Tácticas de engaño que emplean algunos lepidópteros del género Phobetron

La forma en que muchos organismos se presentan en la naturaleza siempre resulta ser fascinante, por este motivo se compartirá en esta publicación información de interés sobre un género de insectos que rompen con la monotonía acostumbrada debido a sus extravagantes e inusuales características morfológicas. De esta manera, te invito a que continues leyendo este post para que conozcas más de cerca a estos enigmáticos invertebrados.

Uno de los componentes que hace muy atractivo al mundo de los artrópodos son las diferentes estrategias que estas formas de vida han adquirido con el pasar de millones de años. En este sentido, muchos insectos se han vuelto maestros del engaño aprovechándose de cosas que hay en sus alrededores tales como desechos orgánicos (heces), componentes abióticos o el imitar a otro ser vivo por mencionar algunos ejemplos. Esta estrategia evolutiva puede parecer muy simple, pero los beneficios que esta otorga de manera general son muy positivos y valiosos para la especie de insecto que la realice, ya que gracias al camuflaje o al engaño un insecto puede salvarse infinidad de veces de ser capturado por algún depredador, aunque estos últimos también pueden usar algún tipo de engaño para ocultar su presencia y acechar de manera efectiva al que será su presa.

Generalmente, muchos insectos y otros animales con la capacidad de engañar intentan imitar a otras formas de vida que representen peligro en el mundo natural, de esta manera, el agresor llega a pensar que su presa es peligrosa y opta por buscar una víctima más fácil, pese a que en realidad lo que estaba viendo no es peligroso en lo absoluto, esto es lo que se conoce como mimetismo batesiano. Este tipo de mimetismo es el menos común, ya que son pocas las especies de insectos que tienen dicha capacidad, siendo el más conocido el de mezclar todo su cuerpo o camuflarse con otros componentes presentes en su entorno, así logran desaparecer de la vista de otros. Asimismo, otros optan por mostrar colores muy fuertes para dar a entender que se corren riesgos si se molestan (aposematismo), mientras que algunos simplemente se aprovechan de ciertos aspectos de sus morfologías para dar una apariencia terrorífica, este punto resulta ser en parte eficaz porque todo ser vivo llega a sentir temor y curiosidad ante algo que es nuevo para ellos, por lo que solo depende de él si se atreverá a atacar o si por el contrario continuará su camino.

Probablemente, ya muchos de los lectores de este post hayan logrado descifrar el tipo de insecto que se muestra en las fotografías, pero cuando lo vi por primera vez fue mucha la confusión que tuve, es decir, en un inicio me pareció excremento de algún animal, pero luego vi patas y puntos rojos que se asemejaban a ojos, además de que los colores y la distribución de estos ya me parecían en parte conocidos; sin embargo, lo poco que había visto hasta ese momento sobre este inusual ser no era suficiente para estar seguro, mi percepción estaba fallando y el insecto estaba logrando su objetivo. A su vez, es algo muy habitual que cuando estamos observando algo no notemos muy bien que otras cosas se esconden ahí, incluso nuestro cerebro puede hacer que veamos cosas que no están o que alguna simple mancha la asociemos con formas conocidas como rostros (pareidolia); Aún así, cuando estamos en los espacios naturales realmente hay miles o millones de organismos que nos observan y se mantienen al tanto de nuestros movimientos, pero cuando estos realizan un movimiento en falso es cuando pueden revelar sus posiciones o identidades.

Al tomar la hoja para ver si habían reacciones de algún tipo fue cuando pude confirmar mis sospechas al reconocer que eran 2 insectos, de los cuales ya conocía al de la izquierda. Como pueden ver, se trata de una especie de polilla de la familia Limacodidae y el género Phobetron, la hembra de esta especie ya la conocía (izquierda), pero el macho si era completamente desconocido y tuve la fortuna de encontrarme en esta ocasión con ambos apareándose, por lo que tengo nuevos datos que agregar a mis conocimientos en el área y que puedo compartir. La apariencia de estas polillas no es la más atractiva que podemos encontrar dentro del orden Lepidoptera, ya que incluso puede hacer dudar sobre lo que se observa y hacer creer que no se trata de una polilla cuando recoge sus alas, momento en el que adopta una postura que difiere un poco con el resto de lepidópteros; sin embargo, es este aspecto propio de su comportamiento y morfología lo que la hace realmente atractiva al romper la monotonía de otras mariposas y polillas.

Son muchos los datos que se pueden mencionar sobre este tipo de insectos, también resulta vital el poder mostrar referencias visuales sobre las diferentes etapas de su desarrollo. En este sentido, no tengo un amplio repertorio sobre sus fases juveniles (orugas), pero cuento con una foto de una pequeña oruga que podría tratarse de esta misma especie de polilla, aunque no puedo asegurar muy bien porque la oruga se encontraba en fases iniciales y le faltaba mucho por crecer todavía. Aún así, estoy 100% seguro que dicha oruga es un estadio juvenil de las polillas del género Phobetron porque conozco las características de estas, faltaría únicamente confirmar a cual de todas las especies pertenece la oruga.

Como se observa en la imagen, las orugas de estas polillas son completamente diferentes al del resto de mariposas y polillas, la morfología que estas presentan son realmente únicos, pues, sus cuerpos en lugar de ser algo redondeados terminan siendo aplanados, además de sus laterales se forman prominentes protuberancias completamente llenas de espinas. Estas orugas utilizan dichas espinas para poder generar daño a sus agresores, ya que estas son capaces de llenar dichas espinas de sustancias que obtienen de las plantas de las que se alimentan, de manera que, una vez que algo entra en contacto con ellas este mecanismo entra en acción y se producen fuertes irritaciones sobre la piel del agresor. Es importante destacar que, a diferencia de otras orugas las del género Phobetron no son peligrosas, solo pueden provocar reacciones en la piel que solo llegan a ser molestas o dolorosas, también si pierden por algún motivo algunas de estas protuberancias que tienen sus cuerpos la oruga no muere, ya que estas estructuras no albergan ninguna pieza que sea vital.

Como mencioné anteriormente, esta oruga aun estaba muy pequeña, por lo que tuve que hacer mucho zoom para que se pudiera ver algo de esta. A medida que crecen sus cuerpos se van llenando de una densa capa de pelos que ocultan las espinas, por lo que terminan teniendo una apariencia poco agradable y debido a las protuberancias que tienen en su cuerpo se asemejan en cierta medida a las arañas, siendo este un posible método de engaño para disuadir a depredadores.

La familia Limacodidae no es muy conocida a pesar de que algunas especies tienen distribución mundial, sin embargo, las formas o apariencias que presentan tanto las polillas como sus orugas son el punto atractivo de estos lepidópteros. A su vez, la gran mayoría de las especies que componen a este taxón se encuentran en regiones tropicales, lo que limita mucho el poder encontrar algunos ejemplares en países con temperaturas muy bajas. La apariencia de las orugas suele ser muy variada dentro de esta familia, pero casi todas son de cuerpos aplanados y no cuentan con las características patas falsas que tienen otras orugas, esto hace que la manera de desplazarse sea muy diferente a la del resto. Asimismo, en esta familia se ubica el género Phobetron, mismo que cuenta con un total de 7 especies identificadas hasta la fecha, siendo las de mayor renombre la Phobetron pithecium y la Phobetron hipparchia.

Por medio de estas imágenes se puede observar el gran dimorfismo sexual o las diferencias que presentan ambos sexos en la especie Phobetron hipparchia; no obstante, su características morfológicas más notorias serán mencionadas en los siguientes segmentos. Esta especie en particular no representa peligro alguno para el ser humano, tampoco son lepidópteros que estén marcados como plagas, ya que sus poblaciones nunca llegan a ser problemáticas dentro de la agricultura, incluso tampoco dan un beneficio a los cultivos como tal, por lo que su postura en los agroecosistemas termina por ser más neutral que perjudicial o benéfica. Con respecto al porqué no son benéficas directamente para las plantas, aquí se destaca que los miembros adultos de esta especie no cuentan con un aparato bucal funcional porque lo poseen atrofiado, esto indica que la polilla no se alimenta y que su único propósito es el de buscar pareja y reproducirse, de manera que, no tienen un rol como agentes polinizadores durante esta etapa de sus vidas.

Durante las etapas de oruga, este insecto debe comer y aprovechar muy bien la planta nutricia en la que inicia, pues, una vez que sus hormonas le indiquen que debe hacer una crisálida para avanzar a otra fase esta no volverá a alimentarse más en su vida. El hecho de no alimentarse más hace que su periodo de vida sea muy corto, por lo que una vez que alcanza la adultez inicia una gran carrera contra el reloj biológico y debe buscar pareja lo más pronto posible, toda la energía que se almacenó en su cuerpo durante las etapas iniciales debe ser bien distribuida entre las necesidades biológicas que desempeñaran en su vida adulta. Este estilo de vida puede parecer muy triste por lo fugaz que aparenta ser, pero en realidad todas las formas de vida se adaptan de alguna forma para poder mantener a sus especies dentro del planeta y, el actuar rápido para reproducirse, les ha funcionado bien para mantenerse activos durante años en los ecosistemas.

La vida de los insectos en general no suele ser muy extensa porque no necesitan estar tanto tiempo activos y deben dar paso a las generaciones que vienen por detrás de ellos, es por ello que sus etapas juveniles ya sea como larva o ninfa suelen ser más extensas, pero una vez que alcanzan la adultez todo se vuelve más fugaz, tanto así que hay insectos en los que su etapa adulta solo dura 24 horas y la que aprovecha o necesita más de ese tiempo es la encargada de poner los huevos, es decir, la hembra.

En la imagen se observa a un ejemplar hembra de la especie Phobetron hipparchia, esta suele ser más grande que el macho y presenta una coloración muy diferente, incluso al verlos por separado se puede llegar a pensar que son especies distintas, pero esto es algo muy habitual en artrópodos. Sobre el cuerpo de la hembra hay un juego de diferentes tonalidades como el marrón, rojo o amarillo, pero debajo de sus alas se presenta un tórax y un abdomen completamente anaranjados con anillos negros. A su vez, sobre la parte dorsal del tórax una serie de escamas modificadas tienen una tonalidad rojiza, esto da una apariencia al insecto de tener 2 prominentes ojos que observan todo a su alrededor, siendo esto parte del engaño con el que cuenta. A nivel general esta polilla tiene cierta similitud con algún tipo de abeja, por lo que puede aprovechar estos colores y apariencia para evitar a los depredadores y aumentar sus posibilidades de sobrevivir a la hostilidad de su entorno. Por último, hay que destacar la sorprendente cantidad de pubescencia que se distribuye a lo largo de su cuerpo, misma que también forma parte clave de su éxito en los ecosistemas, ya que estas escamas modificadas les permiten evitar ciertos peligros y les permiten mantener al margen el que sus cuerpos se humedezcan en gran medida, regulando de una mejor manera sus temperaturas.

Los machos por su parte, estos tienen una apariencia muy diferente al de las hembras, incluso se ven aterradores. Su coloración predominante es el negro y posee manchas o patrones marrones sobre este color, en su segundo par de patas cuenta con un mechón de pelos amarillento, aspecto que lo hace muy llamativo. Al igual que las hembras sus cuerpos también están cubiertos de pubescencia, pero claramente la cantidad de estos es muy menor en el macho. Por otro lado, estos últimos si eran completamente desconocidos para mi, ya que solo había tenido la oportunidad de ver a los ejemplares hembras en un par de ocasiones, pero el ver las posturas que estos insectos adquieren a la hora de aparearse me dificultó el encontrarle una forma cuando los vi en un inicio, sus cuerpos en general se acoplan de una manera que hace parecer a estos insectos un organismo completamente diferente, esto me hace concluir que debido a sus cortas vidas el apareamiento se vuelve algo extremadamente importante para ellos, por lo que los colores que han adquirido por medio de la evolución les permiten crear una forma u organismo imponente para evitar ser molestados mientras mantienen la unión sexual, el imitar en conjunto a un ser aterrador es una estrategia que emplean algunos animales, esto puede verse en peces que forman masas en grandes números para aparentar ser enormes o en las hormigas.

A pesar de no cumplir con labores de polinización como otros lepidópteros, este tipo de polillas forman parte de la cadena alimenticia, pues, muchas formas de vida pueden no caer en el engaño de estos lepidópteros y los emplean como fuente de alimento. De igual manera, las características morfológicas que presentan las hacen insectos muy únicos dentro de lo que podemos observar habitualmente en el orden Lepidoptera, esto es una clara muestra de la gran diversidad que existe entre todas las especies de polillas y mariposas que hacen vida en nuestro planeta, junto a esto se le suma las muy buenas capacidades para engañar que poseen estos insectos, siendo estos uno de los grupos de polillas más fascinantes que podemos encontrar en los ecosistemas terrestres.

Todas las fotos mostradas en este post pertenecen al autor @abneagro. Las fotografías fueron tomadas con un teléfono móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva.

Algunas referencias e información de interés:

Mimetismo en insectos

Phobetron hipparchia

Familia Limacodidae