Ana se niega a autoperdonarse (Prosa Poética)

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Feliz tarde, amigos de Hive. Los saludo con mucha alegría, deseando de todo corazón que se encuentren bien. En esta ocasión, relataré el sentir de una mujer agobiada por fuertes sentimientos de culpa. Si bien es cierto, que el perdón es necesario para liberar cargas, en ocasiones resulta extremadamente difícil perdonarnos a nosotros mismos, sobre todo, cuando a pesar de arrepentirnos no podemos remediar el error que hemos cometido.

Tomando en cuenta que el autoperdón depende de muchas circunstancias y de que por ser nosotros tan diferentes, unos digieren este proceso de una forma más rápida que otros. Sin embargo, hay quienes no logran autoperdonarse y la culpa los aplasta, llevándolos a vivir una perpetua agonía. En tales casos es de vital importancia acudir a los especialistas apropiados para poder encontrar la tan anhelada paz que nuestra alma implora. A continuación, les comparto una prosa poética que revela el desgarrador dolor de una mujer que cometió un gran error y que es incapaz de perdonarse.

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Pixabay

Acompañada de ti, vivo día a día. Queriendo expulsarte de mi vida y deseando que permanezcas a mi lado. Merezco todas las estocadas con las me atacas sin contemplación. Sin embargo, pienso que ha sido suficiente. Miento, debo ser castigada por mi error.

Sentimiento de culpa, no te vas porque no te dejo ir. De alguna forma, deseo que continúes con tu severo ataque, para así recibir el pago de mi maldad; pero a la vez ya estoy cansada de lidiar contigo por tanto tiempo. Lo merezco, lo acepto y lo entiendo, no obstante, ya no tengo fuerzas.

Doce años han pasado desde que actúe con insensatez y desamparé al ser más genuino y puro que haya existido jamás; un pedacito de mi que no tenía culpa de nada. Nunca lograré perdonarme. No concibo la idea de haberte hecho tanto daño, si tú solo te aferraste a mí con un intenso amor y una fuerza que nadie puede describir.

Desde el momento que supe que tu corazón latía dentro de mi, te amé y aun con miedo, ideé las formas de conservarte. Cada movimiento tuyo me hacía sentir plena y me impulsaba a luchar por ti. Sin embargo, los planes de tus abuelos fueron otros. No pude, créeme no pude luchar contra ellos.

El viento del este sopla y con su cálida voz me dice que debo perdonarme; las estrellas se conmueven al ver que me consumo vorazmente por la culpa y me susurran al oído que ya es suficiente. Algo muy dentro de mi impide que me perdone. Una sombra me acompañará toda la vida.

Vivir con esta gran carga encima me desgasta; las flores me aconsejan que tome la llave y de una vez por toda salga de la propia jaula que me he elaborado. Una jaula de lamentos, lágrimas escalofriantes y un dolor robusto que he realizado contra mí misma; yo les respondo que no tengo el valor. Realmente lo merezco

Las preguntas frecuentes se engalanan, pasan por mi mente con una magnífica coreografía diciéndome: "¿Por qué debes ser indulgente contigo? ¿Acaso olvidaste el gran mal que hiciste hace doce años? ¿Realmente crees que eras digna de perdonarte?".

Cavizbaja y taciturna les doy la razón; me hundo en un espeso fango que se ha tragado mi alegría. Si tan solo estuvieras aquí hijo mío, si tan solo no hubiera accedido a los planes macabros de tus abuelos. De seguro, tu voz sería la melodía que revitalizaria mi alma y tus manitos me darían la fuerza para enfrentarme a este mundo.

Tu partida impuesta por otros y apoyada de forma indirecta por mí, ha sido el crimen más cruel y vil que ha ocurrido. Tan solo tenías seis meses en mi vientre, eras mío, formabas parte de mí y nos separaron, solo por tener yo dieciséis años. Te extraño demasiado y jamás olvidaré esa carita angelical que aun sin vida me dijo: "Te perdono mamá".

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Amigos, les confieso que me dolió narrar este sentir. El saber que hay personas con una carga tan grande me pone el corazón chiquitito. Estoy al tanto que muchos de nuestros sufrimientos nos lo buscamos nosotros mismos, pero cuando nos arrepentirnos de corazón, debemos esforzarnos por autoperdonarnos. La protagonista de mi prosa, es una mujer real, consciente de su culpa y aplastada en sumo grado.

Si alguno de ustedes se siente así, no dude en acudir a un profesional en la salud, la tristeza en grado superlativo es muy peligrosa. Cobre ánimo y haga las paces con usted mismo.

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hola @abisag excelente contenido. La carga emocional de motifoicarse por los erroeres pasados en insoportables y aplasta. que bien los expresaas a manera de prosa

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Saludos @abisag una entretenida lectura carga de mucho drama, que demuestra que el perdón debemos concebirlo como un acto voluntario y como una decisión propia de lo contrario nos afectar grandemente. Valiosa entrega

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Muy hermosa y a la vez tan sentida tu prosa amiga @abisag . Realmente hay sucesos en la vida que nos hacen ver el auto perdón como algo inalcanzable, inmerecido y nos refugia más el dolor que el mismo perdón. Gracias por esta publicación Muchos saludos y éxito para ti ☺️☺️👏👏👏

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Al terminar de leer también se me rompió el corazón por un instante 😢. Nosotros somos los peores verdugos, el dolor de un aborto debe ser incomparable, pero tampoco podemos ser muertos vivientes. Lo mejor es buscar ayuda y perdonarnos. Gracias por tu entrega. Saludos

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Que triste relato o prosa @abisag así es, hay muchas mujeres que sufren por decisiones impuestas y por las propias a derramar sangre inocente. Nadie debe tomar la vida de un ser indefenso y acabar con ello. Luego con el pasar del tiempo la culpa los carcome, pero todo tiene salida, como usted dice el autoperdon así misma, al bebé, a Dios y perdonar a los abuelos. Siempre se puede salir de esos hoyos depresivos. Sobretodo buscar la ayuda de Dios.

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Hola bella @abisag, feliz y bendecida noche. Excelente post y muy sentido. Dios le otorgue la sabiduría a esa persona para que logré perdonarse.

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