Personal growth experience through friendship (Ing/Esp)

about 1 year ago

My personal story of meeting people of emotional value and a girl began in the summer of 2019 when I stepped through the doors of the local youth center for the first time. I was 24 years old at the time; awkward and slightly confused who was still struggling to find belonging and purpose.

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Upon entering the youth center, I immediately felt a sense of connection and belonging as I looked around the room. People from different backgrounds and upbringings were making conversation and laughing with one another. Although I had never been to the youth center before, I knew I wanted to stay and get to know the people I saw. I made my way over to the nearest group and asked if I could join the conversation. To my surprise, they warmly welcomed me into the group and began making introductions. My heart was racing as I shook hands with people who welcomed me with open arms, despite my apprehensive nature.

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I remained in the group for a few hours, discussing music, current events, and life philosophies in general. It was during this time that I met the girl who would become one of the most emotionally valuable people in my life. She was a cheerful and outgoing person with a passion for learning, and before long we were having conversations about history, science, and cultures around the world. I was immediately drawn to her intelligence, curiosity, and care for others. We soon exchanged contact details and decided to keep in touch outside of the youth center.

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From that moment on, this girl quickly became my best friend and a highly important emotional presence in my life. Through her, I learned invaluable lessons about friendship, kindness, resilience and more. Whenever I was feeling down, she knew exactly how to cheer me up and lend me a supportive hand. Likewise, I also provided her with emotional support when she was going through hard times. As the years passed and our friendship strengthened, we remained in close contact, meeting up whenever we both had time.
To this day, she remains one of my most cherished friendships and I’m thankful for the chance I had to meet her at the youth center. Through her, I have learned the importance of compassionate and genuine relationships, something that I don’t think I would have found anywhere else. I will always be grateful to the people of emotional value and the girl I met in that youth center for providing me with such a meaningful connection.

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Mi historia personal de conocer a personas de valor emocional y a una chica comenzó en el verano de 2019, cuando crucé las puertas del centro juvenil local por primera vez. Tenía 24 años en ese momento; torpe y ligeramente confundido que todavía estaba luchando por encontrar pertenencia y propósito.

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Al entrar en el centro juvenil, inmediatamente sentí una sensación de conexión y pertenencia al mirar a mi alrededor. Personas de diferentes orígenes y crianzas conversaban y reían unas con otras. Aunque nunca antes había estado en el centro juvenil, sabía que quería quedarme y conocer a la gente que veía. Me acerqué al grupo más cercano y pregunté si podía unirme a la conversación. Para mi sorpresa, me acogieron calurosamente en el grupo y empezaron a presentarse. Mi corazón se aceleró al estrechar la mano de las personas que me recibieron con los brazos abiertos, a pesar de mi naturaleza aprensiva.

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Permanecí en el grupo unas horas, hablando de música, actualidad y filosofías de vida en general. Fue durante este tiempo cuando conocí a la chica que se convertiría en una de las personas más valiosas emocionalmente de mi vida. Era una persona alegre y extrovertida a la que le apasionaba aprender, y en poco tiempo estábamos manteniendo conversaciones sobre historia, ciencia y culturas de todo el mundo. Su inteligencia, curiosidad y preocupación por los demás me atrajeron de inmediato. Pronto intercambiamos datos de contacto y decidimos seguir en contacto fuera del centro juvenil.

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A partir de ese momento, esta chica se convirtió rápidamente en mi mejor amiga y en una presencia emocional muy importante en mi vida. A través de ella aprendí lecciones inestimables sobre la amistad, la bondad, la resiliencia y mucho más. Siempre que me sentía mal, sabía exactamente cómo animarme y echarme una mano. Del mismo modo, yo también le proporcionaba apoyo emocional cuando pasaba por momentos difíciles. Con el paso de los años y el fortalecimiento de nuestra amistad, mantuvimos un estrecho contacto y quedábamos siempre que teníamos tiempo.

A día de hoy, sigue siendo una de mis amistades más queridas y estoy agradecida por la oportunidad que tuve de conocerla en el centro juvenil. A través de ella, he aprendido la importancia de las relaciones compasivas y genuinas, algo que no creo que hubiera encontrado en ningún otro sitio. Siempre estaré agradecida a las personas de valor emocional y a la chica que conocí en ese centro juvenil por haberme proporcionado una conexión tan significativa.