Observaciones generales sobre un arácnido del género Tmarus de la familia Thomisidae

Los arácnidos son pieza fundamental en todo lo referido al control de las poblaciones de otros artrópodos, ya que en su amplia mayoría actúan como organismos de depredadores; sin embargo, también otorgan otro beneficio a la red trófica al formar parte de la dieta de diferentes depredadores de pequeño o gran tamaño, siendo esto un bucle que otorga beneficios a los sistemas naturales. Las llamadas arañas, por números y diversidad destacan sobre otros organismos de su clase (Arachnida), estas en su conjunto son invertebrados que despiertan mucho el interés en ciertas personas por conocer más de ellas, por lo que mediante esta entrada se conocerán algunos detalles relevantes sobre arañas de la familia Thomisidae, adentrándonos específicamente en las integrantes del género Tmarus cuyos miembros operan un poco diferente a la mayoría de ejemplares que son vulgarmente conocidos bajo el nombre de arañas cangrejo.

Entre los componentes bióticos (vivos) resulta sumamente interesante el poder observar los diferentes grados de especializaciones con el que cuentan algunos de ellos, desde mi perspectiva, invertebrados como los artrópodos resultan ser parte de los más fascinantes en estos términos, ya que la diversificación y la forma en la que afrontan cada día para lograr sobrevivir llega a variar de manera muy pronunciada entre cada tipo de estos seres vivos, incluso entre miembros de un mismo taxón llegan a existir diferencias en estos aspectos. Las arañas son tan solo pequeños ejemplos de lo mencionado anteriormente, ya que sus integrantes en ciertos casos pueden parecer externamente idénticos, pero llegan a estar adaptados para sobrevivir de una forma diferente, es decir, mientras una posee la cualidad y las estructuras necesarias para tejer telarañas que permitan la adhesión y posterior captura de presas, la otra puede ser una cazadora provista de mejor velocidad y visión para someter presas al mejor estilo de los grandes cazadores como los leones, gatos, etc. Esto llega a ser tan fascinante que, hay especies de arañas cuya especialización les permite aprovechar la tensión superficial para poder cazar a peces, por lo que sí, hay arañas que pueden caminar sobre el agua y esto muestra lo distintos que llegan a ser estos artrópodos.

Por otro lado, aquellas que producen telarañas pueden verse como muy sedentarias debido a que poco se mueven de un lugar; sin embargo y aunque parezca curioso, son estas las que más se han extendido alrededor del mundo, pero ¿como es esto posible? pues, el secreto de muchas de estas radica en el propio ser humano, ya que la facilidad de traslado del hombre debido a sus invenciones (vehículos, barcos, aviones, etc) han servido también para la propagación de distintos seres vivos a otros lugares en donde no existían determinadas especies, aquí se incluyen arañas. Aún así, no todo esto tiene que ver con el humano, sino que también hay otros factores que prestan su servicio como lo son los fenómenos naturales, por lo que a pesar de que las arañas no cuentan con alas algunas de ellas pueden formar parte del aire y realizar ciertos vuelos de una manera muy inteligente, para esto emplean hilos de seda para crear "paracaídas" improvisados que viajan ciertas distancias por acción directa de las corrientes de aire, de esta forma evitan obstáculos naturales y así se dispersan estas a nuevos lugares.

Continuando con lo anteriormente expuesto, muchas arañas por sus estilos de vida se les dificulta más la dispersión geográfica, por este motivo determinadas especies solo se encuentran en pocos países, incluso dentro de estos pueden llegar a mantener limites geográficos, es decir, que predominan más en ciertas regiones de un mismo país. A su vez, entre taxones conformados por arañas una de las que mantiene una recopilación de números razonables en el planeta es la Thomisidae, siendo la séptima con más ejemplares y diversidad. A pesar de esto, solo un puñado de estas son ampliamente conocidas, mientras que otras tienen menos relevancia debido a su poca distribución y a que en muchos casos no son fáciles de encontrar, teniendo en cuenta que dicha familia está constituida por más de 2.150 ejemplares siendo muchos de ellos visualmente muy vistosos debido a las tonalidades o coloraciones que adoptan sus cuerpos. Dentro de nuestras sociedades estas arañas han recibido sobrenombres bastante curiosos para un fácil reconocimiento, dicho apodo viene asignado por ciertas características y la forma de desplazamiento que tienen, pues, al observarlas lo primero que destacan son sus largas patas anteriores, ya que tanto el primer par de patas como el medio tienen una gran longitud, mientras que el resto de extremidades son claramente menos alargados, esto les da un aspecto que recuerda a cangrejos, aunado a esto el desplazamiento de estos ejemplares también es lateral en determinados casos, esta es la causa por la que han sido bautizadas como arañas cangrejo dentro de diferentes comunidades.

En el conjunto de publicaciones sobre arácnidos de este blog se encuentran ciertos artículos en donde se describen algunos ejemplares de esta familia (Thomisidae), de manera que, puedes ojear algunos de estos con el propósito de que se observen las diferencias muy marcadas que existen entre otros ejemplares y el que se presentará en esta entrada, como ejemplo puedo hacer mención de la siguiente publicación: Familia Thomisidae | Algunas generalidades sobre las denominadas arañas cangrejo

Hace pocos días al retirar hojas secas y tallos dañados a un conjunto de plantas noté entre las hojas un ejemplar que se iba moviendo de un sitio a otro, específicamente entre materiales de tonalidades marrones como restos de origen vegetal siendo la corteza de los árboles uno de estos, claramente se trataba de una araña por sus características; sin embargo, su tonalidad me cautivó, además su forma inteligente de actuar me hizo suponer que intentaba usar dichas coloraciones para escapar del estrés que le estaba generando mi presencia y las actividades que realizaba. Al colectarla deduje que pertenecía a la familia Thomisidae por las notorias características que mencioné en el segmento anterior; sin embargo, los detalles con respecto al color de esta araña abrieron más mi percepción con respecto al estilo de camuflaje que estas emplean, ya que generalmente las arañas cangrejo usan colores para mezclarse con el verde del follaje y, lo más común, colores claves para mimetizarse entre las partes que dan forma a las flores, pues, estas arañas son muy conocidas por usar flores como plataforma de cacería.

En este caso, la pequeña araña tenía un predominante color marrón y ligeros tonos opacos con el que se mimetizaba entre hojas secas y corteza, en las fotografías se observa que dicho color se distribuye entre los 2 segmentos que dividen su cuerpo (prosoma y opistosoma), además hay un claro ejemplo de como actúa este color sobre otros materiales de origen vegetal, siendo realmente difícil el visualizarla en los momentos en los que no se mueve. El camuflaje entre los miembros de esta familia es una táctica muy común y perfectamente especializada, recordemos que este conjunto de arañas vive sobre las plantas, en muy pocos casos se observan en el suelo u otras superficies, de manera que, sus cuerpos están adaptados para la vida sobre especies vegetales.

Al realizar otro tipo de observaciones sobre las diversas estructuras que conforman su cuerpo con el propósito de despejar dudas, sus ojos fue lo primero que se intentó observar, esta composición y distribución ocular es la que caracteriza a las arañas cangrejo de la familia Thomisidae, por lo que gracias a este dato ya se tenía una aproximación taxonómica hacia el grupo al que pertenece dicho ejemplar. Asimismo, se hace mención de que esta araña no es muy grande, aunque no pude determinar el tamaño como tal o con exactitud, este no supera los 5 milímetros sin contar las patas, ahora si el largo de estas se incluye desde el par anterior al último par entonces fácilmente llega a valores cercanos al centímetro. A su vez, en las fotos se puede notar que a cada lado de su rostro, específicamente la boca, tiene 2 pequeñas extremidades que reciben el nombre de pedipalpos, estas están presentes en todos los arácnidos, pero en cada uno de ellos es diferente, es decir, el de las arañas es tal y como lo ven en el ejemplar compartido mediante las fotos, pero en escorpiones, por ejemplo, estas son más grandes y tienen un aspecto de pinzas.

Por otro lado, al hacer un acercamiento a los pedipalpos de esta araña se aprecia que tienen un aspecto bulboso o inflamado en el extremo, esto nos indica el sexo de la araña, en este caso se trata de un macho por ser los únicos que tienen dicha protuberancia en los pedipalpos, en las hembras no se encuentran dichos bulbos. Estas piezas son empleadas por los machos para la cópula, además en ambos sexos ayudan a manipular a las presas mientras se alimentan. En conclusión y en base a los datos compilados hasta ahora, este ejemplar es un macho de una especie perteneciente a la familia Thomisidae.

Al apreciar otros detalles inherentes a sus patas y al comportamiento surgen otras ligeras diferencias con respecto a sus homólogos más conocidos de la familia Thomisidae, pues, la mayoría de estas arañas mantienen sus patas anteriores abiertas hacia los laterales mientras esperan a sus presas, cuando estas últimas se acercan lo suficiente los receptores de las patas (sensilias) se activan y la araña cierra rápidamente las extremidades para capturar a sus víctimas, no son precisamente arañas que acechen presas, sino que las esperan ya sea sobre una hoja o flor, de preferencia estas últimas. Pero esta araña no tiene colores con los que pueda mezclarse entre una colorida flor o con el verde de una hoja, de manera que, su actuar es un poco diferente y en lugar de dichas áreas opta por detenerse en troncos o cualquier material vegetal que se encuentre seco, en dichas zonas extiende sus patas de manera longitudinal hasta simular una línea, cualquier insecto que pase junto a esta puede ser fácilmente una presa.

Esta composición de datos demuestra que dentro de la familia Thomisidae hay ejemplares que no siguen del todo los métodos más comunes de caza entre las más de 2.150 especies que lo componen, todas son depredadoras de artrópodos sobre las plantas, pero para pasar desapercibidas se posicionan en puntos distintos, por lo que así como algunas de ellas se mezclan entre hojas verdes o flores, las menos comunes buscan áreas con tonalidades más opacas para cumplir el mismo propósito, en pocas palabras, buscar y capturar presas que permitan la obtención de proteínas o nutrientes para el desarrollo y la reproducción, contribuyendo por otro lado con el control numérico de otros tipos de invertebrados al ser depredadores de carácter generalista.

Por otra parte, al revisar repertorios fotográficos de Thomisidae con el propósito de hacer comparativas y encontrar posibles ejemplares referenciales que contribuyeran a encontrar el género y la especie a la que pertenece este ejemplar la investigación llegó a un punto de muchas posibilidades, ya que aunque son muy pocos los géneros que tienen especímenes con dichos colores, dentro de los que si tienen miembros con tonos opacos hay muchos que son similares. No obstante, tras pequeñas observaciones y consultas pude determinar que el género al que pertenece es el que recibe el nombre científico de Tmarus, pero sobre este género son muy pocas las especies que poseen material fotográfico u escritos que hablen sobre las claves taxonómicas para diferenciar e identificarlas plenamente, siendo esto un gran impedimento para saber el nombre científico que recibe esta araña y más porque solo cuento con el ejemplar macho, pues, las hembras tienden a presentar diferencias debido al dimorfismo sexual, así que es probable que teniendo una hembra sea más fácil la identificación.

Según el World Spider Catalog, hasta la fecha de consulta empleada para esta publicación, en el mundo este género (Tmarus) tiene en total 226 especies registradas, siendo en su amplia mayoría de América. Brasil funge como el país que más reportes tiene en América del sur, posteriormente le siguen países como Perú, Argentina, Chile, Bolivia, Colombia y Venezuela. Para este último país solo se registra la especie Tmarus wiedenmeyeri, por lo que el ejemplar mostrado en esta publicación puede ser la misma, pero al no encontrar fotos sobre la especie Tmarus wiedenmeyeri, ni algún documento en donde se hablen detalladamente sobre características morfológicas y claves de identificación es imposible tener certeza de esto; por tal motivo, en este escrito solo me limito a dejar al ejemplar mostrado como alguna de las 226 especies del ya nombrado género Tmarus, incluso, siempre cabe la posibilidad de que sea una especie no identificada o registrada hasta el momento en Venezuela.

Para finalizar, se recalca que los miembros de esta familia no suponen ningún tipo de riesgo para la salud humana, pueden ser beneficiosas desde el punto de vista agrícola dada su actividad depredadora y, al no ser tejedoras, no son problemáticas a la hora de realizar ciertas labores culturales en los cultivos. Sin embargo, el uso de agroquímicos para el control de plagas termina siendo nocivo para las poblaciones de estas y otras especies de arañas, por lo que siempre se recomienda una manejo adecuado de los mismos o emplear otros métodos más amigables con el entorno.

Todas las imágenes suministradas en este post pertenecen al autor @abneagro. Las fotos se tomaron con un teléfono Redmi 8A y se editaron con la aplicación Canva.

Algunas referencias e información importante:

Rodríguez Morales, Dulce. Depredación de visitantes florales por arañas (Thomisidae) que imitan el color de las flores en La Mancha, Veracruz

Orden Araneae