Tiempo de conversión

¡Hola amigos!

El día de hoy quiero compartir con ustedes una reflexión sobre la conversión y su sentido dentro de la cuaresma, que es el tiempo litúrgico que vive la Iglesia Católica actualmente, que comenzó el pasado Miércoles de Ceniza (miércoles después de carnaval) y culminará el Jueves Santo.

Existen varias palabras que podemos relacionar directamente con la cuaresma: conversión, ayuno, oración, caridad. Pero hoy, solo profundizaremos sobre la primera de ellas.

¿Qué es la conversión? La manera más sencilla de definirlo es que convertirse es cambiar, por ejemplo, cuando en el colegio nos tocaba realizar conversiones entre metros y centímetros existía una operación que nos permitía llegar a un nuevo resultado.

En nuestra vida también estamos llamados a la conversión, es decir, transformar nuestro corazón y mejorar actitudes, acciones que no nos llevan a la verdadera felicidad. Siempre podemos ser una mejor versión de nosotros mismos y cada día tenemos una nueva oportunidad para hacerlo. El trabajo nunca está completo, siempre habrá algo que se pueda mejorar.

Otro punto importante de la conversión es creer en el Evangelio y anunciarlo a los demás, así que estamos llamados a vivir según lo aprendido y dar ejemplo a los demás. Por allí se dice que muchos no conocerán mayor Evangelio que tu vida, entonces es importante que seamos verdadero testimonio.

En ocasiones olvidamos estas cosas y nos vemos envueltos en la rutina, el agobio y las preocupaciones, literalmente nos dejamos llevar. Sin embargo, podemos hacer un stop para evaluar hacia donde vamos, y cambiar el rumbo si es necesario. Algunos consejos para hacer este camino más fácil son compartir con los demás, evitar los excesos y practicar la moderación y actuar con humildad.

Por último es importante que no olvidemos que Dios nos ama y que nos acompaña en nuestro caminar, así que no estás solo, y aunque haya muchas o pocas cosas que mejorar, con su ayuda podrás lograrlo.