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         📚Buenos días a todos los amantes de la literatura. Hoy les vengo a compartir mi participación en este 15° Concurso Hispaliterario convocado por @Hispapro, @jesuspsoto, @celfmagazine, @literatos, y @writingclub. El tema que vamos a desarrollar fue propuesto por nuestro amigo @lecumberre y es uno de mis contextos favoritos; la navidad. Esperamos ver grandes composiciones en esta oportunidad. Me complace invitar a mis amigos @juniorgomez, @chacald.dcymt, @ismaelgranados, @tere.alv, y @popurri. Para todos los que deseen participar pueden hacerlo a través del siguiente enlace y seguir las reglas del concurso:

Hispaliterario 15 / Cuentos de Navidad

Fuente: Celf Magazine

🎄 CARTA AL NIÑO JESÚS 🎄

         A escasos días de navidad, mamá Conchita le preguntó a su nieto menor qué le iba a pedir este año al Niño Jesús, y él le respondió con mucha emoción que era un secreto, y que ya lo escribiría en su cartita la que colocaría en el pesebre que estaba debajo del árbol de navidad del gran salón familiar. La familia Moncada era muy apegada a las tradiciones navideñas, cada año con mucha emoción se reunían todos los miembros para llenar el hogar de adornos, sabores y olores navideños, pero el más importante de todos los presentes, era el pesebre. Los niños elaboraban muy temprano la carta al Niño Jesús. Largas listas de juguetes llenaban las líneas de aquellas misivas que debían llegar a su destino para ser cumplidas durante la Nochebuena y así alegrar a cada niño del mundo la mañana de navidad. Lejos estaban los pequeños de la familia Moncada de saber cómo se materializaban todos esos deseos para que la magia de la navidad siguiera presente.

         Doña Concepción Aray era la abuela materna de los Moncada Aray, y era la abuela más consentidora y dulce que se podía conocer. Cada navidad venía a pasar una temporada con la familia, y a brindarles todas esas lindas tradiciones que albergaba en su corazón. Ya sabía, naturalmente, lo que contenía cada carta de sus nietos, pero le intrigaba no saber aun lo que Ernesto, su nieto menor, había pedido ya que su deseo seguía siendo un secreto para todos. Meses atrás, cuando iba saliendo de la escuela, Ernesto tuvo un encuentro muy especial con un niño que estaba sentado en una acera de la plaza cercana a su casa de estudio. Este encuentro se dio ya que su nana tuvo que cruzar por esta plaza para hacer una compra antes de llegar a la casa. Su mirada se fijó en aquel pequeño que vestía con ropa muy deteriorada y no llevaba zapatos cubriendo sus pies, mientras sus manitos jugaban con las piedritas que se encontraban en la orilla de la calle. No pudo apartar de sus pensamientos aquel cuadro de vida tan diferente al que observaba en su entorno. Desde aquel momento le pidió cada día a la nana que cruzara la plaza para poder hablar con aquel niño. Se hicieron amigos, y Ernesto compartía con él su comida y sus juguetes siempre que podía. Joaquín le comentó, que al igual que él, muchos otros niños se encontraban en la calle, y dormían donde el sueño los agarraba.

Fuente: Pixabay

         Aquella confesión tuvo a Ernesto durante muchos días concentrado en esa injusta situación, y le pareció muy egoísta pedir una larga lista de juguetes en su carta al Niño Jesús cuando aquellos niños de su edad, no tenían ni la cuarta parte de lo que él poseía cada día de su vida, principalmente el calor de un hogar y el amor de su familia. No entendía el porqué de esas cosas, pero sí sabía que ya su deseo había cambiado dentro de su corazón y su mente. Cuando por fin Ernesto colocó la carta debajo del árbol, mamá Conchita, como encargada de visualizar los deseos de los pequeños de la casa, casi se va de espalda al leer la misiva navideña de su pequeño nieto:

         “Querido Niño Jesús: Te saludo deseando que estés muy bien y que este año no te sientas tan agotado con tantas cartas por todo el mundo. Yo no te pediré juguetes esta navidad, no creo que sea eso lo que necesite para ser feliz. Mi deseo es para mi amigo Joaquín que no quiero que siga solo por las calles de la ciudad pasando hambre y frío, y también peligros. Él y otros niños están desamparados, sin papás, sin una camita donde pasar la noche, y sin muchas cosas que son importantes para nosotros los niños; alimentos, ropa, zapatos, y sobre todo un hogar lleno de amor como el mío. Te pido desde lo más profundo de mi corazón, que les brindes todas estas cosas para que su navidad y todos los días de sus vidas, sean felices. Gracias Niño Jesús. Te quiero mucho. Ernesto”.

         Mamá Conchita no pudo contener sus lágrimas al leer las líneas de la carta de su nieto. Qué corazón tan noble tenía al no querer juguetes aquella navidad y en su lugar, pedir un regalo para su amigo Joaquín, y otros niños que padecían su misma situación de vida. La anciana no sabía por dónde empezar a fabricar aquel hermoso deseo, pero de una cosa estaba segura, ella lo haría realidad a como diera lugar. La familia Aray tenía una gran solvencia económica gracias a las empresas de su difunto esposo, y Javier Moncada, esposo de su hija, había llevado aquel emporio con mucha madurez hasta el punto de multiplicar su capital. Cuando Doña Concepción se sentó esa noche a conversar del tema con sus hijos, no estaban muy seguros de cómo hacerlo realidad tan pronto, pero sí sabían por dónde comenzar.

         La cena de Nochebuena ya estaba colocada en la larga mesa familiar, y al lado del árbol sorpresivamente se habían multiplicado los regalos envueltos en alegres colores. Ernesto y sus dos hermanos mayores veían impresionados aquella cantidad de obsequios pero sí les parecía extraño que no tenían nombres. Al abrirse la puerta del comedor, entraron Joaquín y 5 niños más que por indicación de mamá Conchita, se sentaron a la mesa con Ernesto y la familia a disfrutar de aquella sagrada comida. Ernesto estaba feliz, aunque seguía pensando que sus amiguitos sólo disfrutarían esa noche y luego regresarían a las frías y solitarias calles. Su abuela parecía adivinar sus pensamientos, y les dijo que tendrían una pijamada navideña por lo que todos los niños se pusieron su traje de dormir y cuando pasaron alrededor del árbol navideño todos recibieron hermosos obsequios, incluyendo a Ernesto a pesar de que no lo había solicitado en su carta. Seguía pensando en si existía la posibilidad de que el Niño Jesús no entendiera bien su pedido, y así se fue quedando dormido entre cojines al lado de los demás niños.

Fuente: Pixabay

         La mañana siguiente, todos despertaron para desayunar y jugar con sus regalos, y fue cuando sus padres le obsequiaron la mayor de las sorpresas, su regalo de navidad era un hecho. La empresa de los Moncada había iniciado todos los trámites necesarios para a través de una fundación patrocinada por ellos, se creara desde ese momento una casa hogar donde Joaquín y los demás niños podrían vivir tranquilamente hasta culminar sus estudios superiores e independizarse. Allí contarían con el apoyo y los cuidados de ellos, y de otras personas que siempre estarían a su lado para brindarles amor, orientación, y cuidados a lo largo de su crecimiento. Era sólo un poco de lo que comenzarían a hacer por muchos niños que se encontraban desamparados, y se logró a través de la petición de Ernesto. Su regalo de navidad se había cumplido, y él sabía que había sido gracias al Niño Dios.

Autora: Ana C. Rivero Foucault

         📚 Espero que les haya gustado mi relato, gracias a todos por visitar mi blog. ¡¡Feliz día!!

ENGLISH

         📚Good morning to all lovers of literature. Today I come to share my participation in this 15th Hispaliterario Contest convened by @Hispapro, @jesuspsoto, @celfmagazine, @literatos, and @writingclub. The theme that we are going to develop was proposed by our friend @lecumberre and it is one of my favorite contexts; Christmas. We hope to see great compositions this time. I am pleased to invite my friends @juniorgomez, @chacald.dcymt, @ismaelgranados, @tere.alv, and @popurri. For all those who wish to participate, they can do so through the following link and follow the contest rules:

Hispaliterario 15 / Christmas stories

Source: Celf Magazine

🎄 LETTER TO THE CHILD JESUS 🎄

         A few days before Christmas, Mama Conchita asked her youngest grandson what she was going to ask the Child Jesus this year, and he responded with great emotion that it was a secret, and that he would write it in his little letter that he would put in the manger that was under the Christmas tree in the great family room. The Moncada family was very attached to Christmas traditions, every year all the members met with great emotion to fill the home with Christmas decorations, flavors and smells, but the most important of all those present was the manger. The children prepared the letter to the Child Jesus very early. Long lists of toys filled the lines of those missives that had to reach their destination to be fulfilled on Christmas Eve and thus brighten every child in the world on Christmas morning. The little ones of the Moncada family were far from knowing how all those wishes materialized so that the magic of Christmas would continue to be present.

         Doña Concepción Aray was the maternal grandmother of the Moncada Arays, and she was the most pampering and sweet grandmother one could meet. Every Christmas she came to spend a season with the family, and to offer them all those beautiful traditions that she harbored in her heart. Naturally, she already knew what each letter from her grandchildren contained, but she was intrigued by not knowing yet what Ernesto, her youngest grandson, had asked for since her wish was still a secret from everyone. Months ago, when he was leaving school, Ernesto had a very special encounter with a boy who was sitting on a sidewalk in the square near his house of study. This meeting occurred because his nanny had to cross through this square to make a purchase before arriving at the house. His gaze was fixed on that little boy who was dressed in very deteriorated clothes and did not have shoes covering his feet, while his little hands played with the pebbles that were on the edge of the street. He could not remove from his thoughts that picture of life so different from the one he observed in his environment. From that moment he asked the nanny every day to cross the square so he could talk to that child. They became friends, and Ernesto shared his food and his toys with him whenever he could. Joaquín told him that, like him, many other children were on the street, and they slept where sleep took them.

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         That confession kept Ernesto focused on that unfair situation for many days, and it seemed very selfish to ask for a long list of toys in his letter to the Child Jesus when those children his age did not have even a quarter of what he had every day. day of his life, mainly the warmth of a home and the love of his family. He didn't understand the reason for those things, but he did know that his desire had already changed inside his heart and his mind. When Ernesto finally placed the letter under the tree, Mama Conchita, as the one in charge of visualizing the wishes of the little ones in the house, almost turned her back when reading the Christmas letter from her little grandson:

         “Dear Child Jesus: I greet you wishing you are very well and that this year you do not feel so exhausted with so many letters from all over the world. I won't ask you for toys this Christmas, I don't think that's what I need to be happy. My wish is for my friend Joaquín, I don't want him to continue alone through the streets of the city, experiencing hunger and cold, and also dangers. He and other children are homeless, without parents, without a bed to spend the night, and without many things that are important to us children; food, clothes, shoes, and above all a home full of love like mine. I ask you from the depths of my heart, that you give them all these things so that their Christmas and every day of their lives are happy. Thank you Child Jesus. I love you very much. Ernesto".

         Mama Conchita could not contain her tears when she read the lines of the letter from her grandson. What a noble heart he had not wanting toys that Christmas and instead asking for a gift for his friend Joaquín, and other children who suffered from the same life situation. The old woman didn't know where to start making that beautiful wish, but she was sure of one thing, she would make it come true no matter what. The Aray family had great economic solvency thanks to the companies of her late husband, and Javier Moncada, husband of her daughter, had run that emporium with great maturity to the point of multiplying its capital. When Doña Concepción sat down that night to discuss the issue with her children, they weren't quite sure how to make it happen so soon, but they did know where to start.

         Christmas Eve dinner was already placed on the long family table, and next to the tree the gifts wrapped in bright colors had surprisingly multiplied. Ernesto and his two older brothers were impressed by that amount of gifts but it did seem strange to them that they had no names. When the dining room door opened, Joaquín and 5 other children entered than at Mama Conchita's instructions. They sat at the table with Ernesto and the family to enjoy that sacred meal. Ernesto was happy, although he kept thinking that his friends would only enjoy that night and then return to the cold and lonely streets. Their grandmother seemed to guess their thoughts, and told them that they would have a Christmas sleepover, so all the children put on their sleepwear and when they passed around the Christmas tree they all received beautiful gifts, including Ernesto even though he had not requested it. in your letter. He kept thinking about whether there was a possibility that the Child Jesus did not understand his request well, and so he fell asleep between cushions next to the other children.

Source: Pixabay

         The next morning, everyone woke up to have breakfast and play with their gifts, and that was when his parents gave him the biggest surprise, his Christmas present was a fact. The Moncada company had initiated all the necessary procedures so that, through a foundation sponsored by them, a home was created from that moment where Joaquín and the other children could live peacefully until they finished their higher education and became independent. There they would have the support and care of them, and of other people who would always be by their side to provide them with love, guidance, and care throughout their growth. It was just a little of what they would begin to do for many children who were homeless, and it was achieved through Ernesto's request. His Christmas gift had come true, and he knew it had been thanks to the Child God.

Author: Ana C. Rivero Foucault

         📚 I hope you liked my story, thank you all for visiting my blog. Happy day!!