la describen, puedes estar rodeado de una multitud y sentirte desamparada, sentir que no cuentas con nadie o que el resto de la humanidad no te comprende y lo más bravo es que no deseas ser comprendida, ni acompañada, ni consolada quieres es quedarte en tu dolor, en tu ausencia, en tu tristeza, en tu apego y en tu ego.

Todos somos distintos y requerimos cosas distintas, para mí han sido esas mismas personas que están a mi alrededor, que me aman y están llenas de paciencia las que me han “servido” de salva vida, las que con su acompañamiento en el día a día con sus acciones me fueron llevando a la superficie para tomar bocanadas de aire fresco y que aunado a la convicción de que mi hija me necesitaba tanto como yo a ella, era necesario que ambas nos apoyásemos para salir fortalecidas de la situación.

Concluyendo puedo decir que cada uno de estos estados, en cualquier momento, son parte de nuestras vivencias, muchas veces sin haberlos elegido, sin embargo lo interesante de todo esto es que ninguno es “malo” de por sí, lo negativo puede estar en el hecho de quedarnos estancados en alguno, pues de ser así, por algún lado surgirá el mal-estar.

In English

Loneliness, Solitude or Social Isolation. Our friend @emiliorios explains very well the difference between these three concepts, while he invites us to do our introspective work with the help of a test in order to know how we handle it. I invite you to enter the post [Loneliness, Solitude or Social Isolation?(https://peakd.com/hive-131951/@emiliorios/solitude-solitude-or-social-isolation-let's-do-a-test-to-discard-initiative-14-of-seventh-day-esen)] and share your experience. Here I comment something about mine.

Answering the test questions I confirm that I have gone through the three states: Loneliness, Solitude and Social Isolation, I also realize that between one state and another the lines of separation are very thin, that the feelings that produce in each of them can be so deep that we run the risk of staying in them.

Because let's be clear, sometimes we remain subject to the emotions that cause us discomfort because we have no tools, nor do we know how to seek help to get out of them and many others, we feel so good in that state, that we do not want to get out of there either, which can lead us, in the long run, to break the inner harmony, creating imbalance in our welfare.

The best way I find to explain these ideas is through lived experiences. For example, using the fashionable phrase, I can say that "I love to be alone", because I find it a comfortable and convenient space. I love to "lose myself" in my thoughts, in my internal dialogues, in reflections, in discussions with myself, as they say, to collect and give me the change, in that space I motivate myself, I praise myself, I reward myself and I also give myself my scoldings, I reproach myself, I fall down and I get up.

Sometimes I am so absorbed in "my world" that when I "wake up" a long time has passed that many times I don't even know how to explain to myself where I have been. In this solitude, which is not solitude, there are also activities that fill me with satisfaction, reading, writing, contemplating, drawing lines, coloring, watering the plants, listening to the world, in short, it is so pleasant to be in this space that on many occasions I do not want to leave it.

I cannot speak of total isolation because there is my husband and of course during the day we talk about different topics, there are also my sisters who greet each other daily and one in particular is enough for me to cross a door to see her every morning and know how she is. But sometimes I go up to a week without interacting with people outside my environment in person, this terrifies me.

Luckily for me, my inner clock has like a programmed alarm that at some point is activated and it is as if the bubble no longer has air and makes me run out into the street to look for my friends, to meet and talk to people face to face, to feel the pulse of life outside, to reconnect with the bustle and I also enjoy this when I can dose it, which is why in my routines I always try to be in a group with some activity that I like and that is completely outside my familiar environment.

In terms of loneliness, I have felt it on very specific occasions and one of them was when my daughter left for Spain. It was such an intense emptiness, a pain that embraced me and an inner cold that I do not know how to describe, I only know that sadness enveloped me. On one of those days my husband found me crying, he hugged me and asked me what was wrong, when I answered that I felt so lonely, he could not understand it, because he told me how I felt lonely, if I had him and my sisters.

Loneliness is as described, you can be surrounded by a crowd and feel helpless, feel that you do not count on anyone or that the rest of humanity does not understand you and the bravest thing is that you do not want to be understood, or accompanied, or comforted, you want to stay in your pain, in your absence, in your sadness, in your attachment and in your ego.

We are all different and require different things, for me it has been those same people who are around me, who love me and are full of patience that have "served" me as a life saver, those who with their accompaniment in the day to day with their actions were taking me to the surface to take breaths of fresh air and that together with the conviction that my daughter needed me as much as I needed her, it was necessary that we both supported each other to get out of the situation strengthened.

In conclusion, I can say that each of these states, at any time, are part of our experiences, often without having chosen them, however the interesting thing about all this is that none of them is "bad" in itself, the negative can be in the fact of staying stuck in any of them, because if so, somewhere bad-being will arise.