A la sombra de los arboles. (Español/Ingles)
Martes 31 de enero
Querida Maritza
Te escribo esta carta para contarte que esta mañana he despertado abruptamente. Un calor inexplicable ardía en mi sangre, como si un sol enfurecido habitara mi interior. Eso es extraño, pues donde me encuentro la temperatura no pasa los 16 °C. Sospecho con esto que he fracasado en mi intento de alejarme de tu recuerdo, pues ese calor que aniquila mi tranquilidad es tu ausencia manifestándose. Es el mismo calor que sentí el día que me dijiste que ya no estarías conmigo, que amabas a alguien más y que lo nuestro había llegado a su fin.
Te parecerá una locura que te escriba, pero eres la única capaz de domar a la bestia que soy, aunque en ocasiones no tenías tanto éxito. Reflexiono profundamente y entiendo porque decidiste dejarme, también que hayas depositado tu amor en alguien menos turbio y amargo. Hoy después de levantarme sofocado por el fuego, me acerque a la ventana y contemplé el lago que se encuentra detrás de la casa. Junto a él una hilera de árboles se levanta como un fuerte.
Lo que llamo mi atención fue el reflejo de los árboles en las aguas, parecían sombras proyectadas en un suelo líquido, tales como los arboles de mi infancia. Te conté alguna vez que pase muchas vacaciones en casa de mis abuelos, para un niño de la ciudad, pasar dos meses en el campo era toda una aventura. Pero lo que más adoraba eran las hileras de árboles y sus sombras en el suelo, invitando discretamente al descanso.
En esos días yo me dejaba abrazar por el estupor, después de un día largo de juegos y trabajo, entonces me echaba a los pies de los arboles como si sus sombras fuesen una cama, aquella frescura rociaba mi cuerpo acalorado y mi piel tostada por el sol encontraba el alivio. Este recuerdo es muy conveniente ahora, pues siento que mi piel se quema y que la chispa que encendió tu partida ahora es un incendio furioso devorando mi interior ¿podre encontrar alivio a la sobra de aquellos arboles?
Te lo voy a confesar, veo el agua moviéndose suavemente empujada por la brisa, y pienso que tal vez si me echo sobre la sombras de aquellos árboles, como el niño en mis memorias, mi cuerpo se hunda y no haya vuelta atrás pues como ya sabes nunca aprendí a nadar. Pero no te digo más, tal vez creas que deseo preocuparte, pero en eso te equivocas, trato de hallar un alivio para este dolor que me provoca tu ausencia.
Miércoles 1 de febrero
Querida Maritza
Espero que pronto recibas la carta que te envíe ayer, y también esta. Hoy no desperté por el calor, no creas que se ha aliviado, todo lo contrario. La razón por la que no fui despertado es porque nunca pude conciliar el sueño, pase la noche entera nadando en el sudor de mi cuerpo que ardía. En este momento te escribo frente a la ventana, las sombras me llaman y cada vez me convenzo más de que hallare el descanso en sus brazos.
No me he vuelto loco, se lo que estás pensando. Lo que ocurre querida, es que hay golpes en la vida que te hacen replantearte las cosas. Por ejemplo, hace unas semanas yo te sentía mía, nuestro amor era una roca solida donde mis pies se apoyaban sin miedo y echaban a andar contigo en brazos. Y en un instante me entero de que nada era cierto, de que mis píes se hundían en un triste espejismo y que mis brazos no sostenían tu cuerpo. Me pregunto entonces, si aquel lago está realmente hecho de agua, o si solo es mi cabeza creyendo una vez más en lo imposible. Y este calor que no descansara hasta consumirme.
Jueves 2 de febrero
Querida Maritza
Te escribo y no sé si esta sea la última carta. Pues he decidido que no dejare espacio para la duda. Tengo que descubrir si el agua es agua o si es otro de mis delirios como lo fue nuestro amor. A fin de cuentas mi único deseo es apagarte, apagarme, apagar las llamas que poco a poco me consumen. Pase lo que pase y sin importar que es lo que me aguarda a la sombra de los arboles estoy seguro de que será para bien de ambos, pues a fin de cuentas siento que mi cuerpo ya está hecho cenizas. Seguro te sentirás aliviada cuando yo ya no este, casi te veo sonriendo mientras lees mi carta, pero recuerda que el fuego se extiende y yo ya no estoy seguro de si deseó o no, que las llamas te alcancen.
Fotos propias desde mi Tableta ZTE E10Q
Traducido con Deepl.com
Todos los derechos reservados || @aly.squid// 2023
In the Shade of the Trees (Spanish/English)
Tuesday, January 31st
Dear Maritza
I am writing you this letter to tell you that this morning I woke up abruptly. An inexplicable heat burned in my blood, as if a raging sun inhabited my interior. That is strange, because where I am, the temperature does not exceed 16 °C. I suspect with this that I have failed in my attempt to get away from your memory, because that heat that annihilates my tranquility is your absence manifesting itself. It is the same heat I felt the day you told me that you would no longer be with me, that you loved someone else and that our relationship had come to an end.
It may seem crazy for me to write to you, but you are the only one capable of taming the beast that I am, although sometimes you were not so successful. I reflect deeply and I understand why you decided to leave me, also that you have deposited your love in someone less cloudy and bitter. Today after waking up suffocated by the fire, I approached the window and contemplated the lake behind the house. Next to it a row of trees stands like a fort.
What caught my attention was the reflection of the trees in the water, they looked like shadows cast on a liquid ground, just like the trees of my childhood. I told you once that I spent many vacations at my grandparents' house, for a city kid, spending two months in the countryside was an adventure. But what I loved most were the rows of trees and their shadows on the ground, discreetly inviting me to rest.
In those days I would let myself be embraced by the stupor, after a long day of games and work, then I would lie at the foot of the trees as if their shadows were a bed, that coolness would sprinkle my overheated body and my skin, toasted by the sun, would find relief. This memory is very convenient now, because I feel that my skin is burning and that the spark that ignited your departure is now a raging fire devouring my inner self, will I be able to find relief from the surplus of those trees?
I'll confess, I see the water moving gently pushed by the breeze, and I think that maybe if I lie on the shadows of those trees, like the boy in my memories, my body will sink and there is no turning back because as you know I never learned to swim. But I won't tell you more, maybe you think I want to worry you, but you're wrong, I'm trying to find a relief for this pain that your absence causes me.
Wednesday, February 1st
Dear Maritza
I hope you will soon receive the letter I sent you yesterday, and also this one. Today I didn't wake up because of the heat, don't think that it has eased, on the contrary. The reason I was not awakened is because I could never fall asleep, I spent the whole night swimming in the sweat of my burning body. At this moment I am writing to you in front of the window, the shadows are calling me and I am more and more convinced that I will find rest in their arms.
I have not gone crazy, I know what you are thinking. What happens, my dear, is that there are blows in life that make you rethink things. For example, a few weeks ago I felt you were mine, our love was a solid rock where my feet rested without fear and walked with you in my arms. And in an instant I find out that nothing was true, that my feet were sinking in a sad mirage and that my arms were not holding your body. I wonder then, if that lake is really made of water, or if it's just my head believing once again in the impossible. And this heat that will not rest until it consumes me.
Thursday, February 2nd
Dear Maritza
I am writing to you and I don't know if this is the last letter. For I have decided that I will leave no room for doubt. I have to find out if water is water or if it is another of my delusions as our love was. At the end of the day my only desire is to extinguish you, to extinguish me, to extinguish the flames that are slowly consuming me. Whatever happens and no matter what awaits me in the shade of the trees, I am sure it will be for the good of both of us, because at the end of the day I feel that my body is already in ashes. I am sure you will feel relieved when I am gone, I can almost see you smiling as you read my letter, but remember that the fire spreads and I am not sure if I want the flames to reach you or not.
Own photos from my ZTE E10Q Tablet.
Translated with Deepl.com
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Saludos @aly.squid
Ignoro si tu emotiva epístola alcanzó al remitente, sí puedo asegurar que a este lector le atrajo el oficio mostrado en el ejercicio que nos compartes.
Nunca sabremos si Maritza recibió las cartas o si las contesto. Solo esperemos que las aguas apagaran el incendio de aquel loco amor.
Gracias por visitar mi post.
Desgarrador sentimiento que transmite cada palabra de esas cartas.
Buen trabajo.
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Ese loco amor por Maritza, ese calor que no lo dejaba en paz, como dejar de sentirlo? Ojala que las aguas le den calma.
Gracias hermosa por visitar mi post
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Por un momento llegué a pensar que me llamaba Maritza
Las cartas de amores siempre refrescan esos momentos de compartir momentos de penas y emociones, las cartas históricamente han sido un enlace entre los seres humanos
Tres pedazos de tiempos, tres cartas y un mismo sentimiento: el desamor. Aquellos árboles pueden ser en refugio ante el dolor asesino que invade; la calma invade al ser. Para terminar un adiós, con un cierre de ciclo y un dolor que se llevará en el alma, pero es lo mejor.
Gracias por compartir tan bellas letras.
Buena noche.