Cuéntame una historia-11 de junio de 2023/ Perdida en la selva (Spanish-English)
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pareja en una caminata
Primer plano de un cocodrilo
El grupo de amigas había planificado el viaje a la selva amazónica por meses; Karen, particularmente, estaba emocionada, amaba la naturaleza y el turismo de aventuras. Había buscado información, había visto fotos, había conversado con amigos que habían estado allí. Cualquier riesgo que pudiera correr no la amilanaba, por el contrario, su entusiasmo por el viaje venía precisamente de la posibilidad de salir de su zona de confort, de alejarse de la rutina repetitiva de todos los días, de su hábitat humano controlado.
Antes de salir con su pequeña maleta se aseguró de cerrar el agua, desenchufar los aparatos eléctricos y cerrar el gas, para asegurarse que tendría un hogar donde regresar. Amaba ese espacio cómodo que había ido construyendo con los años, sus muebles, sus objetos, sus libros, allí anidaba sus recuerdos de la última década, su independencia ganada. Su corazón aventurero estaba en una mente científica y urbana. Le gustaba la seguridad que había alcanzado, su cátedra en la universidad, sus colaboraciones en revistas reconocidas, los reconocimientos que había logrado en el medio científico. Poder escaparse una o dos veces al año a algún espacio natural, agreste y desconocido era parte del plan que su mente curiosa, investigadora necesitaba para ser feliz.
Cuando llegó al aeropuerto sus amigas @numa26 @crisch26 y @chacald.dcymt ya estaban allí, preocupadas pensando que no lograría llegar. Pero le ofreció al joven del mototaxi algo de dinero extra si lograba llegar a tiempo. Y él voló por la autopista para ganarse la propina.
-Hola, chicas. ¿Llamaron ya nuestro vuelo? Me chequeo en unos minutos. Todas respiraron y contestaron al unísono:
-No todavía. ¡Correee!
Cuando el vuelo despegó, felizmente, todas estaban a bordo. Hora y media después aterrizaban en Puerto Ayacucho. Esa noche descansaron, al día siguiente iniciarían la excursión a la selva. Mientras dormían no sospechaban que la bruja de la selva las estaba esperando, pero también el apuesto guía que les encantaría a todas.
A la mañana siguiente fueron al mercado local. Karen quería comprar frutas para llevar en el morral y el conocido picante de la región. Compró algunas mandarinas, y unas ciruelas dulces que se veían apetitosas. -Amigas, miren estas ciruelas dulces, que sabrosas se ven, me llevaré varias. Cuando se iba de excursión siempre llevaba frutas y agua suficiente.
Cuando iniciaron la excursión todas se sentían en una película. Uno de los guías les advirtió: -Por favor no se separen del grupo, la selva es un espacio que tiene muchos peligros. Todas miraban al apuesto guía que habló, con el secreto deseo de perderse y que él las rescatara. Se miraron entre sí con complicidad. Pero Pablo no les habló de la leyenda de la bruja, ya tenían suficiente con imaginar culebras, tigres y cocodrilos merodeando la selva. La bruja sonrió al verlos llegar.
Cuando llevas un buen rato caminando por la selva la humedad se hace sofocante. Karen, que iba en la retaguardia, se detuvo para tomar agua. Y empezó a mirar a su alrededor con su curiosidad científica, dándole a la bruja la oportunidad para atraerla con un pájaro de bello plumaje y hermoso canto. Karen hechizada por la hermosa ave se separó del grupo para verla más de cerca.
Cuando Karen se dio cuenta que se había separado del grupo, estaba perdida en medio de la selva. Hacia donde se movía los árboles y la maleza parecían iguales a su alrededor. Mientras tanto sus amigas se habían dado cuenta de que Karen no estaba con el grupo y llamaron a los guías para informarles. -Señoras, les dijimos que por favor no se separaran del grupo. Pablo se ofreció para irla a buscar.
Al atardecer, Karen llegó junto a un río, había intentado llamar a sus amigas, pero en medio de la selva no había señal. De pronto, apareció el cocodrilo, la bruja le había prometido una buena cena y allí estaba. Karen se quedó paralizada por el terror, el enorme animal abrió su boca. Pero en ese momento escuchó la detonación, era Pablo que la había encontrado justo a tiempo.
Entonces, Pablo encendió la fogata para ahuyentar los animales. Karen le ofreció una de las ciruelas que tenía en el morral. Al amanecer, regresaron a donde estaba el grupo. Pablo, nuevamente, había salvado a una turista perdida de un triste final.
Beatriz Alicia García N.
Lost in the jungle
The group of friends had been planning the trip to the Amazon rainforest for months; Karen, in particular, was excited, she loved nature and adventure tourism. She had searched for information, looked at photos, talked to friends who had been there. Any risk she might take did not deter her, on the contrary, her enthusiasm for the trip came precisely from the possibility of getting out of her comfort zone, of getting away from the repetitive routine of everyday life, from her controlled human habitat.
Before leaving with her small suitcase she made sure to turn off the water, unplug the appliances and turn off the gas, to make sure she would have a home to return to. She loved that comfortable space she had built over the years, her furniture, her objects, her books, there nestled her memories of the last decade, her earned independence. His adventurous heart was in a scientific and urban mind. He liked the security he had achieved, his professorship at the university, his collaborations in recognized journals, the recognitions he had achieved in the scientific milieu. To be able to escape once or twice a year to some natural, wild and unknown space was part of the plan that his curious, investigative mind needed to be happy.
When she arrived at the airport her friends @numa26 @crisch26 and @chacald.dcymt were already there, worried that she wouldn't make it. But she offered the young man in the motorcycle cab some extra money if he made it there on time. And he flew down the highway to earn the tip.
-Hi, girls. Did you call our flight yet? I'll check in in a few minutes. They all took a breath and answered in unison:
-Not yet. Run!
When the flight took off, happily, they were all on board. An hour and a half later they landed in Puerto Ayacucho. That night they rested, the next day they would start the excursion to the jungle. While they slept they did not suspect that the witch of the jungle was waiting for them, but also the handsome guide that they would all love.
The next morning they went to the local market. Karen wanted to buy fruits to carry in her backpack and the well-known local spicy food. She bought some tangerines, and some sweet plums that looked appetizing. -Friends, look at these sweet plums, how tasty they look, I'll take several. When she went on excursions, she always brought enough fruit and water.
When they started the excursion, they all felt like they were in a movie. One of the guides warned them: "Please do not get separated from the group, the jungle is a place with many dangers. They all looked at the handsome guide who spoke, with the secret desire to get lost and be rescued by him. They looked at each other with complicity. But Pablo did not tell them about the legend of the witch; they had enough to imagine snakes, tigers and crocodiles prowling the jungle. The witch smiled as she saw them arrive.
When you've been walking through the jungle for a while, the humidity becomes suffocating. Karen, who was bringing up the rear, stopped for a drink of water. And began to look around with her scientific curiosity, giving the witch the opportunity to lure her with a bird of beautiful plumage and beautiful song. Karen, enchanted by the beautiful bird, broke away from the group to take a closer look.
When Karen realized she had separated from the group, she was lost in the middle of the jungle. Everywhere she moved the trees and undergrowth seemed to be the same all around her. Meanwhile her friends had noticed that Karen was not with the group and called the guides to inform them. -Ladies, we told them to please stay with the group. Pablo offered to pick her up.
At dusk, Karen arrived by a river, she had tried to call her friends, but in the middle of the jungle there was no signal. Suddenly, the crocodile appeared, the witch had promised her a good dinner and there it was. Karen was paralyzed with terror, the huge animal opened its mouth. But at that moment she heard the detonation, it was Pablo who had found her just in time.
Then, Pablo lit the fire to scare the animals away. Karen offered him one of the plums she had in her backpack. At dawn, they returned to where the group was. Pablo, once again, had saved a lost tourist from a sad end.
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Un relato muy simpático con un final feliz.
Muchas gracias por tu lectura y comentario, Germán. Dudé si darle o no un final feliz, pero finalmente ganó el final feliz y el galán le ganó a la bruja. No le pasó como a Mercedes, la señora de la canción de Simón Díaz. Jijiji.
Yupi se salvo, me gusta los finales felices. Muchísimo éxito, atrapada con la lectura hasta el final, no me quede en el camino. Un gran abrazo @beaescribe
Gracias por tu lectura y comentario querida @sacra97 Me alegra que te haya atrapado mi relato. Otro abrazo grande para ti.
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Que divertido 🤭...me encantan las aventuras. Este final me agradó.
Gracias por incluirme en tu historia 😊💜. Un abrazo infinito 😘💜
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Me encanta que haya disfrutado la aventura. Jajaja. Otro abrazote de vuelta para ti. 🤗
Amiga @beaescribe, sabes que soy una de las que realmente me encanta hacer ese tipo de aventuras. Gracias por ese viaje, aunque con tropiezos normales, exceptuando a la bruja, ja, ja, ja, todo excelente. Me encantó lo de la moto taxi ja. Y ese gran final. Un abrazote amiga bella. Saludos y mis cariños. ¡Buenas vibras!🤗🍀🤞
Me contenta que hayas disfrutado esta aventura ficcional, querida @numa26 . Lo de la bruja fue para introducir un elemento fantástico. Otro abrazo para ti de vuelta. 🤗