“No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo”. Nelson Mandela

Vivimos en un mundo lleno de muchas adversidades, donde cada día nos supone un reto, el camino nos plasma un abanico de situaciones que no siempre son gratas y la mayoría de ellas nos insta a perder el entusiasmo con el que emprendemos los objetivos para luego sentirnos decepcionados de nosotros mismos.

Ahora bien, el mundo nos prepara desde nuestro nacimiento para el éxito, pero que sucede con esa parte de nosotros que está ahogada en inseguridades, tristezas y frustraciones, porqué no se nos educa para asumir nuestras dificultades y se nos señala ante los fracasos, será que ser perdedores no es una opción? o simplemente estamos en la plena cadena de supervivencia donde los débiles no tienen un puesto.

Desde pequeños se nos va instando a concretar las habilidades necesarias para continuar avanzando en la vida, sin embargo el sentimiento miedo está presente en cada paso y aunque estamos conscientes de su compañía, el fracaso es visto desde nuestra infancia como la barricada que sella nuestro bienestar, a eso se le agrega que falta se nos motive para asumir que dentro de él estan las mejores lecciones que se pueden aprender en nuestra existencia.

Todas las personas desean tener éxito, pues de alguna manera este nos permitirá tener un futuro sólido, sin embargo dentro de los procesos de asimilación y acomodación también el fracaso es necesario para poder conquistar el aprendizaje necesario que nos llevará al logro de los objetivos personales.

La historia ha demostrado como el fracaso se convierte en el impulso para ganar grandes batallas y prueba de ello son grandes pintores,cantantes, científicos que fallaron muchas veces y la mayoría fueron motivo de burla y señalamientos, pero luego la vida los coloco como figuras de admiración.

¿Debemos enseñar el fracaso a la generación de relevo?

Solo a través del ensayo y el error los niños pueden convertirse en adultos resilientes. Beth Arky

El trabajo con niños de 0 a 10 años, me ha dejado grandes lecciones y una de ellas en decirles que el fracaso no debemos evitarlo, al contrario aceptar, analizar, aprender y continuar es la fórmula necesaria en nuestro día a día, por lo general los padres impulsamos a nuestro linaje a ser exitosos y sobresalientes, pero de forma involuntaria convertimos la crianza en un acto punitivo donde fracasar no es aceptado, en el aula de clases veo a niños exigiendose más simplemente porque necesitan demostrar que son buenos y cuando el objetivo no se logra vemos desbordada la ansiedad y por tanto la frustración.

No debemos continuar en esta ruleta rusa, como educadora debo instar a la calma y aceptación por parte de niños y padres para romper el paradigma llamado éxito vs fracaso, debemos impulsar a nuestros chamos de equivoquen y lo asuman retos que los dotarán de habilidades para llegar al camino de la resiliencia, asumiendo en el futuro retos de vida.

Aceptar el fracaso como un maestro y no como verdugo es necesario para la humanidad, pues solo así podremos tener una sociedad más equilibrada emocionalmente.

He is not brave who has no fear, but he who knows how to conquer it". Nelson Mandela

We live in a world full of many adversities, where every day is a challenge, the road presents us with a range of situations that are not always pleasant and most of them urge us to lose the enthusiasm with which we undertake the objectives and then feel disappointed with ourselves.

Now, the world prepares us from birth for success, but what happens to that part of us that is drowned in insecurities, sadness and frustrations, why we are not educated to assume our difficulties and we are pointed to the failures, is it that being losers is not an option? or are we simply in the full chain of survival where the weak do not have a place.

From an early age we are urged to develop the necessary skills to continue advancing in life, however the feeling of fear is present in every step and although we are aware of its company, failure is seen from our childhood as the barricade that seals our welfare, to this is added that we lack the motivation to assume that within it are the best lessons that can be learned in our existence.

All people want to succeed, because in some way this will allow us to have a solid future, however within the processes of assimilation and accommodation, failure is also necessary to conquer the necessary learning that will lead us to the achievement of personal goals.

History has shown how failure becomes the impetus to win great battles and proof of this are great painters, singers, scientists who failed many times and most were mocked and pointed out, but then life placed them as figures of admiration.

Should we teach failure to the next generation?

Only through trial and error can children become resilient adults. Beth Arky

Working with children from 0 to 10 years old, has left me with great lessons and one of them is to tell them that failure should not be avoided, on the contrary to accept, analyze, learn and continue is the necessary formula in our day to day, usually parents push our lineage to be successful and outstanding, but involuntarily we turn parenting into a punitive act where failure is not accepted, in the classroom I see children demanding more simply because they need to prove they are good and when the goal is not achieved we see the anxiety and therefore frustration overflowing. _

We must not continue in this Russian roulette, as an educator I must urge calm and acceptance on the part of children and parents to break the paradigm called success vs. failure, we must encourage our kids to make mistakes and take on challenges that will provide them with skills to reach the path of resilience, assuming in the future life challenges.

Accepting failure as a teacher and not as an executioner is necessary for humanity, because only then will we be able to have a more emotionally balanced society.