¿Está bien rendirse? || Por @alinsonchangir

Una de mis bandas favoritas es Imagine Dragons; desde que escuché Its Time supe de inmediato que las letras musicales de este grupo enviaban un mensaje a la motivación, la superación y el optimismo… pero sobretodo al lado humano, ese que nos hace llorar, entristecernos o afligirnos. No fue hasta que escuché “Nothing Left to Say” que comprendí el significado emblemático que esta banda de pop rock destila en sus canciones. Esta vez, el tema es la derrota, el miedo, y la batalla constante para alcanzar la propia felicidad. La lírica de esta canción habla de “rendirse”, pero… ¿A qué se refiere con esto realmente?

Siempre nos inundarán los problemas, las adversidades y las barreras cuando intentamos lograr algo. Entonces escuchamos: “nunca te rindas” o “batalla hasta el final”, no obstante, hay situaciones en las que simplemente debemos bajar la cabeza, suspirar, y aceptar que no podemos ir contra lo que nos aflige, nos mantiene despiertos por las noches o nos mantiene el pensamiento en caos. Tal vez estemos reprimiendo un sentimiento, una verdad, o peor aún: quizás escondemos lo que somos. Entonces, la batalla es íntima, y el enemigo es precisamente las ganas de no rendirse.

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“Nothing Left to Say” de Imagine Dragons habla precisamente de las pesadillas que nos aferran a las sombras; esos miedos matizados en la identidad, el libre pensamiento y el amor que sentimos por nuestra propia verdad. El silencio es la sombra que camufla nuestra necesidad de liberarnos, de gritar a los cuatro vientos eso que nos gusta, nos hace felices y nos ayuda a estar completos… pero que simplemente reprimimos por miedo a que nos lastimen, nos señalen o discriminen.

sencillamente nos cansamos de fingir una mentira, de que los monstruos de las suposiciones nos sepulten con los comentarios ajenos, con las risas burlonas que sólo están en nuestra mente… es ahí cuando nos damos cuenta de que vivimos en una prisión, intentando cumplir una cadena perpetua que nosotros mismos nos impusimos por temor y cobardía. No obstante, no nunca es tarde para rendirnos ante nuestros deseos de ser libres, de aceptar lo que hay en nuestro corazón y vivir por nosotros mismos.

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Está bien rendirse cuando la circunstancia nos obliga a aceptar la razón, y a reflexionar sobre lo que tanto anhelamos en nuestros sueños. A veces solo basta “dejar ir las cosas” para encontrar una victoria mucho más complaciente, más tangible y maravillosa. Si nos enfrascamos en hacer lo imposible, o retener la verdad de nuestro espíritu, pues solo lograremos un gris estado de cobardía. Hay ocasiones en las que rendirse también significa ser valiente.

Sin duda, hay batallas que no podremos ganar, pero de las cuales aprendemos grandes lecciones. En algún momento de nuestras vidas debemos reconocer que hay que detenerse, tomar un respiro profundo, y luego proseguir con un nuevo sendero; uno más brillante, más real, y mucho más apegado a la realidad de nuestro corazón.

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Basta ser verdaderamente libres para comprender que no necesitamos convertirnos en esclavos de nuestra propia frustración.

Eso es lo que tengo que decir ahora… como lo dice la canción ;-).