EL cultivo de mi felicidad familiar (Relato) [Es-En]

avatar
(Edited)

Hola, amigos de hive. Con mucho cariño les saludo. En esta oportunidad quiero compartir con ustedes este pequeño relato ficticio, el cual deseo que pueda agradarles.

colorado-gc5bd8501f_640.jpg

pixabay by Inactive account – ID 1778011

Esta es la historia de Jim, un padre de familia que vive muy lejos de la ciudad, en una aldea donde la paz y la tranquilidad se respiran con total agrado. Su esposa se llama Helen y es un ama de casa dedicada al cuidado de sus dos hijos, Tommy y Anita, y de su madre quien ya lleva muchos años viviendo con ellos a causa de su jubilación como maestra. Viven en un rancho muy grande y con bastante terreno, el cual Jim heredó de su padre cuando este falleció.

Todos los días Jim se levanta a las cuatro de la mañana para poder ir a trabajar. Son dos horas en las que Jim debe pedalear desde su casa hasta la ciudad en su bicicleta para llegar a tiempo a la fábrica de envases de comidas y bebidas, en la que lleva más de veinte años laborando de forma ejemplar. A pesar de no ser el mejor de los empleos, Jim se siente a gusto en su lugar de trabajo y disfruta de su ocupación.

Ya de regreso a su hogar, Jim se toma su tiempo para dedicarse a su familia. Tommy, su hijo menor, siempre lo espera para mostrarle todo lo que hizo en la escuela, mientras que su hija Anita que ya está a punto de graduarse en la universidad, también comparte con su padre los pormenores de sus actividades. Y es así como de pronto ya se encuentran todos sentados en la mesa preparándose para disfrutar de una rica cena que la madre de Helen ha hecho para todos con mucho amor.

sunset-g58f9f515b_640.jpg

pixabay by TranDuyet

La vida de Jim como el único sostén de la familia nunca ha sido fácil. Casi todas las semanas debe trabajar horas extras para poder solventar los gastos y las deudas que recaen en casa. A veces debe sacrificar los días sábados en casa por otra jornada extra de trabajo, lo cual lo deja totalmente exhausto y con las mínimas fuerzas para poder dedicar más tiempo a sus seres queridos. Con todo y esto, jamás ha pasado por la mente de Jim dejar de seguir adelante por el futuro de sus hijos y de toda su familia.

Pero cierto día, justo cuando Jim se preparaba para salir de la fábrica rumbo a casa, su jefe le hizo llegar una carta en la que se le informaba sobre su despido inmediato. La razón principal era que con el avance tecnológico en la empresa, el trabajo que Jim hizo durante veinte años ahora estaba a cargo de una máquina que podía funcionar las veinticuatro horas sin necesidad de ayuda humana, lo cual dejó a este padre de familia sin una fuente de trabajo.

Esa tarde Jim pedaleó hasta su casa por más de tres horas, atónito ante semejante noticia. “¿Ahora como haré para mantener a mi familia?” -eso era lo que más se repetía en la cabeza de Jim-.

Ya entrada la noche fue cuando por fin llegó a casa. Sus hijos ya se habían ido a dormir al igual que su suegra, mientras que su esposa con un tono de preocupación le preguntó: “¿Está todo bien?”.

-“Si. Solo fueron unas horas extras de trabajo”- Asintió Jim con la cabeza mientras poco a poco bajaba la mirada para no mirar fijamente a los ojos de su esposa. Y así sin cenar, aquel padre de familia se fue a dormir con la esperanza de al día siguiente despertar de esa terrible pesadilla.

Pero fue esa siguiente mañana donde Jim se llenó de valor, y con lágrimas en sus ojos les dijo la verdad a su esposa y a los demás. “De seguro algo mejor te va a llegar” – dijo con optimismo la madre de Helen-. Y así todos en casa le dieron el apoyo anímico que tanto necesitaba Jim para seguir adelante y conseguir algo que le permitiera aportar al sustento y bienestar de toda la familia.

Al pasar varias semanas, la preocupación de Jim por no poder conseguir algo de trabajo era muy evidente. Se sentía totalmente frustrado ya que lo único que sabía hacer muy bien era ahora el trabajo de una máquina, y esa sensación de desdicha aumentaba a medida que se iba acabando el dinero que recibió por su despido.

Una noche, Jim se fue a dormir temprano a causas de una fuerte jaqueca que le dio de tanto estrés y ansiedad. Mientras dormía, recordó lo mucho que su padre le decía de que él no debía perder su tiempo trabajando un una fábrica y que él tenía potencial para ser más que un simple obrero. “Quizás mi padre tenía razón, pero ya es tarde para mi” –dijo Jim en sus adentros mientras aún dormía.

Entonces llegó un nuevo día, y Jim ya no quería siquiera levantarse de su cama por lo mal que se sentía. Después de batallar consigo mismo, salió de su cuarto y se sentó en el sillón de la sala para leer las ofertas de trabajo en el periódico. De pronto, vio salir a su esposa al patio trasero y le preguntó: “¿Qué vas a hacer allá atrás?”

-Es que Tommy hace unos meses sembró una matica aquí en el patio para un proyecto escolar, y ahora que ya lleva mucho tiempo por fin hemos podido cosechar un pequeño tomate que pienso usar para la ensalada de esta noche. Por lo menos es un tomate por el cual no debo ir a pagar en el mercado- respondió con mucha sapiencia la esposa de Jim-.

Y justo esas últimas palabras de su esposa encendieron una pequeña luz de esperanza en la mente de JIm, quien recordando aquellas sabias palabras de su padre, ahora meditaba en la idea de trabajar en casa cultivando tomates. Y ya sin mucho pensar, tomó parte de lo que aún quedaba de su liquidación, y entre abono y semillas ya Jim empezaba con un nuevo proyecto que en cuestión de nada le cambiaría la vida.

greenhouse-g2e29d21a3_640.jpg

pixabay by Katya_Ershova

Ya con una meta clara de la clase de trabajo que iba a emprender, Jim se puso a preparar todo el terreno necesario para cultivar, y en pocas semanas el resultado fue que ya tenía varias matas de tomate sembradas y esperando por su cuidado y riego. A medida que iban pasando los días, más era la satisfacción que sentía Jim por su nueva ocupación.

Ya llegado el tiempo de la primera cosecha, lo que Jim podía tener en sus manos era una obra de arte: un tomate muy grande y rojo que brillaba con el roce de la luz solar y que era todo un deleite para quien lo pudiera probar. Su cultivo llegó a ser tan llamativo como colorido, que no podía pasar desapercibido para los residentes de aquella aldea que añoraban comprar tomates en cantidad.

En cuestión de meses, Jim ya contaba con un número considerable de clientes que desde bien temprano se acercaban a su casa para hacerse de los mejores tomates que allí se cultivaban. El trabajo fue en aumento, a tal punto que la familia poco a poco se fue involucrando en el gran negocio de papá: Tommy ayudaba a su padre con el riego de las plantas mientras Anita los recogía y seleccionaba junto con su mamá.

Y con el alza del producto también se necesitaba a alguien que se encargará de la contabilidad y los precios, lo cual sabía hacer muy bien la madre de Helen. En cuestión de un año, Jim y su familia se convirtieron en los máximos proveedores de tomates en la zona, lo cual también llamó la atención de otras personas cercanas a la aldea. Pero lo mejor aún estaba por llegar.

El proyecto de Jim no solo sirvió para solventar la estabilidad económica de la familia sino que también llevó a su hija Anita a descubrir su don por la cocina, y junto con su madre llegaron a preparar suculentos y deliciosos platos donde el ingrediente principal era la pasta de tomate. Enseguida la fama de aquellas comidas se hizo tan grande que superó toda frontera, llevando a la joven Anita a un título de chef internacional calificada y muy reconocida. Todo este éxito también sirvió para alimentar el amor de Tommy por las plantas y la meta de estudiar botánica al llegar a la universidad.

tomatoes-g0165a9390_640.jpg

pixabay by kie-ker

Ahora Jim puede pasar más tiempo al lado de sus seres queridos y ya no hay más horas extras que lo abrumen y lo alejen de compartir momentos muy agradables en el hogar. Se siente feliz con su trabajo, y dicha felicidad es más plena teniendo el apoyo incondicional de toda la familia.

Después de varios años, con un negocio gratificante y próspero, Jim nuevamente recibió una carta de parte de los dueños de aquella fábrica a los cuales les trabajó durante veinte años. La razón era más bien una petición para que le concedieran el permiso para ser ellos los proveedores principales de envases para los tomates, las comidas y las salsas que Jim y su familia ahora preparaban.

“Mi padre siempre tuvo la razón” –expresó Jim con lágrimas que alcanzaban su sonrisa- al entender que la mejor opción de vida para su familia siempre estuvo más cerca de lo que él pensaba, y de cómo lo que en algún momento llegó a ser una mala noticia le abrió las puertas a aquello que se convirtió en el verdadero cultivo de su felicidad familiar.


Gracias por darle vida a mi publicación con tu tiempo y atención.

Hasta pronto.



ENGLISH VERSION

Hello, friends of hive. With much affection I greet you. In this opportunity I want to share with you this little fictitious story, which I hope will please you.

colorado-gc5bd8501f_640.jpg

Pixabay by Inactive account – ID 1778011

This is the story of Jim, a family man who lives far away from the city, in a village where peace and tranquility are a pleasure to breathe. His wife's name is Helen and she is a housewife dedicated to the care of their two children, Tommy and Anita, and their mother who has been living with them for many years now because of her retirement as a teacher. They live on a very large ranch with a lot of land, which Jim inherited from his father when he passed away.

Every day Jim gets up at four o'clock in the morning to go to work. It takes Jim two hours to pedal from his home to town on his bicycle to get to the food and beverage packaging factory on time, where he has been working for more than twenty years in an exemplary manner. Despite not being the best of jobs, Jim feels at ease at his workplace and enjoys his occupation.

Back home, Jim takes time to devote to his family. Tommy, his youngest son, is always waiting to show him everything he did in school, while his daughter Anita, who is about to graduate from college, also shares with her father the details of her activities. And so it is that suddenly they are all sitting at the table preparing to enjoy a delicious dinner that Helen's mother has lovingly made for everyone.

sunset-g58f9f515b_640.jpg

pixabay by TranDuyet

Jim's life as the sole breadwinner has never been easy. Almost every week he has to work overtime to meet the expenses and debts that fall on the household. Sometimes he must sacrifice Saturdays at home for another extra day of work, which leaves him totally exhausted and with minimal strength to devote more time to his loved ones. Yet, it has never crossed Jim's mind to stop working for the future of his children and his entire family.

But one day, just as Jim was getting ready to leave the factory for home, his boss sent him a letter informing him of his immediate dismissal. The main reason was that with the technological advancement in the company, the work Jim had done for twenty years was now being handled by a machine that could run around the clock without human assistance, leaving this family man without a source of employment.

That afternoon Jim pedaled home for over three hours, stunned at such news. "Now how will I support my family?" -that was what kept replaying in Jim's head.

It was late in the evening when he finally got home. His children had already gone to bed as had his mother-in-law, while his wife asked him with a worried tone, "Is everything all right?"

-Yes, it was just a few extra hours of work," Jim nodded his head as he slowly lowered his gaze so as not to stare into his wife's eyes. And so, without dinner, the father of the family went to sleep with the hope of waking up the next day from that terrible nightmare.

But it was that next morning that Jim took courage, and with tears in his eyes he told his wife and the others the truth. "Surely something better will come to you," Helen's mother said optimistically. And so everyone in the house gave Jim the encouragement he so desperately needed to move forward and get something that would allow him to contribute to the livelihood and well-being of the whole family.

As several weeks went by, Jim's concern about not being able to get a job was very evident. He felt totally frustrated as the only thing he knew how to do very well was now working on a machine, and that feeling of unhappiness increased as the money he received from his layoff ran out.

One night, Jim went to bed early because of a severe headache he got from so much stress and anxiety. As he slept, he remembered how much his father told him that he shouldn't waste his time working in a factory and that he had the potential to be more than just a laborer. "Maybe my father was right, but it's too late for me now," Jim said to himself as he still slept.

Then a new day came, and Jim didn't even want to get out of bed because of how bad he felt. After struggling with himself, he left his room and sat down on the living room couch to read the job postings in the newspaper. Suddenly, he saw his wife come out into the backyard and asked, "What are you going to do back there?"

-It's just that Tommy a few months ago planted a seedling here in the yard for a school project, and now that it's been a long time coming we've finally been able to harvest a small tomato that I plan to use for tonight's salad. At least it's a tomato I don't have to pay for at the market," Jim's wife replied sagely.

And just those last words of his wife lit a little light of hope in the mind of JIm, who remembering those wise words of his father, now meditated on the idea of working at home growing tomatoes. And without thinking too much, he took part of what was left of his liquidation, and between fertilizer and seeds, Jim started a new project that in a matter of no time would change his life.

greenhouse-g2e29d21a3_640.jpg

pixabay by Katya_Ershova

With a clear goal of the kind of work he was going to undertake, Jim set about preparing all the necessary land for cultivation, and within a few weeks the result was that he had several tomato plants planted and waiting to be cared for and irrigated. As the days went by, Jim felt more and more satisfied with his new occupation.

When the time came for the first harvest, what Jim could hold in his hands was a work of art: a very large, red tomato that glowed in the sunlight and was a delight for anyone who could taste it. His crop became so striking and colorful that it could not go unnoticed by the residents of that village who longed to buy tomatoes in quantity.

In a matter of months, Jim already had a considerable number of customers who, from early in the morning, came to his house to buy the best tomatoes grown there. The work was increasing, to such an extent that the family gradually became involved in Dad's big business: Tommy helped his father with the watering of the plants while Anita picked and sorted them together with her mother.

And with the rise in produce, there was also a need for someone to do the bookkeeping and pricing, which Helen's mother was very good at. Within a year, Jim and his family had become the top tomato suppliers in the area, which also attracted the attention of other people close to the village. But the best was yet to come.

Jim's project not only served to support the family's economic stability but also led his daughter Anita to discover her gift for cooking, and together with her mother they came to prepare succulent and delicious dishes where the main ingredient was tomato paste. Soon the fame of those meals became so great that it surpassed all frontiers, leading the young Anita to a title of qualified and highly recognized international chef. All this success also served to fuel Tommy's love of plants and his goal of studying botany when he got to college.

tomatoes-g0165a9390_640.jpg

pixabay by kie-ker

Jim is now able to spend more time with his loved ones and there is no more overtime to overwhelm him and keep him from sharing pleasant moments at home. He is happy with his job, and that happiness is enhanced by having the unconditional support of the whole family.

After several years, with a rewarding and prosperous business, Jim again received a letter from the owners of that factory for whom he had worked for twenty years. The reason was more of a request for permission to be the primary supplier of packaging for the tomatoes, meals and sauces that Jim and his family were now preparing.

"My father was always right," expressed Jim with tears reaching his smile, as he understood that the best life option for his family was always closer than he thought, and how what once became bad news opened the door to what became the true cultivation of their family's happiness.


Thank you for bringing my publication to life with your time and attention.

See you soon.



0
0
0.000
5 comments
avatar

@cajiro me es grato saludarte. Me ha encantado está motivante historia porque trataste un tema que me apasiona como lo es la dignidad del trabajo, sobre aquello que nos hace sentir libres, a gusto y en prosperidad.

Hubo un rescate en tu escrito del valor de la creatividad, el ingenio, la resiliencia, en medio de tanta adversidad.
Sobre todo me encantó el hilo conductor del uso tan diverso del tomate en el comercio.

Que buen relato. Además que me gustó que le diste crédito a los autores de cada imagen.
Muchas buenas cosas.

Nos estamos leyendo.

0
0
0.000
avatar

Realmente disfruté mucho escribiendo este relato y me alegra que también haya sido de tu agrado. Sin duda,son de esas historias que muchos con valor y constancia dia a dia hacen realidad. Gracias por tus sinceras palabras y te deseo el mayor de los exitos con tus publicaciones. Saludos. ☺😊

0
0
0.000
avatar

I guess Jim needed to be fired to realize his true potential, this happens to a lot of people in life.

0
0
0.000
avatar

Exacto.Practicamente lo sacaron de su zona de confort y al final descubrió algo muchisimo mejor en él y para toda la familia. Gracias por tu comentario y mucho éxito para ti también. ☺

0
0
0.000
avatar

¡¡¡Gracias!!!
Esta era una historia increíble y necesitaba leerla.

0
0
0.000