Observaciones generales sobre chinches del género Collaria

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En la presente publicación se darán a conocer ciertas generalidades sobre un grupo de chinches pertenecientes a la familia Miridae la cual se ancla al orden de los hemípteros. De igual manera, para tener una mayor aproximación a la ya mencionada familia se empleará como especie modelo a un ejemplar del género Collaria, todo con la finalidad de que el lector pueda conocer con mayor aproximación las características morfológicas y la importancia que poseen estos artrópodos.

En los agroecosistemas existe constantemente una lucha de los productores contra diferentes miembros del reino animal, pues, son estos ecosistemas modificados los que el humano emplea para la producción de alimentos tanto de origen vegetal como animal; sin embargo, muchos componentes bióticos que ya estaban allí antes de la llegada del hombre se mantienen activos en la zona, mientras que otros llegan atraídos por los cultivos u otra fuente de alimento por la que puedan competir. Estas áreas transformadas en sistemas de producción son espacios extremadamente desequilibrados en lo que respecta a temas ecológicos, por ende, es habitual que cualquier especie que se adapte a la zona pueda proliferar de manera desproporcionada por la falta de depredadores que mantengan sus números en buen margen, es por este motivo que el hombre en su afán por mantener su sustento realiza prácticas y desarrolla estrategias que le permitan poder mantener a raya a estos seres vivos que denominan plagas. A pesar de esto, algunos seres vivos como los insectos demuestran el porqué llevan millones de años en este planeta, ya que se valen de diferentes mecanismos propios de su naturaleza para poder soportar cualquier ataque externo y así logran permanecer dentro de los espacios naturales y de aquellos que fueron modificados (agroecosistemas).

Los hemípteros son de los insectos más activos en diferentes plantaciones, esto es debido a sus grandes capacidades para adaptarse y sobre todo a sus números, ya que este orden es uno de los más grandes entre todos los artrópodos, ubicándose tan solo por debajo de coleópteros, lepidópteros y dípteros. Esto también los convierte en uno de los grupos más diversos que habitan nuestro planeta, por tanto, es muy común encontrar a varios ejemplares de este orden conviviendo entre los cultivos que emplea el humano, en donde realizan diferentes tipos de daño que a la final generan innumerables pérdidas a nuestro bolsillo. De igual manera, Hemiptera es uno de los grupos más debatidos entre entomólogos, no solo por lo engorroso que puede ser identificar a algún ejemplar dado el parecido morfológico de ciertas especies, sino que también se encuentra en la mira el taxón conocido como Heteroptera en el cual se ubican todos aquellos insectos que vulgarmente conocemos como chinches, este grupo en un inicio era considerado un orden distinto a Homoptera por ciertos factores inherentes a estas chinches que las diferenciaban de los demás; sin embargo, en un determinado momento fueron unidos varios grupos de insectos entre los que se incluyen los heterópteros bajo un mismo orden, siendo este el Hemiptera. Todo esto generó que Heteroptera de ser considerado un orden por muchos se convirtiera en un suborden de Hemiptera, aunque en la actualidad aún es considerada por algunos como un orden, en la mayoría de escritos o en las instituciones de educación superior ya se maneja como un suborden de Hemiptera, lo que puede ser motivo de disputa para algunos expertos.

La unión de estos grupos de insectos para dar vida al orden Hemiptera fue lo que elevó los números de ejemplares que lo conforman, convirtiéndolo en uno de los más numerosos; sin embargo, si se separaran los heterópteros (chinches) se llevarían aproximadamente el 40% de toda la población de insectos que integran a Hemiptera. Dicho esto, dentro del suborden Heteroptera se encuentra una familia conocida científicamente bajo el nombre de Miridae, estas son comúnmente conocidas como "chinches de las hojas" más que todo por sus estilos de vida el cual se inclina a permanecer sobre especies vegetales y por ser fitófagos, es decir, que se alimentan exclusivamente de plantas. Esta particular familia posee una amplia distribución en el mundo y es uno de los taxones con mayor número de especies del ya mencionado suborden Heteroptera. A su vez, la morfología de algunos de sus miembros les permite poder camuflarse entre el follaje de las plantas, lo que ayuda a que puedan evitar a una porción de aquellos animales que los tengan como fuente de alimento en determinado momentos.

Uno de los géneros que ocupa un menor porcentaje numérico entre las más de 10.000 especies que integran a Miridae es el Collaria, este reúne tan solo a unas 15 especies identificadas actualmente, dicho género solo estaba comprendido por 3 especies durante varios años hasta que se fueron descubriendo nuevas que poco a poco se han ido añadiendo a la lista; no obstante, el hecho de solo ver pocas especies descritas hasta la fecha no les resta importancia, ya que estos chinches están catalogados como plagas potenciales para muchas especies vegetales que integran a los llamados pastizales, siendo los más afectados por estos insectos los sistemas pecuarios. Los miembros del género Collaria pueden encontrarse en diversos países, pero el continente americano es el más afectado porque ciertas regiones reúnen las mejores condiciones ambientales para el óptimo desarrollo de sus ejemplares, por lo que estos chinches han alcanzado cierto renombre en aquellos países americanos que cuentan con grandes sistemas ganaderos, siendo un dolor de cabeza el control de los mismos por su resistencia a pesticidas y porque siempre se debe tener presente que dichos pastos serán consumidos por el ganado y por ende, se deben emplear métodos que no perjudique la cría y alimentación de estos grandes animales.

A diferencia de otras chinches, los miembros de Collaria son relativamente pequeños con tan solo 6mm en las hembras y unos 4 mm en los machos, esto en muchos casos puede llegar a dificultar el lograr observarlos sobre los pastos a no ser que sus poblaciones sean muy numerosas. Estos insectos al igual que el resto de hemípteros están provistos de un aparato bucal del tipo picador-suctor, gracias a esta pieza bucal logran perforar fácilmente los tejidos de las plantas para absorber los fluidos que transitan por sus tejidos vasculares. Esta "picadura" en la planta se puede llegar a convertir en una entrada para diferentes patógenos que pueden matarla; asimismo, la pérdida excesiva de líquidos generados por la absorción de muchos de estas chinches la irá debilitando de manera progresiva, por lo que poco a poco va disminuyendo su rendimiento y con esto se va su valor nutricional. Cuando estas plantas pierden sus propiedades, el ganado no se alimenta de manera óptima y esto puede repercutir en la producción de leche, por mencionar un ejemplo.

Por otro lado, también pueden llegar a verse afectados cultivos como el maíz , arroz o el trigo, mismos que también forman parte de nuestra dieta. En este caso, un bajón muy pronunciado en el rendimiento de los cultivos por el actuar de estos insectos no permitirían obtener una cosecha adecuada, lo que a la final seria otro gran golpe en aspectos económicos.

La morfología fácilmente apreciable de estos insectos del género Collaria no contribuye mucho para poder identificarlos, ya que como había mencionado en un inicio, una gran porción de las familias que componen al suborden Heteroptera guardan mucha similitud entre sus especies, por lo que estos pequeños chinches pueden llegar a confundirse con algunos miembros de ciertas familias como Reduviidae o Coreidae por mencionar algunas de tantas que son. Sin embargo, se pueden tomar ciertos aspectos para tener referencias que nos acerquen a alguno de sus datos taxonómicos más allá de lo básico (orden o suborden). En este caso, el pequeño tamaño del ejemplar de las fotos y otras características como la longitud de sus patas y antenas son un buen punto de partida, también entra la forma de su cuerpo la cual es alargada sin presencia de protuberancias o ensanchamiento de alguno de sus tagmas, esto para personas familiarizadas con el orden Hemiptera o con el suborden Heteroptera puede dar una pista base para aproximar al ejemplar a la familia Miridae; sin embargo, siempre lo mejor es conocer las claves de identificación de una gran porción de lo que conocemos como chinches y dar una observación exhaustiva con microscopio o lente de aumento a ciertas estructuras de sus cuerpos.

Por otro lado, la planta en la que se encuentre también puede ser de ayuda para identificar, ya que si esta es una de las plantas que emplea para su alimentación puede ser una pista de valor para obtener datos taxonómicos. Este insecto tiene la particularidad de que cuando se posa sobre una hoja extiende sus patas y se mantiene en una postura muy baja lo que hace parecer que está acostado en la hoja, este comportamiento es común entre algunos miembros de la familia Miridae y otros aspectos externos como las 2 manchas oscuras que tienen en la parte dorsal del tórax contribuyen a ubicar a este ejemplar modelo en el popular género Collaria. De igual manera, para saber la especie si es todavía más difícil y es completamente necesario conocer cuales son las claves que distinguen a estas 15 especies que integran al ya mencionado género Collaria para minimizar posibles errores, por desconocer dichos puntos de partida en estas chinches no se me hizo posible identificar al ejemplar al 100%.

Las hembras de estos chinches pueden llegar a colocar hasta 15 huevos, los mismos se ubican en filas y llegan a ser colocados en diferentes partes aéreas de las plantas, en este punto recuerdan a otra familia del suborden Heteroptera como lo es la compuesta por los llamados chinches apestosos (Pentatomidae), los cuales tienen una postura de huevos muy similar aunque normalmente el número de huevos que colocan estos últimos es de 14 (2 filas de 7 huevos). Los huevos cuando recién están puestos tienen una tonalidad verdosa y luego a medida que el embrión va madurando el color cambia al rojizo, una vez que emergen las ninfas estas guardan cierta similitud con los adultos, pero sus cuerpos son mucho más pequeños y la forma no es tan alargada. Se sabe que las ninfas pasaran por un total de 5 estadios, pasar de una etapa a otra requiere que se realice una muda cuticular para que pueda seguir creciendo. En la quinta etapa de su desarrollo ya se lograrán visualizar de mejor manera sus alas, aunque estas requieren de la muda cuticular final para que el desarrollo total de alas y órganos reproductores se complete.

Los adultos viven aproximadamente un mes, mientras que el desarrollo de huevo hasta adulto es de unos 15 días siempre y cuando el entorno reúna las condiciones necesarias para un óptimo desarrollo. Generalmente, estos chinches colocan muchos huevos, pero los distribuyen de la manera explicada en el párrafo anterior, esta táctica de realizar varias puestas aumenta las probabilidades de que nazca un gran porcentaje y que la especie pueda seguir manteniéndose en los ecosistemas.

Controlar a las poblaciones de hemípteros generalmente supone un reto, ya que muchos de estos insectos producen sustancias con el que evitan el contacto con productos químicos, también son de los insectos más propensos a generar resistencia a dichos productos, lo que puede contribuir a que se deban aplicar dosis más fuertes que en muchos casos son muy residuales. Estos residuos que quedan en los pastos pueden ser consumidos por el ganado mientras se alimenta y, posteriormente, puede terminar en el producto final obtenido como la leche. Lamentablemente, la mayoría de veces cuando se descubren estas chinches ya es muy tarde y la única alternativa para salvar los cultivos es la aplicación de agroquímicos, pero desde mi punto de vista resulta indispensable realizar monitoreos para evaluar el impacto del producto aplicado y que tan residual resultó ser antes de asignarlo para el consumo del ganado.

Observar al detalle todo el desarrollo del cultivo es fundamental para tener una idea clara sobre los artrópodos que llegan al agroecosistema, esto permite tomar medidas antes de que alguna especie prolifere en la zona y afecte a las plantas. Los hongos entomopatógenos pueden ser una alternativa para el control de chinches cuando se aplican oportunamente, esto contribuye a mantener una población de estos insectos más controlada, también está el uso de plantas que sean repelentes (de olores fuertes), ya que estos insectos son poco tolerantes a ellas.

Estos insectos también son la fuente de alimento de otros animales, el hecho de que no cuenten con un mecanismo de defensa con el que puedan repeler depredadores los convierte en blancos relativamente fáciles, solo se valen de sus características morfológicas para ocultarse entre el follaje de las plantas. De igual manera, sus huevos suelen ser atacados por insectos parasitoides como himenópteros del género Trichogramma, estas diminutas avispas afectan a muchas especies de hemípteros sobre todo a los heteróptero, siendo estas otra alternativa en lo que respecta al manejo por control biológico. El control de estos hemípteros siempre es recomendable en aquellas zonas destinadas a la producción, ya que sus capacidades para destruir cultivos son elevadas; sin embargo, nunca se debe recurrir a un extermino total para evitar que los espacios naturales se vuelvan más inestables de lo que ya están.

Todo el material fotográfico mostrado en esta publicación pertenece al autor @abneagro. Las fotos fueron realizadas por medio de un dispositivos móvil Redmi 8A y fueron editadas con la aplicación Canva.