Lo que aprendí al convertirme en mamá [ESP/ENG]

Hace unas horas me quedé mirando a mi hijo mientras dormía. Entonces, me di cuenta de la transformación que hemos vivido en este año y un mes que llevamos juntos. Aunque, debo decir, que mi cambio inició al darme cuenta de que estaba embarazada.

Nunca volví a ser la misma. Ahora me doy cuenta. Ser mamá te hace cambiar tu vida 360 grados. Aquí, te cuento lo que he aprendido hasta hoy.

1.- De noche/madrugada pienso mejor

Aunque se pueda ver muy bonita la foto de portada, así me veía casi un mes después del nacimiento de Dorian. No dormía corrido y, aunque tenía apoyo de mi madre y mi pareja, no fue sencillo.

Pero, estar despierta tantas horas de la madrugada me hizo darme cuenta de que tengo buenas ideas a estas horas.

2.- Hola, paciencia. Adiós, ansiedad

Antes de tener a Dorian, me comía las uñas y sufría de ansiedad. Era la persona menos paciente que podían conocer y... siempre que me preguntan la clave para dejarse de comer las uñas digo: "Tener hijos".

Al tener a Dorian entendí que, no importa cuánto me estrese por el futuro, la vida no se va a apurar por mí y las cosas simplemente van a pasar y ya.

3.- Ver la vida como niña

Si bien sí, soy la adulta y debo ser responsable, cuando Dorian se ríe de cualquier cosa o mira todo con sorpresa, lo veo igual. Disfruto más todo y lo siento todo diferente. Un simple sonido o gesto puede ser una gracia para él y para mí.

4.- Somos seres que se acompañan

Un día Dorian se va a independizar. Siempre trato de decirle: "Tú eres libre". Aunque, justo ahora dependa de mí para muchas cosas, trato de dejar claro el hecho de: "Mami es mami y Dorian es Dorian".

Pero, es mi fiel compañero y lo será incluso cuando decida salir al mundo a hacer su vida. La compañía no siempre se trata de presencia, sino también de lazos cultivados con amor.

5.- Amo amamantar

Me siento útil. Piensenlo: la base de nuestra existencia, es la comida. Si no comemos, nos morimos. Entonces, si durante los primeros seis meses no lo amamantaba, si no era su fuente principal de alimento, mi hijo no subsistía.

Así que, por lo menos durante un periodo de sus vidas, somos una pieza fundamental para su existencia (más allá de la procreación). De modo que, por ese motivo, me encanta amamantar a mi hijo.

Aparte de esto, también me volví más ordenada y disciplinada.
Intento ser una mejor persona a diario, porque Dorian empezó a copiarme y sé que él va a absorber lo bueno con lo malo.

De modo que, para criar a un niño de bien, debo ser una persona de bien.

Les seguiré contanto cómo va todo porque la vida es un constante aprendizaje, y a penas llevo un año y un mes como madre.