The soundtrack to my most beloved nightmare. (English/Spanish)

Alicia fue el nombre que me dieron al nacer y desde entonces he buscado mi conejo blanco. Pero ni el conejo ni el país de las maravillas se han hecho presentes en mi vida, lo único que he encontrado es la belleza de la rusticidad en las cosas más ordinarias y cotidianas.

A los 16 años me enamore de una mujer loca, un espectáculo del archipiélago canario. Escandalosa, roquera, fiel consumidora de hachís y 16 años mayor que yo. Pero el amor no es nada cuando se interpone el océano, ella en su isla y yo en Venezuela. Aquella ilusión se sostenía en la fragilidad de nuestras largas conversaciones de madrugada por Messenger y Facebook. Pero el amor es todavía menos cuando solo una de las dos personas está enamorada.

La conocí en una página de Facebook dedicada al Metal y al Rock, ella era una de las administradoras, su seudónimo: “La Maja Infernal”. De las miles de personas que coincidíamos en ese nicho, ella y yo nos elegimos para ser compañeras de vigilia. Pero la Maja era heterosexual, eso decía, compartía conmigo las afectividades de cualquier vínculo a distancia, pero cuando sentía que sus sentimientos se extendían, entonces ponía una dolorosa barrera.

La Maja fue mi conejo blanco y mi país de las maravillas, por el breve espacio de tiempo que soportamos nuestros desencuentros. Un año, quizás un poco menos, estuvimos en ese rinconcito virtual, entrando y saliendo del amor; cuando yo ya la daba por pérdida ella volvía con un mensaje amoroso para ponerme nuevamente a sus pies.

Una noche tuve aquel sueño, sentía que estaba despierta corriendo por una calle con el pavimento mojado por la lluvia que caía. “Ghost Love Score” se escuchaba en el fondo, El soundtrack de mi más amada pesadilla. Entré a un bosque sombrío, buscando la voz de La Maja que me llamaba, y la halle de pie en la rama de un enorme árbol milenario, cantando:

_{Take me
Cure me
Kill me
Bring me home
Every way
Every day
Just another loop in the hangman`s noose}

En el sueño reinaba la oscuridad, lo único que veía claramente era el árbol y a La Maja en una de sus ramas. De repente un hombre apareció detrás de ella y la envolvió entre sus brazos, bailaron mientras sonaba la música “Ghost Love Score” terminando de abrir mi herida:

_{A siren from the deep came to me
Sang my name, my longing
Still I write my songs about that dream of mine
Worth everything I may ever be}

Desperté llorando de aquel sueño tan real. Ya despierta todavía sentía el frio de la lluvia y la oscuridad cavándome los ojos. No paso mucho tiempo después del sueño, cuando La Maja y yo decidimos dejarnos ir. No fue una premonición, más bien fue una representación de nuestra propia decadencia, de la soledad que nos hacíamos sentir estando juntas.

Aún recuerdo este sueño cada vez que escucho “Ghost Love Score” y todavía siento las manos frías, conservo la oscuridad en la memoria de mis ojos cuando los cierro. Todavía regreso a veces al bosque sombrío en busca de lo que nunca encontré, la partitura de aquel amor fantasmal.

Comparto con ustedes esta bellísima canción de la banda finesa Nightwish, mi banda favorita en todo el universo del Metal. Esta es una de las más grandes obras de la agrupación, por la complejidad musical y su letra poética y profunda, su duración es de 10 minutos 28 segundos. Perfecta para roquear un sábado por la tarde.

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